Javier Milei (CEDOC)

Qué se juega Milei con el resultado de hoy

Las elecciones definen mucho más que la composición del nuevo Congreso: están en discusión el plan económico, el estilo del Presidente y la batalla cultural.

Javier Milei se juega mucho más que una elección legislativa cuando vaya a votar este domingo 26. Lo que definirá el resultado de esos comicios es, en última instancia, la continuidad o no de su proyecto libertario, de un programa económico que ya va por el segundo salvataje en los últimos meses -primero con el FMI, ahora con el Tesoro de los Estados Unidos- y de la llamada batalla cultural que el Presidente pretende dar contra la cultura progresista, el feminismo, el colectivo LGBTQ, el periodismo, la educación pública, los discapacitados, la ciencia, la cultura, el Congreso, los gobernadores y la política tradicional, por nombrar solo a algunos de sus muchos adversarios. Lo que está en juego, además de los números de la economía y la inflación, es la supervivencia de un método de construir poder a los gritos y empujones, por más que el primer mandatario, alertado sobre la baja de su imagen positiva, haya intentado dejar de lado los recurrentes insultos en las últimas semanas, con evidentes recaídas.

Pero, cualquiera sea el resultado, lo que se expresa desde el Gobierno es que a partir del lunes 27 vendrán cambios. Es decir, una corrección del rumbo para encarar la segunda fase de la gestión hasta 2027. El primer anuncio es una oxigenación del Gabinete tras las salidas de Patricia Bullrich, Luis Petri, Gerardo Werthein y Mariano Cúneo Libarona, además del vocero Manuel Adorni. La segunda promesa es que la sociedad con el PRO de Mauricio Macri se aceitará mucho más y el ex presidente podría convertirse, como Donald Trump, en un “garante” del modelo y en el referente de los funcionarios amarillos que asuman, si es que eso sucede. Pero esa contribución interesada es algo que ya se anunció en el pasado y que, por distintas razones, nunca se cristalizó.

De cara a las elecciones, el Gobierno promete un lavado de imagen y de estilo. Un nuevo Milei, distinto al que conocemos. ¿Podrá?

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