Conviviendo con el enemigo. Eso debe haber pensado María Eugenia Vidal cuando fue notificada que dos efectivos de la Policía Bonaerense fueron descubiertos revisando el despacho de su secretaria privada en el palacio de Gobernación. La seguridad de la gobernadora se mostró vulnerable y no tardaron en rodar cabezas.
Los dos policías atrapados in fraganti dentro de las oficinas privadas fueron sumariados y separados de sus funciones. Asuntos Internos, por su parte, inició una investigación. Pero además de los dos efectivos vistos durante la madrugada, otro policía perdió su cargo. Se trata de Cristian Bojanovich, quien tenía a su cargo la jefatura de custodias de la Gobernación.
El comisario inspector Bojanovich, quien había llegado a este cargo con el cambio de gestión gubernamental, tenía la responsabilidad de vigilar el edificio de gobernación y, desde Cambiemos, creen actuó en connivencia con los dos efectivos que fueron descubiertos revisando los despachos.
Los tres efectivos negaron las acusaciones y deslegitimaron los comentarios de los testigos. Pero los funcionarios sí creyeron en el personal de limpieza presente en el recinto y su versión de los hechos. Por esta razón, además de proceder a remover a los policías, presentaron una denuncia penal.
El incidente fue tomado como otro mensaje más enviado desde la Bonaerense a la flamante gestión debido a la reforma que la propia Vidal impulsa en la fuerza. Por el momento no se ha designado a un nuevo jefe de custodia de la Casa de Gobierno. Sin embargo, debido a lo delicado de la situación se buscará colocar allí a alguien de confianza. Quien suena con más fuerza es Virgilio Espinoza, amigo del titular de la Bonaerense, Pablo Bressi.
Comentarios