Luis Petri (CEDOC)
Luis Petri, "carero": pagó US$ 100 millones por tanques que Polonia consigue por 1 dólar
La compra de blindados Stryker por parte del Ministerio de Defensa quedó en el centro de la polémica por el costo de las adquisiciones militares argentinas y recordó el antecedente de los F-16.
Mientras Argentina avanzó en la compra de blindados militares por cerca de US$ 100 millones, en Europa se cerró un acuerdo que expone un contraste llamativo. Estados Unidos decidió transferir a Polonia vehículos blindados Stryker usados por apenas un dólar por unidad, en el marco de una negociación estratégica vinculada a la OTAN y al reposicionamiento militar en Europa del Este.
Se trata de los mismos blindados Stryker que el Ministerio de Defensa argentino adquirió para el Ejército, como consignó el sitio La Política Online. En el caso local, la operación contempló la compra de 27 unidades usadas por un monto total cercano a los US$ 100 millones, una cifra que incluye equipamiento, logística y adaptación, pero que igualmente despertó cuestionamientos por el precio final pagado.
La diferencia de costos no pasó desapercibida. En el caso polaco, la cesión por un dólar responde a un acuerdo político-militar con Washington, que busca reducir su stock de vehículos y reforzar a aliados estratégicos. Los blindados fueron utilizados previamente por el Ejército estadounidense en misiones en Afganistán e Irak y forman parte de material que Estados Unidos está retirando de servicio.
¿Le gusta pagar de más al ex ministro de Defensa? ¿Lo engañan fácil?
En Argentina, la elección de los Stryker se dio en medio de debates internos dentro del área de Defensa. Según trascendió, existían alternativas más económicas y modernas, como los blindados Guaraní de fabricación brasileña, que además ofrecían la posibilidad de transferencia tecnológica y producción regional, opción que finalmente fue descartada.
El caso se suma a un antecedente reciente que también generó controversia: la compra de aviones F-16. El Gobierno argentino firmó un acuerdo para adquirir cazas F-16 de segunda mano por alrededor de US$ 300 millones, mientras que Rumania recibió aeronaves del mismo modelo por un valor simbólico de un euro, en una operación similar a la que ahora beneficia a Polonia.
En ambos casos, los países europeos accedieron al equipamiento en el marco de acuerdos estratégicos con Estados Unidos, asumiendo principalmente los costos operativos y de mantenimiento, pero sin desembolsar cifras millonarias por el material en sí. La comparación volvió a poner bajo la lupa el criterio aplicado en las compras militares argentinas.
Las diferencias en los montos pagados reabrieron el debate sobre la política de defensa, el uso de recursos públicos y la conveniencia de adquirir material usado a precios elevados, en un contexto de ajuste fiscal y restricciones presupuestarias. También dejó expuesta la distancia entre las condiciones que obtienen los aliados estratégicos de Estados Unidos y las que enfrenta Argentina al momento de negociar este tipo de adquisiciones.
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