Cuando enviudó transformó las dos alianzas en una llave que contiene un corazón con las iniciales de los dos. (José Tolomei)

Miriam Testorelli: “Las joyas son legados familiares”

Heredera de una relojería y joyería con 134 años de historia en el país. Historias de amor, consumo y gemas.

¿Cuál es la joya ideal para regalarle a una mujer con la que querés tener una historia? La pregunta de Miriam Testorelli resuena en su nuevo y paquetérrimo local de la Avenida Alvear. Tiro varias opciones, ninguna da en el blanco y ella responde su propio enigma con picardía: “El regalo perfecto es una gargantilla. Cuando el hombre dice: ‘Te ayudo, a ver cómo te queda’ y se para detrás de la agasajada, su trabajo ya está hecho”.

Detalles como ese denotan una vida dedicada al arte de la joyería, pero también al de tratar con personas que van en búsqueda de un objeto que puede trascender generaciones. Heredera de un apellido que es sinónimo de joyería, Miriam es entre otras cosas, la gran empresaria que se crió en la cultura del trabajo familiar y supo mantener un legado que sigue intacto, ahora sumando a sus hijos. También es una de las mayores expertas en gemas del país, estudiosa de historias ancestrales, alguien que sabe leer muy bien al prójimo, una señora estupenda, número uno en lo suyo. Oficio, amor y anécdotas que en boca de Miriam Testorelli son justamente, una joyita. 

Noticias: La pasión por la joyería viene como herencia familiar, pero usted también es periodista. ¿En algún momento llegaron a convivir las dos profesiones?

Miriam Testorelli: Sí, llegaron a convivir. Cuando terminé el secundario no estaba decidida acerca de qué carrera seguir, una amiga mía me dijo: “Voy a anotarme en Periodismo”, y en ese momento vino la revelación. Nos anotamos en el Círculo de la Prensa, no existía en ese entonces la carrera de Comunicación, fue durante la dictadura, había un clima difícil. Imaginate, nosotras éramos las chicas que venían de San Isidro en auto con nuestros tapaditos de piel (se ríe) y en la facultad había distintas realidades, pero trabajábamos en equipo y convivíamos todos. Me recibí y en paralelo trabajaba junto a mis padres en la joyería, tanto mis hermanos como yo acompañábamos a la familia en el comercio.

Noticias: El comercio y el periodismo tienen algo en común y es que la práctica hace al oficio. ¿Usted cómo lo ve?

Testorelli: Es así y trabajando todos los días en el comercio es donde aprendés la posta. A mí hasta el día de hoy se me mezclan los olores, el tema de la alcuza con la que soldaba mi papá, el aroma del fuego con el alcohol, el sonido de los cucús y los carrillones marcando las horas. Nosotros vivíamos arriba del local y estaba también mi abuela paterna. Mi papá quedó huérfano de padre a los 16 y en el Colegio Marín como era hijo único le hicieron un plan especial para que pudiera trabajar, siguieron los dos solitos con el negocio familiar. Al tiempo se incorporó mi madre, que como tenía una simpatía muy particular supo meterse en el bolsillo a todos. Los asesoraba, le pedían consejos, era muy especial. 

Noticias: ¿Alguna de esas máximas maternas para tener en cuenta?

Testorelli: Por ejemplo, que las joyas familiares quedan para las hijas porque si le regalás algo a tu nuera y esa pareja se separa el legado se va con ella.

Noticias: Qué bien pensado, tomo nota. ¿Pasó algún hecho que le haya recordado ese consejo?

Testorelli: Por supuesto, una vez llegó un matrimonio a la sucursal de Unicenter y la mujer me dijo: “¡No sabés lo que me acuerdo eso que decía tu madre!” Le habían regalado una joya a la nuera, ella se había separado del hijo y venían a buscar una pieza que reemplazara a la que ya nunca más iba a volver. También hay una experiencia personal para contar. Tengo 5 hijos. Cuando el mayor iba a ser padre mi primer nieto no sabíamos si mi nuera iba a querer incluir el apellido Testorelli al anotarlo, mis hijos son Griep Testorelli. Secretamente sin que ella se enterara con mi madre nos hicimos una promesa, si llegaba a conservar nuestro apellido íbamos a regalarle un diamante de 60 puntos, más de medio quilate, para reflejar que es madre de la sexta generación. Le puso los dos apellidos más el suyo así que la sorprendimos con la joya, pero después de tener más hijos se separaron.

Noticias: ¿Cómo termina la historia? ¿Vale reclamar una joya que se regaló?

