Uno de los hitos que hicieron célebre al ex camarista federal Eduardo Freiler fue la adquisición de una mansión frente a la Quinta de Olivos. El contexto no lo favorecía. Firmaba fallos que eran favorables para el Gobierno y se compró una casa de más de 1.200 metros cuadrados en una zona vip. Su patrimonio quedó en la mira y se convirtió en una de las razones para enjuiciarlo en el Consejo de la Magistratura y destituirlo.
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Aquella emblemática propiedad hoy está a la venta. Según la web de la inmobiliaria Tizado, el precio para quedarse con la mansión es de 790.000 dólares. La casa todavía está en obra y sin estrenar (Freiler nunca llegó a habitarla). En el aviso de la inmobiliaria se destaca que la casa es “espectacular” y que “todas las instalaciones son nuevas, posee aire y calefacción central, falta colocar pisos, interiores de placares, artefactos de baño y cocina”. Tiene una “zona de jacuzzi con espacio para sauna”y en la planta alta tiene seis habitaciones, tres baños y un playroom. Para los amantes del buen comer, en las fotos de la inmobiliaria se puede ver una parrilla de grandes dimensiones.
Cuando los vecinos se anoticiaron que esa gran casa en obra era del camarista Freiler no dudaron en hacerle llegar sus comentarios. Le rayaron y pintaron el frente con la palabra “ladrón” y la frase “te robaste nuestro futuro”.
Además de perder su trabajo como juez, en los últimos meses Freiler se mudó, se separó de su novia y en marzo de este año falleció su padre en Necochea.
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Para sumar a la malaria, una escribanía de la provincia de Buenos Aires se aprovechó que el ex juez está en baja y le habría falsificado un poder para venderle la casa. Ese tema lo ocupa por estas horas. Como dice Mirtha Legrand: “Como te ven, te tratan...”.
La casa por dentro:
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