Un consorcio puede ser un infierno. (Freepik)

Créditos inmobiliarios en 2025: el impulso, las tensiones y lo que viene en 2026

Tras años de parálisis, el crédito hipotecario volvió a crecer en 2025 y abre expectativas moderadas pero firmes para el mercado inmobiliario en 2026.

El mercado de créditos hipotecarios en Argentina ha experimentado en 2025 un movimiento que, aunque desigual y condicionado por la coyuntura económica, marca un punto de inflexión tras años de estancamiento. La combinación de incentivos privados, reposicionamiento de líneas bancarias tradicionales y señales de estabilización macroeconómica permitió reactivar un segmento clave para la compra de viviendas, llevando a que miles de familias accedieran a financiamiento para su casa propia y generando expectativas robustas de crecimiento para 2026.

Un caso emblemático de esta dinámica es Lendar, la plataforma de finanzas colaborativas que cerró 2025 con resultados notables en créditos hipotecarios: otorgó 675 préstamos por un total de USD 20 millones, lo que representa un 33% más de operaciones respecto de 2024 y un volumen desembolsado 67% superior al año anterior. Este crecimiento fue impulsado tanto por la mayor cantidad de créditos como por un incremento sostenido del ticket promedio —que pasó de USD 24.000 a USD 29.000— y por una base de inversores que se expandió con nuevos aportantes interesados en financiar vivienda propia fuera del circuito bancario tradicional. 

El crecimiento registrado por Lendar no es un caso aislado. Según datos recientes, el sistema bancario tradicional también registró señales de reactivación con los créditos hipotecarios UVA, cuyas colocaciones se multiplicaron casi por cinco en términos nominales entre octubre de 2024 y octubre de 2025, reflejando tanto la demanda acumulada como un esfuerzo por ofrecer financiamiento ajustado a la inflación.

Asimismo, informes sectoriales señalan que entre enero y mayo de 2025 se otorgaron más de 19.000 hipotecas nuevas en todo el país, un nivel de actividad que supera en más del 60% al registrado en 2024, evidencia de que la demanda de vivienda y financiamiento está lejos de apagarse.  Incluso en términos más amplios, se estima que Argentina podría terminar 2025 con cerca de 20.000 créditos hipotecarios otorgados, consolidándose como uno de los años más activos en materia de financiamiento para vivienda desde que se llevan registros sistemáticos.

Factores que explican la dinámica de 2025

Varias razones convergen para explicar este repunte después de años de casi parálisis en el segmento. Por un lado, la baja relativa de las tasas de interés nominales, producto de ciclos monetarios más relajados y políticas de estabilización, redujo el costo del crédito en términos absolutos, facilitando el acceso a préstamos que durante años resultaban prohibitivos. 

Por otro, la reactivación del mercado inmobiliario —que incluye no solo la demanda de vivienda sino la recuperación de la construcción y de transacciones de compraventa— genera un efecto multiplicador sobre la necesidad de financiamiento hipotecario. En 2025 se observaron señales de que el sector se encuentra en una fase de transición hacia niveles de actividad más sostenibles, con precios de viviendas que empiezan a mostrar mayor estabilidad. 

Adicionalmente, el interés de inversores alternativos a bancos tradicionales y la aparición de instrumentos financieros —como fondos comunes de inversión destinados a hipotecas, fideicomisos y mecanismos de financiamiento colaborativo— amplía la oferta más allá del crédito bancario clásico. En el caso de Lendar, la puesta en marcha del fondo Allaria-Lendar, que comenzó a cotizar en octubre de 2025 con una primera emisión de USD 3,1 millones y potencial de escalar hasta USD 100 millones, representa un ejemplo de cómo se están creando nuevas fuentes de fondeo para sostener el crecimiento del crédito hipotecario. 

Desafíos y tensiones que persisten

A pesar de las señales positivas, el mercado no está exento de tensiones. El encarecimiento de las tasas de interés y los requisitos más estrictos en ciertos bancos han llevado a advertencias sobre un posible enfriamiento de la dinámica de hipotecas, especialmente si los costos financieros se mantienen elevados y la economía enfrenta presiones inflacionarias o de dólar volátil. 

Además, aunque los bancos han recortado tasas en algunos segmentos, el acceso sigue siendo desigual, y el crédito hipotecario representa todavía una parte muy reducida del producto total, reflejo de una histórica restricción en el financiamiento de vivienda en Argentina comparado con otros países de la región. 

Perspectivas 2026: consolidación con desafíos estructurales

Las proyecciones para 2026 son cautelosamente optimistas. Expertos del sector señalan que el mercado hipotecario podría consolidar el crecimiento iniciado en 2025 si se mantienen condiciones macroeconómicas relativamente estables, con tasas accesibles, dolarización controlada y un contexto regulatorio claro que brinde certidumbre a largo plazo. 

En ese marco, la expectativa es que la demanda de viviendas continúe al alza, especialmente si los salarios reales muestran mejoras y los nuevos productos financieros amplían el acceso al crédito. Asimismo, la continuidad en la incorporación de tecnologías que agilicen los procesos de evaluación y aprobación —como la digitalización de solicitudes y análisis de riesgo— será un factor clave para acelerar aún más la colocación de créditos. 

Otro elemento relevante para 2026 será el fortalecimiento de mecanismos de fondeo alternativos, que permitan diversificar las fuentes de capital y no depender únicamente del sistema bancario tradicional. Esto incluye el desarrollo de fondos de inversión focalizados en hipotecas, securitizaciones de préstamos y alianzas con actores institucionales que busquen rentabilidad en el mercado de vivienda. 

2025 quedará marcado como un año de inflexión para los créditos hipotecarios en Argentina. El crecimiento observado —tanto en plataformas innovadoras como Lendar como en líneas tradicionales como los créditos UVA— refleja una reactivación del acceso al financiamiento de vivienda, un componente esencial para dinamizar el mercado inmobiliario y la economía en general. Si bien persisten desafíos, las perspectivas para 2026 sugieren que, con tasas razonables, mayor participación de inversores y condiciones macroeconómicas más predecibles, el crédito hipotecario puede seguir siendo un pilar para la recuperación y expansión del sector de la vivienda.

En esta Nota