★★★★1/2 Poco vimos de Edgar Wright, un gran comediógrafo cuyas películas no se han estrenado en este país. Por lo tanto, es una suerte que podamos ver “Baby…”, una película que narra la vida y las aventuras de un adolescente que conduce para ladrones mientras escucha música. Tiene otros talentos, además, y una historia trágica detrás. Al principio, parece un entretenimiento musical y cool. Pero la propia dinámica de los personajes va virando el cuento de ladrones ultrahábiles a algo similar a la tragedia. Porque intervienen los sentimientos, porque el crimen nunca carece de violencia y porque en esa música constante aparece un modo de escapar similar a las persecuciones virtuosas: salir de la tristeza por medio de la acción. Wright lleva todo al extremo y por eso desarrolla, tramo a tramo, un auténtico film noir aunque aparezca teñido de colores vibrantes. Un film originalísimo.
por Leonardo D’Espósito
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