Por segunda vez en la semana de su regreso ¿triunfal? al centro del escenario comunicacional, la ex presidenta mostró una tapa de NOTICIAS para ilustrar su tesis de que ella perdió poder e impunidad legal a causa de un “alzamiento mediático-judicial” que recorre toda la región con un “modus operandi” uniforme. A esa victimización institucional le suma una nota más intimista, que le aporta dramatismo a su performance: nos acusa de “misoginia” y de ser un medio escrito por hombres. La novedad de este ataque es que, durante la década que el kirchnerismo añora como “ganada”, no era la presidenta en persona la que golpeaba a NOTICIAS, sino que lo hacía a través de miles de funcionarios de todo el país, de “periodistas militantes”, de jueces afines y servicios de inteligencia, y de todo el aparato propagandístico K que tantos millones nos costó a los argentinos. Ahora, mientras se adapta al despoder, es la propia Cristina Fernández la que se ocupa de estigmatizar el periodismo de NOTICIAS. Por mano propia.
Acaso valga la pena aclararle que la revista no está, como dice, escrita solo por hombres: la mitad de la redacción está formada por el sexo femenino, los cargos jerárquicos en manos femeninas son mayoría (en los inicios de la publicación la directora era una mujer), e incluso las tapas que más enojaron al cristinismo han sido escritas en muchos casos por mujeres. Y la presunta misoginia del medio debería haber sido ya castigada en todos estos años por nuestras lectoras, que representan más de la mitad de nuestro “readership”. A menos que CFK piense de ellas que son tontas manipulables.
Acaso valga la pena recordarle que, si hablamos de “modus operandi” antidemocrático, eso es precisamente lo que hemos denunciado desde siempre, tanto cuando lo practicaba el menemismo (que la señora de Kirchner integraba), como cuando lo practicaron todos los gobiernos de turno, incluído el suyo. Es más: fuimos los únicos no oficialistas que contamos al detalle las movidas destituyentes contra la gestión kirchnerista, y los que, ya fuera del poder, anticipamos el pacto multisectorial del nuevo establishment para desterrar a Cristina Fernández de la política. E hicimos tapas con eso: lo recuerdo perfectamente porque incluso me tocó escribir alguna de ellas (y eso que soy hombre, esa especie tan sospechosa para escribir acerca de mujeres poderosas).
Pero quizá nada de todo esto merezca ser aclarado, por su obviedad. O mejor dicho, por su irrelevancia respecto de lo que en realidad le preocupa y le interesa a la ex presidenta.
Luego de varios meses de silencio patagónico, Cristina Fernández vuelve al ruedo para testear la vigencia y el alcance de su liderazgo político, amenazado hoy por la ansiedad peronista de barajar y dar de nuevo tras la derrota, y por el impúdico sálvese quien pueda judicial, que convirtió mágicamente a demasiados jueces en paladines de la transparencia (como denuncia la tapa de NOTICIAS de esta semana). También le preocupa la estampida de empresarios y funcionarios kirchneristas que ahora buscan su propio relato, o coartada judicial.
Este “mani pulite” bizarro pudo haberse evitado si los mismos jueces y los mismos formadores de opinión que hoy defenestran a CFK hubiesen acompañado las investigaciones de NOTICIAS sobre la corrupción kirchnerista desde los primeros años de esa gestión, cuando casi nadie se le animaba a la señora de Kirchner. En esa larguísima luna de miel de Cristina y Néstor con los aduladores de turno, esta revista advertía que, si los Kirchner no cambiaban el “modus operandi”, todo terminaría mal, como suele suceder con los ciclos económicos y políticos en la Argentina (y en la región, tal cual señala la ex presidenta). Ahora Cristina Fernández deja bien claro, mostrando una tapa de hace casi tres años, cuánto le importaba lo que escribía NOTICIAS. Lástima que no nos hizo caso.
Seguí a Silvio en Twitter: @SantamarinaSilv
por Silvio Santamarina*
Galería de imágenes
Comentarios