Wednesday 18 de September, 2024

PERSONAJES | 13-09-2024 09:45

Florencia Otero: “Trato de manejar la culpa del trabajo y la maternidad”

Actriz y cantante, se está por despedir de la obra “Personas, lugares y cosas” y ya prepara nuevos proyectos.

Hasta hace pocos días, estuvo en la piel de La Serpiente de “El Principito”, la exitosa aventura musical de Juan Carlos Baglietto que se presentó en el Teatro Ópera, ahora Florencia Otero transita las últimas funciones de “Personas, lugares y cosas”, una coproducción de Club Media y el Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA) en el Teatro Sarmiento. Allí, la actriz y cantante encarna a la protagonista de esta pieza del dramaturgo inglés Duncan Macmillan ya estrenada en Londres y New York: una joven actriz que decide tratarse de su adicción a las drogas y el alcohol.

También pareja del músico Germán Tripel, Otero habla con NOTICIAS de los desafíos que le significó ese papel en una obra esperanzadora y a la vez desesperanzadora; de su relación de 18 años con el ex Mambrú; de su vínculo con Nina, la hija de ambos de nueve años; y de su próxima vuelta a los recitales con “Tripa”.  

Noticias: ¿Qué le interesó de “Personas, lugares y cosas”?

Florencia Otero: Que habla de las adicciones de un modo novedoso, no tendencioso, sin encasillamientos sociales, buscando tocar puntos comunes. También me gustó por la puesta, tecnológica e inmersiva, con espectadores en el escenario, para que sintamos que el problema es de todos.

Noticias: Le oí decir que disfrutó más del trabajo de investigación que de interpretarla. ¿Siempre es así?

Otero: No. Cuando uno tiene un material así, tan interesante, el proceso de armado es de las cosas más lindas. Con Julio Panno, el director, empezamos un año antes a analizar el texto, a tratar de descular qué quería contar el autor, a hablar con centros de atención de adictos, con familiares; no siempre uno tiene ese tiempo. Lo último fue un viaje fugaz a Londres, para ver la obra, repuesta luego de 10 años, hablar con el autor, con la actriz que la hace allá. La obra además menciona varios clásicos del teatro y quería saber qué quiso decir con cada una de esas citas, por qué esas y no otras. 

Noticias: Hábleme de ese viaje.

Otero: Yo hacía tiempo tenía ganas de trabajar con un material que me interpelara, que me atravesara. Luego, con el apoyo de Club Media -que me viene acompañando desde los 12 años, cuando hice por primera vez “El Principito”- y el CTBA, el proyecto adquirió otra dimensión; y ese viaje implicó traer una data que me confirmó qué íbamos por el camino correcto. Nuestra obra respeta mucho la de Macmillan, pero adaptada a nuestra idiosincrasia.

Noticias: ¿Y el encuentro con la actriz, Denise Gough? 

Otero: Denise me contó cómo surgió todo. Macmillan iba a escribir a un bar donde ella era camarera, y observándola nació Emma. Lo increíble es que luego Denise apareció en las audiciones y al enterarse de que ella era actriz, Macmillan le dio el papel. La historia de Emma es un poco la historia de Denise, porque ella también es una adicta en recuperación. Denise además me ayudó a despejar mis dudas sobre Emma, un personaje que te llena de preguntas existenciales. Emma es una mujer inteligente, pero traumatizada por una realidad que la abruma. De ahí que busca un escape en las drogas; y su soberbia no es más que una máscara, donde se refugia de su otra adicción, el teatro. 

Noticias: ¿Tuvo alguna experiencia vinculada a las adicciones?

Otero: Sí, en mi familia y, sobre todo, en mi entorno. En lo personal, habría que ver hasta qué punto uno asume qué es una adicción. En ciertos momentos he tenido adicción al trabajo, a vínculos, a ideas. No a drogas, pero sí a consumir algo en demasía y que eso me haga daño. Aunque no sé si eso me llevó a la obra. A veces son elecciones inconscientes; y cuando das con el material, te decís: “Mirá las ganas que tenía de hablar de esto”. Como el vínculo madre-hija, la pérdida de un hermano, cosas que forman parte de mi vida y que me gusta exorcizar en el escenario. 

Noticias: Un hermano suyo murió poco antes de que usted naciera, ¿no?

Otero: Sí. Yo soy la última de nueve hermanos y el octavo falleció justo antes de que yo naciera. Se llamaba Miguel Arcángel y cuando yo nací, en recuerdo a él, me pusieron cómo primer nombre Arcángela. Por mucho tiempo sentí que estaba ocupando el lugar de otro y una vez escuché a mi mamá decir: “Cuando quedé nuevamente embarazada, pensé que Dios me estaba devolviendo a Miguel”. Obviamente, no lo hizo para lastimarme, pero fue muy fuerte y requirió de mucha terapia.

Noticias: Hace poco dijo que es actriz porque necesitaba llamar la atención. ¿Eso es por tener una familia numerosa? 