Testorelli: Cuando se separaron fue todo un tema. Con la bronca que tenía mi hijo porque ella generó la separación, él escondió la joya con la excusa de que había desaparecido en la mudanza. Me enteré y le dije: “Ese regalo no fue porque estaba casada con vos sino porque ella parió a la sexta generación y eligió que llevara nuestro apellido, vos no tenés nada que ver con esto. Es un regalo que tu abuela y yo quisimos darle”. Así que se lo devolvió. Las cosas como son, esta joya que entrelaza las iniciales de mi marido y la mía ya le prometí a mi hija que es para ella. Hay legados que sí o si tienen que quedar en la familia porque cuenta una historia de amor.

Noticias: ¿Cuál es esa historia?

Testorelli: Cuando enviudé me quedaron las dos alianzas. Me deprimía el hecho de usarlas juntas como suelen usar las viudas, quería hacer algo canchero, que me de alegría ante el recuerdo de nuestro amor. Así que decidí diseñar una llave que contiene un corazón con las iniciales de los dos. Estuvimos 25 años juntos, por eso tiene 25 diamantes más chicos y cinco más grandes que simbolizan los cinco hijos que tuvimos. La uso en cada evento familiar, es infaltable. Poder hacer presente a un ser querido a través de una pieza de joyería es lindo.

Noticias: Dejemos lo familiar y pasemos a lo clandestino. ¿Alguien vino a comprar una joya inconfesable para un amor no blanqueado?

Testorelli: ¡Todo el tiempo! (risas). Vienen y compran la misma pieza de a dos o de a tres. Y pará que también están los sugar daddies...

Noticias: ¿Cómo funciona un sugar daddy en una joyería?

Testorelli: Por ahí hay una mirada enjuiciadora al respecto, pero el hombre te dice: “Si yo se lo puedo comprar y a ella la hace feliz, ¿por qué no hacerlo?”. Así que uno responde: “Cómo no, ¿qué más querés que te mostremos?“ (Se ríe). En esas ocasiones hay bastante pedido de marca internacional. ¿Sabés quiénes buscan branding también? El público oriental. Después tenemos una clientela importante que está interesada en la joyería de diseño, ese es nuestro fuerte. Si vas a una joyería de marca como Chopard o Bvlgari sabés que la vas a encontrar en cualquier parte del mundo y que vas a ver la misma joya en miles de personas. Con una pieza nuestra ganás en exclusividad.

Noticias: ¿Hay nuevos nichos de consumo en la joyería?

Testorelli: Sí, está muy fuerte la joyería para el hombre. Se han animado y los ves con aros, colgantes, pulseras y anillos de a muchos, usan más piezas que las mujeres. Ahí hay un camino interesante en la búsqueda de diseño para ofrecerles. La joya requiere de un servicio que acompañe tu personalidad, siempre digo que cuando una joya llega a tu vida es porque algo pasó. Cumpliste 15 años, te casaste, te recibiste, va reflejando esos cambios.

Noticias: A los actores se les suele preguntar qué personaje tienen pendiente. ¿Existe alguna gema con la que todavía no haya trabajado?

Testorelli: Sí, hay muchas, porque van ingresando al mercado piedras que hasta hace poquito no se veían. Dependemos un poco del mercado porque yo no tallo piedras, con los cortes láser aparecieron un montón de posibilidades distintas y diversos caminos por explorar. En nuestra colección Follow Me trabajamos con rodio negro, esmaltes, diamantes negros, diamantes cognac, un sinfín de materiales.

Noticias: La última. ¿Qué pieza recuerda por la historia que cuenta?

Testorelli: La historia de las “Nueve Reinas”. Empieza con que se casaba el único varón de esa familia, la abuela muere el mismo día de la boda y deja dos joyas: un collar de perlas de dos vueltas y una pulsera de oro con un montón de monedas para todas las mujeres de la familia. Tiempo después viene la madre del novio y nos pide hacer nueve joyas iguales con esos materiales. Buscamos un diseño para adaptar esas perlas de collar, que tienen dos agujeritos a un anillo que abrazara la perla de cada lado, lo trabajamos junto con ellas y fue muy lindo. Nos apasionamos tanto con su historia que decidimos filmar un video con los pasos de la creación, se lo regalamos para que lo tuvieran de recuerdo. Fue muy movilizante para ellas, después hicieron un encuentro y grabaron la unión de todas las manos familiares, incluidas las del varón, con una canción divina de fondo. Esos nueves anillos le recordarán a su abuela para toda la vida.

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