Hay una nueva ola de periodistas reconocidos en televisión, radio y gráfica que suman a su tarea diaria la escritura de un libro de ficción. En los últimos tiempos Luis Novaresio, Hugo Alconada Mon, Marina Abiuso y Cristina Pérez se metieron en el mundo literario para demostrar que también allí tienen talento. Otros, como Jorge Fernández Díaz, fatigan la ficción desde hace muchos años y ya son best sellers. Ya sea en novelas románticas, policiales o sociales, los periodistas salen de su zona de confort para probarse en áreas donde exponen su pluma para que los lectores hagan se devolución. En todos los casos, la cantidad de ejemplares vendidos es la promesa de una continuidad narrativa.
Luis Novaresio editó su primera novela “Todo por amor pero no todo”, donde relata historias de amor bajo un tinte filosófico. Entre sus párrafos interpela al lector con temáticas incómodas como la infidelidad, la monogamia, la diversidad sexual y los límites de la fantasía con licencias ideológicas. Todos temas que habitualmente Novaresio no toca en sus columnas en LN+, dedicas a la actualidad pura. En una entrevista realizada por NOTICIAS hace unos meses, el entrevistador rosarino confesó: “Tenía ganas de escribir historias de amor, pero un amor salido de la estructura de la media naranja, de encontrarse el uno para el otro, por fuera de ese amor romántico de cliché”. Y al responder sobre la pregunta de por qué el libro está dedicado a los tenaces, respondió: “Yo soy del club de los tenaces. La naturaleza no me dotó de un don sobresaliente sobre el cual apoyarme. No soy creativo como Jorge Lanata, no tengo belleza pero tengo tenacidad. Admiro mi tenacidad. Soy muy persistente en mi deseo”.
Narradores omniscientes. Aunque las novelas de Hugo Alconada Mon tengan un tinte detectivesco y policial, bien podrían ser autobiográficas. Sin embargo toma aspectos de la realidad, pero para delinear una historia de ficción que le permita jugar con sus recuerdos en un mundo abstracto. Es que el periodista de La Nación forjó su oficio en pleno campo de trabajo. Investigó el caso de las valijas de Antonini Wilson y reveló aspectos que llevaron preso a Sergio Schoklender por la causa Sueños Compartidos, por el cual recibió amenazas de muerte. En la presentación de su último libro “La cacería de hierro”, confesó: “Por seguridad mi familia no va conmigo a ningún lado. Mis padres tienen prohibido subir fotos de mis hijos o identificarlos por sus nombres. El día que me nombraron miembro de la Academia Nacional de Periodismo mi familia no vino porque iba a haber muchos fotógrafos. Por eso celebran cuando edito libros más que cuando publico mis notas de investigación, igual sin su apoyo nada de mi trabajo sería posible”.
Hugo Alconada Mon no tiene nada de improvisado y cada una de sus novelas tiene una rúbrica empírica casi exclusiva en el rubro editorial. Realizó cursos con el FBI y el Servicio Secreto de los Estados Unidos y conoce como nadie, por su profesión de abogado, los recovecos jurídicos y policiales que le dan pimienta a sus historias de ficción. En su nuevo libro regresa al 1892 para centrarse en un pueblo de Necochea donde dos niños de tres y cinco años mueren degollados en un marco que resalta la figura de Juan Vucetich, un emergente antropólogo que con su tarea explica el nacimiento de la criminología moderna. Así, toda la magia del estilo noir que no puede volcar en sus trabajos actuales, toman cuerpo entre las páginas de su séptimo y nuevo libro.
Vanguardia femenina. La periodista Marina Abiuso brilló en la pantalla de TN como la voz del canal en cuestiones de género y fue periodista de NOTICIAS. Asimismo en la última década se convirtió en una de las principales referentes del movimiento feminista que abrió camino a conquistas de género. En octubre sale su primera novela bajo el sello de Planeta, en el cual aborda un área hasta hoy desconocida en ella, la ficción. En sus 20 años de profesión, siempre se movió en terrenos pantanosos, pero fácticos. Hoy se embarca en una nueva travesía. “Mi primera novela “Gelatina libre” es ficción pero aun así busqué que fuera verdadera. Cuando avanzaba la historia pensaba mucho en algo de lo que hablan otras autoras que es "la verdad del texto". Al final estás inventando, pero nunca mintiendo”, cuenta a NOTICIAS en el umbral de su lanzamiento pautado para los próximos días. Y a modo de adelanto, agrega: “No estaba en mis planes escribir ficción, de hecho estaba trabajando en otro texto pero cuando me apareció esta historia tuve que dejar de lado lo que estaba haciendo porque me dieron muchas ganas de hacer crecer esta novela”. Y concluye: “Quizás haya público en común con mi laburo periodístico o quizás haya gente que no se interese porque quizás no le gusta lo que ve mío en la tele. Es impredecible lo que va a pasar. Lo que yo deseo es que la historia de manera autónoma y por fuera de mi nombre, encuentre a sus lectores. Con eso estoy hecha”.
Cristina Pérez tal vez sea uno de los ejemplos más representativos de este alter ego literario. De fuerte pregnancia en los medios gracias a sus 21 años en el noticiero de Telefe junto a Rodolfo Barili, al presente ya tiene escrito cuatro novelas que le significaron muy buenos dividendos en ventas y en elogios. A sus 51 años, la conductora y periodista tucumana es muy concreta y no da lugar a la escala de grises. En una entrevista a Clarín por el lanzamiento de su última novela “Tiempo de renacer”, afirmó: “La libertad creativa no es libertinaje y responde a un pacto fundamental con la verosimilitud”. Su novela hurga en la vida de dos mujeres que se suceden en distintas épocas pero con un punto en común, el famoso cuadro de Sandro Botticelli “El nacimiento de Venus”, el cual las sumerge en el área de las vidas pasadas y el karma. Los libros de Pérez siempre figuran entre los más vendidos del año.
Este camino iniciático de ficción tiene un prócer contemporáneo llamado Jorge Fernández Díaz quien lleva editadas más de diez novelas de ficción, a la vez que ve subir su hándicap dentro del periodismo gráfico, radial y televisivo. Para su última publicación “Cora”, cual Stan Lee (creador de Marvel), inventa un personaje homónimo de mucho vuelo como una investigadora privada que tiene una agencia junto a una socia experta en informática. La novela tardó en escribirla cinco años pero una vez en las bateas, se convirtió en un suceso de ventas. Su apellido es un ícono de la industria del libro actual.
Las novelas escritas por periodistas tienen dos afluencias, el gusto por la ficción misma y la credibilidad de sus autores. Esto le da una verosimilitud y un condimento real a la ficción que es muy valorada en el mundo literario.
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