Una guitarra acústica. Un banjo. Un requinto. Una guitarra eléctrica tipo stratocaster, de color rosa y con la cara de Hello Kitty. En el escenario, Kevin Johansen no le escapa a ninguna cosa que tenga cuerdas. Esa misma capacidad de mezclarlo todo se advierte en su forma de componer: salta de un aire de tango a una balada de sonido claramente contemporáneo y americanizado.
Su lírica es bilingüe y salta del inglés al español dentro de una misma canción. Se hizo famoso por su voz profunda, pero juega a saltar rangos, de su registro de barítono hasta unos falsetes dignos de los Beach Boys. Salta de instrumentos, salta de rangos vocales, salta de idiomas, salta de géneros musicales. Sí, arriba del escenario Johansen está todo el tiempo a los saltos.
Noticias: ¿Siempre es tan ecléctico?
Kevin Johansen: Sí. Pero en el fondo soy un cancionista. Con respecto a los géneros, soy un “des-generado”, porque lo mío pasa más por el disfrute real de la música toda. Si está bien interpretado, me gusta todo. Intento ser lo menos prejuicioso posible con mis propios gustos y, si compongo una canción y quiero convertirla en una milonga, un candombe, un rock o una balada, me juego.
Noticias: ¿Tuvo un costo esa mezcla de cosas?
Johansen: No, quizás un poco de incomprensión. Pero somos un país que le ha pegado duro a Piazzolla, ¿qué les queda a los demás?
Noticias: ¿En qué estante buscamos su disco, entonces? Si lo ponemos en rock nacional, después aparece cantando en inglés.
Johansen: Y… puede caber. Pero no solo ahí. Estaría bueno que exista el género “canción”, como el “chansonnier” francés, que es un género en sí. Estaría bueno que en la Argentina tuviéramos esa etiqueta, inclusive para los premios, la categoría de cancionista.
Noticias: ¿Quién es su público?
Johansen: Es un público “des-generado”, generacionalmente muy variado: padres jóvenes con hijos que se copan, el típico pelado y su señora con la botella de vino, punkies adolescentes con pierciengs y cumbieras intelectuales de 20 a 40 años. Un público al que le gusta escuchar de todo.
Noticias: ¿¡Cumbieras intelectuales!?
Johansen: Así las llamo cariñosamente, a propósito de una canción que compuse, “La cumbiera intelectual”. Son como mis “nenas”.
Noticias: ¿Y se comportan como las “nenas” de Sandro, le tiran bombachas? ¿Es un sex symbol para esas mujeres?
Johansen: Hay algo de eso, por supuesto. Me gritan cosas, me piden autógrafos. Pero hay un pacto tácito por el cual ambas partes nos lo tomamos muy en solfa. Con los años uno va cultivando un cariño con las fans, entablando un diálogo donde te sentís interpretado. Y, por suerte, la demografía de cumbieras intelectuales ha ido creciendo en los últimos diez años.
¡Lee la entrevista completa suscribiendote a la revista!
por Diego Gualda
Comentarios