El diputado Luis Petri volvió a encender el clima político y militar en redes sociales al publicar un mensaje de fuerte tono épico sobre la inminente llegada de los F-16. En X (ex Twitter), desde su cuenta @luispetri, escribió en mayúsculas emocionales: “Nuestros F-16 ya vuelan alto. El cielo argentino los espera y todo un país está contando los minutos. Prepárense, porque lo que viene es histórico. Un día que vamos a recordar para siempre, en el que la Argentina grande empieza a asomar”. El posteo no vino solo: Petri acompañó el mensaje con videos de vuelos rasantes, luces, sonido y estética de superproducción, un despliegue “a la Top Gun” que buscó trasladar la épica militar al terreno político.
El entusiasmo del diputado no es nuevo. Días atrás había asegurado que los cazas “vienen a velocidad supersónica” y que “cada vez falta menos para recibirlos”, en un intento por instalar la incorporación del material estadounidense como un hito de modernización para la defensa nacional. La narrativa oficialista, que presenta la compra como un símbolo de soberanía y alineamiento estratégico, encontró en Petri a su vocero más encendido.
Sin embargo, detrás del clima de euforia queda un dato relevante: el Gobierno todavía no difundió un cronograma preciso sobre las fechas de entrega de las aeronaves, las etapas de adiestramiento de los pilotos ni los tiempos de incorporación plena a la Fuerza Aérea. La ausencia de información concreta contrastó con el tono de inminencia que proyectaron los mensajes de Petri y abrió un debate sobre la conveniencia de generar expectativas antes de contar con confirmaciones oficiales.
El diputado, de todos modos, logró su objetivo inmediato: dominar la conversación pública durante varias horas y posicionarse como referente en materia de defensa dentro del oficialismo. Su mensaje —mezcla de épica, marketing político y estética cinematográfica— fue recibido con entusiasmo por sus seguidores, pero también con ironías por parte de opositores y usuarios que remarcaron la distancia entre el discurso casi heroico y la realidad administrativa de la operación.














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