Maximo Kirchner y Martín Menem (CEDOC)

El Francotirador

Máximo Kirchner y Martín Menem: el pacto de los herederos

El hijo de los dos presidentes y el sobrino del caudillo riojano negociaron en secreto para repartirse los lugares de la AGN. Macri, escandalizado.

Los dos tienen apellidos que pesan y un presente más bien irregular. Máximo Kirchner, el hijo de los dos ex presidentes, viene cuesta abajo, sabiendo que su liderazgo en el PJ bonaerense se termina en marzo del 2026 y aceptando que su agrupación La Cámpora espanta más de lo que enamora. Martín Menem, el sobrino del caudillo riojano de los noventa, logró remontar la cuesta y confirmar su continuidad como titular de la Cámara de Diputados después de sobrevivir al escándalo de las coimas en Discapacidad y reivindicarse como armador en las elecciones de octubre. Kirchner y Menem, Menem y Kirchner, pero en su nueva generación, la de los herederos, probablemente estaban destinados a terminar abrazados, no a la luz del sol, pero sí en un pacto subterráneo que se hizo evidente en la escandalosa votación en la Cámara Baja de la semana pasada.

¿Qué fue lo que ocurrió? Que, como parte del desplante de los libertarios al PRO de Mauricio Macri, los legisladores que responden a Menem y los encolumnados bajo la conducción de Cristina y Máximo acordaron repartirse los cargos en la Auditoría General de la Nación (AGN), uno de los principales organismos de control del Estado. Las macristas aspiraban a ocupar sillas en esa dependencia, pero Menem y Kirchner, Martín y Máximo -con el aval indispensable de Cristina y Karina Milei- negociaron y dejaron a los amarillos mirando con la ñata contra el vidrio. El tercero que también participó de esas conversaciones entre gallos y medianoche fue el kirchnerista Germán Martínez.

La reacción del PRO, con la traición consumada, no se hizo esperar. Cristian Ritondo, el jefe de los diputados macristas, anunció que recurrirían a la Justicia para invalidar esa votación, aunque lo más indicado sería la Iglesia, para ir a llorar. Eso dicen del lado de los libertarios y de los K que cada vez se acercan y se identifican más los unos con los otros. El próximo paso podría ser un acuerdo para llenar los dos lugares vacantes en la Corte Suprema: del lado de CFK propusieron a la senadora Anabel Fernández Sagasti, mientras que el oficialismo puso sobre la mesa el nombre de Mariano Llorens, presidente de la Cámara Federal de Comodoro Py. ¿Y el PRO? No sabe, no contesta.

En el caso de la Corte, los negociadores son otros, el kirchnerista Juan Martín Mena, camporista como Máximo, y el secretario de Justicia del Gobierno que responde al asesor Santiago Caputo, Sebastián Amerio. Pero lo que se repite es el mecanismo: los libertarios y los K hacen causa común, llenan los espacios vacantes del poder, acuerdan apoyo legislativo a cambio de impunidad -¿o por qué nunca salió Ficha Limpia?- y, lo más gracioso, dejan boquiabierto con esas piruetas a quien se suponía el verdadero aliado del Gobierno, el PRO.

Es que el ADN peronista tira. Donde hay un Kirchner y un Menem no queda lugar para un Macri.

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