Los carteles en la marcha de las universidades (CEDOC)

Marcha de la universidades: como evolucionó el financiamiento de la educación terciaria

Las provincias han asumido un papel cada vez más protagónico en el financiamiento educativo, con un incremento del 292%.

El financiamiento universitario en Argentina ha experimentado cambios significativos a lo largo de las últimas décadas, reflejando las prioridades del Estado en materia educativa y la evolución de las políticas públicas. El informe “Evolución del financiamiento educativo”, elaborado por el Observatorio de Argentinos por la Educación, con la autoría de Alejandro Morduchowicz, Leyre Sáenz Guillén y Víctor Volman, ofrece una visión clara sobre cómo ha progresado la inversión en educación entre 1980 y 2022, destacando el rol de las provincias y la Nación, así como la distribución de los fondos entre los distintos niveles educativos.

“El informe permite ver con claridad cómo evolucionó el financiamiento de la educación en distintos momentos políticos claves de la Argentina desde la vuelta de la democracia: la caída de los recursos de inicios de los ‘80 debido a la crisis de la deuda, los vaivenes generados por la transferencia de las escuelas secundarias y la posterior aplicación de la Ley Federal de Educación, la crisis de 2001, la Ley de Financiamiento Educativo y las restricciones fiscales de los últimos años”, señala Alejandro Morduchowicz, coautor del informe. 

“Los datos muestran la poca estabilidad de los recursos para educación, lo que dificulta cualquier tipo de programación de políticas a largo plazo”, afirma Morduchowicz. Y agrega que “el informe constituye un aporte valioso para reflexionar sobre las perspectivas a futuro en un momento en que se están redefiniendo el rol del Estado nacional y las responsabilidades provinciales en materia de financiamiento sectorial”. 

Ivana Templado, economista de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), considera que “a partir del análisis del informe surgen conclusiones y también varias preguntas. Entre las certezas, se evidencia que ninguna de las leyes que regulan el sistema ha logrado proteger el gasto educativo de su carácter procíclico: en épocas de bonanza se aumenta el gasto y en tiempos de recesión se reduce. (...) Por otro lado, que el mayor aumento del financiamiento se verifique en el nivel superior, pone en entredicho cuestiones de órden distributivo del gasto, ya que los niveles obligatorios son justamente los que llegan (o deberían llegar) a toda la población, mientras que los de nivel superior están orientados hacia los estratos más favorecidos socioeconómicamente”.

Aumento del gasto educativo

En los últimos 42 años, se ha registrado un crecimiento constante del gasto público en educación, tanto en porcentaje del PBI como en términos reales. Las provincias han asumido un papel cada vez más protagónico en el financiamiento educativo, con un incremento del 292% en su inversión, mientras que la Nación solo incrementó su aporte en un 30%. Esta tendencia ha llevado a que, en la actualidad, el 78% del gasto educativo sea ejecutado por las provincias, dejando a la Nación con el 22%. En comparación, en 1980, las provincias solo cubrían el 55% del gasto, lo que refleja un claro proceso de descentralización educativa.

Impacto de las leyes 

El financiamiento educativo ha atravesado momentos críticos, con caídas a principios de los años '90 y en los períodos de crisis de 2002 y 2003. Sin embargo, a partir de 2004, se produjo un aumento sostenido del gasto, impulsado por la Ley de Financiamiento Educativo y la Ley de Educación Nacional (2005 y 2006, respectivamente). Estas normativas establecieron la meta de invertir el 6% del PBI en educación, un objetivo que, aunque ambicioso, solo se cumplió en ciertos años: 2009, 2013 (cuando se incluyó Ciencia y Tecnología) y 2015.

Desde entonces, el financiamiento educativo ha mostrado una tendencia a aumentar en términos reales por alumno, lo que indica un esfuerzo por mejorar la calidad del sistema, más allá de la simple expansión de la matrícula. Este aumento del gasto por alumno en educación básica (nivel inicial, primario y secundario) ha sido un factor clave en la mejora del sistema educativo.

Financiamiento universitario

Uno de los hallazgos más reveladores del informe es el mayor crecimiento de la inversión estatal en la educación superior en comparación con la educación básica. Desde la Ley de Transferencia de los Servicios Educativos de 1992, cuando las provincias asumieron la responsabilidad de las escuelas, la inversión en universidades y educación superior no universitaria ha crecido a un ritmo sostenido.

Esta tendencia se acentuó a partir de 2006, alcanzando su punto más alto en 2018, cuando la inversión en educación superior superó en 105 puntos porcentuales a la destinada a la educación básica. Este fenómeno refleja una creciente prioridad hacia el desarrollo del sistema universitario, que ha recibido un mayor financiamiento en comparación con los niveles educativos inferiores.

Evolución y desafíos 

El análisis de la evolución del financiamiento educativo en Argentina revela un esfuerzo sostenido por aumentar la inversión, aunque con fluctuaciones y desafíos en el cumplimiento de las metas fijadas por ley. El crecimiento de la inversión provincial, la mayor inyección de recursos a la educación superior y el incremento del gasto por alumno reflejan una mejora general del sistema educativo. Sin embargo, sigue siendo un reto lograr una distribución equitativa de los fondos entre los diferentes niveles educativos, especialmente en un contexto donde las provincias asumen una carga cada vez mayor en el financiamiento del sistema.

En esta Nota