Otero: Sí, porque entre tantos hermanos uno busca ser visto. Medio en broma y medio en serio, dije que me había dado cuenta después de muchos años de terapia. Porque al principio sólo lo relacioné con que todos mis hermanos eran músicos o tenían alguna vinculación con lo artístico. El arte no era una opción en mi casa, porque mi papá era muy estructurado, pero mi hermana Marisol rompió el molde y ahí salimos todos. Ella fue mi primera inspiración y mi primera maestra de canto. Mi primer show fue en la terraza de mi casa, con unas invitaciones hechas a mano para la familia, pero resultó un fracaso porque no fue nadie (se ríe). Igual, canté a luz de la Luna dos canciones por la mitad, la de Fievel y “No llores por mí Argentina”, porque no las sabía completas.

Noticias: ¿Marisol tampoco fue? 

Otero: No, porque ella es 14 años mayor que yo y ya no vivía en casa. En esa época sólo quedaban algunos de los varones, que no me daban bola; y mi mamá seguramente estaba cocinando. Mi hermano Santiago también influyó en mí; porque la primera vez que canté en vivo fue con él. Santiago codirigía un coro, donde hacía una versión de “Balada para un loco”, y ahí me surgió la idea de la actuación, porque más que cantar, contaba lo que cantaba. 

Noticias: ¿Cómo es ser mamá de una niña y actuar en dos obras distintas con tres funciones diarias, como hizo hasta hace poco?

Otero: Trato de manejar la culpa. Porque si una trabaja de la mañana a la tarde en una oficina, está bien, pero si una trabaja en algo que le gusta mucho, pareciera que tiene que hacerlo menos porque está dejando a su hijo de lado.

Noticias: ¿Pero logró manejar la culpa?

Otero: No, no creo que vaya a superarla; y probablemente en unos años deba escuchar reclamos de Nina, que ya está próxima de la adolescencia. Por las dudas, siempre le escribo cartas, como “si algún día te pasa tal cosa, hablémoslo”, o le cuento lo maravilloso que es su papá. A veces le escribo cosas que también me las digo a mí, porque yo perdí a mi papá de muy chica y mi mamá no me hablo mucho de él. 

Noticias: ¿Cómo hizo cuándo fue con “Franciscus” a España?

Otero: Ahí empezó todo, porque fueron 40 días, con Nina de sólo cuatro años. Fui sola porque justo estábamos construyendo nuestra casa y que yo fuera iba a ayudar a pagarla. Con Germán armamos un equipazo y lo decidimos juntos, pero fue muy difícil. Tanto que no hubo noche que no termináramos llorando, por lo que decidimos no hacerlo nunca más. Con Nina fue más fácil porque lo hablé con la psicopedagoga del jardín y mi psicólogo, y porque Germán todos los días le daba un regalito que supuestamente yo le mandaba de allá y que, tecnología de por medio, abríamos juntas. German es un hombre increíble, que encima me bancó en eso, porque también podría haberme dicho que no, que consiguiéramos esa plata por otro lado. Pero también está la mirada externa: en las redes sociales muchas mujeres me lo reprocharon, como si hubiese dejado a mi hija con un desconocido. Si hubiera sido al revés, ese cuestionamiento no hubiese existido.

Noticias: De Germán ha dicho: “es todo para mí” y “pase lo que pase, ya es eterno” ¿Es tan así?

Otero: Germán ya está tatuado en mi vida, tuvimos una hija juntos y todo lo que viví con él ya es eterno, incluso si algún día decidimos no estar más juntos. Siempre vamos a formar un equipo, aunque el vínculo de pareja no continúe. Me atrevería a decir… No, mejor no lo digo.

Noticias: ¿Seguro?

Otero: Sí, no me atrevo (risas).

Noticias: ¿Algo difícil en la pareja?

Otero: Cuando cantamos juntos en nuestra banda y llevamos el trabajo a casa. A veces pensamos distinto sobre el repertorio y como somos dos pesados, bastante insoportables, no sabemos separar lo laboral de lo laboral. Aunque generalmente lo recomponemos en el escenario: nos miramos a los ojos, alguno de los dos dice: “ahora va tal tema” y mágicamente  todo se resuelve con un beso.  

Noticias: ¿Cuándo vuelven a cantar juntos? 

Otero: En septiembre, quizás en el Faena, que ya es como el living de nuestra casa.

Noticias: ¿Maestros en su carrera?

Otero: En canto y teatro musical, varios; y de teatro, Diego Burzoni, de la escuela de Augusto Fernandes. Después, con Marcelo Savignone atravesé dos momentos difíciles, por lo que confío mucho en él. Primero, tuve una patología vocal que me hizo pensar que no iba a cantar nunca más y empecé dramaturgia; y luego tuve una discopatía severa que me llevó a pesar que no iba a volver a caminar y comencé  doblaje. Pasa que soy muy extremista. Lo único bueno de eso es que voy adquiriendo otras herramientas.     

Noticias: No puedo terminar sin insistir sobre lo que iba a decir de su relación con Germán. 

Otero: Iba a decir que puede superar cualquier cosa, pero no me animé por miedo. Por las dudas, no lo publiques.

Noticias: Eso lo decide usted.    

Otero: Bueno, lo dejo a tu criterio, como dice Karina Jelinek (risas).

por Sergio Nuñez

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