La diputada nacional Karen Reichardt, miembro de La Libertad Avanza, salió este fin de semana a destacar lo que consideró una serie de logros del oficialismo en el Congreso, pero su evaluación contrastó con la percepción general del desempeño legislativo y desató fuertes reacciones en redes sociales.
En un posteo en sus redes sociales, Reichardt celebró lo que ella calificó como “una semana de buenas noticias en el Congreso”: mencionó que vivió su primera sesión como diputada, que se dio media sanción al Presupuesto 2026, que se aprobó un proyecto de Inocencia Fiscal y que se logró el dictamen de la reforma laboral en el Senado, describiéndolo como “un paso fundamental para generar empleo genuino y modernizar la Argentina”.
El mensaje, sin embargo, fue percibido por muchos como fuera de sintonía con la realidad política. Si bien el oficialismo logró avanzar con el Presupuesto, no consiguió aprobar recortes en áreas sensibles como pediatría y universidades, algunas derogaciones planteadas fracasaron, y el debate de la reforma laboral fue postergado para febrero, un hecho interpretado por sectores del propio gobierno como una señal de debilidad parlamentaria.
En redes sociales, internautas y críticos políticos señalaron el contraste entre el optimismo de Reichardt y lo que consideran un desempeño más modesto o incluso negativo de la coalición oficialista durante esa semana de sesiones. Entre los comentarios predominó la idea de que su celebración estaba “desconectada de la realidad”, en medio de discusiones sobre la capacidad del Gobierno para imponer su agenda y negociar con fuerza en el Congreso.
La respuesta en redes también incluyó mensajes que cuestionaron la comprensión política de Reichardt y su papel como diputada, en un clima donde la figura de La Libertad Avanza y sus representantes ha sido objeto de debate desde su ingreso al Parlamento. Las críticas reflejan, además, una tensión más amplia sobre cómo interpretar los resultados parlamentarios de un oficialismo que en ocasiones ha tenido dificultades para consolidar sus proyectos prioritarios.
En ese marco, su celebración no solo fue comentada por simpatizantes y detractores, sino que también alimentó una discusión sobre la comunicación política y la gestión de expectativas en un contexto en el que los respaldos legislativos todavía parecen frágiles para algunas de las medidas más ambiciosas del oficialismo libertario.














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