Kicillof abre las sesiones ordinarias. (Gobernación BA.)

Eufórico y sin anuncios: el estilo Kicillof para abrir las sesiones 

El gobernador se diferenció de Alberto Fernández en las formas, pero destacó el vínculo con Nación. La idea de ser una provincia petrolera.

Axel Kicillof no lee. Con unas hojas repletas de apuntes y cifras apoyadas en el escritorio de la presidencia de la cámara de Diputados de la provincia, el gobernador improvisa y mueve los brazos con énfasis. Celebra que fue la mejor temporada de verano y que empezaron las clases. Repite que encontró una provincia “abandonada”, que hubo “desidia”. Reprocha a la oposición que no lo acompañó en la Ley Impositiva. Arroja números y promete: “Vamos a dar vuelta esta crisis”. 

Con tono eufórico, muy diferente al utilizado por Alberto Fernández el 1 de marzo en el Congreso, Kicillof dedicó gran parte de su discurso para volver a referirse al “ajuste muy fuerte” que sufrió la provincia durante los últimos cuatro años, pero no hizo ningún anuncio legislativo. También en eso se diferenció del Presidente, que prefirió no hacer referencia al gobierno de Mauricio Macri y apuntar hacia adelante, refiriéndose a los proyectos de ley que enviará al Congreso.

“A pesar de la muy dura situación económica, las emergencias, la escasez de recursos, los condicionamientos externos, en estos 82 días estamos poniendo en marcha a la provincia”, empezó Kicillof a las 16.53 del 2 de marzo ante la asamblea legislativa. “Abandono” y “desidia” fueron las palabras con las que se refirió a la situación en la que encontró no sólo la Casa de Gobierno, sino todas las áreas de la administración bonaerense. 

A su antecesora, María Eugenia Vidal, no la mencionó. Pero durante todo su discurso el gobernador señaló a Cambiemos por “pisar la caja”, aumentar la deuda, y agravar de las condiciones de vida en la provincia. También le reprochó a la oposición por no haber votado la Ley Impositiva en el inicio de su mandato. “No es una chicana ni una revancha, es que me veo obligado a decir que se trató de un gobierno que en el último tiempo ni siquiera venía a la capital de la provincia”, agregó Kicillof, quien se instaló en La Plata en diciembre con su familia.

Desde el palco central del recinto, la esposa del gobernador, Soledad Quereilhac, siguió el mensaje del gobernador junto a los diputados nacionales Cristina Álvarez Rodríguez y Andrés “Cuervo” Larroque, y el senador Jorge Taiana. Todos representantes de la provincia en el Congreso nacional. Ni Alberto Fernández ni Cristina Kirchner llegaron a la asamblea.

Sin corbata, como es su estilo, Kicillof nombró varias veces a Fernández. Citó tramos de su discurso, celebró políticas nacionales, como la tarjeta Alimentar y el congelamiento de las tarifas de naftas para reactivar el consumo. Y reafirmó que sus decisiones están alineadas con las que lleva adelante la Casa Rosada en materia de deuda. “Estamos juntos con Alberto, con Guzmán para salir de esta situación dramática”, lanzó. 

El gobernador se quejó varias veces de “las operaciones de los diarios” y celebró como logros de sus 82 días de gestión el normal inicio de clases, el congelamiento de tarifas eléctricas, la reestructuración de la deuda, el programa para potenciar a las pymes y la mesa de diálogo creada para solucionar la superpoblación carcelaria. En el último tramo, invitó a una fiesta el próximo 8 de marzo por el Bicentenario de la provincia y el Día de las Mujeres, y cerró un discurso de una hora y 36 minutos a los gritos con una propuesta novedosa: que Buenos Aires sea considerada una provincia petrolera.

"El petróleo crudo se produce en diez provincias de la Argentina, pero el 80% del petróleo se destila en la provincia de Buenos Aires. Sale por los puertos lo que se exporta, es necesario encontrar un papel. Buenos Aires es socia del desarrollo de Vaca Muerta", lanzó el gobernador. Lo que quedaron fueron gritos, arenga y aplausos de pie.

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