Javier Milei (CEDOC)

Elecciones en el Reino Unido: cómo funciona el sistema uninominal que quiere Milei

El triunfo de Keir Starmer, en las elecciones generales británicas, con el sistema electoral de mayoría simple reavivó la propuesta que el mandatario libertario suscribió en el primer borrador de la ley ómnibus.

“Con un tercio de los votos, el laborismo británico consiguió dos tercios de las bancas. Buenísimo el sistema uninominal”, destacó Andrés Malamnud en su cuenta de la red social X. El politólogo argentino se refirió al triunfo del laborismo, en las elecciones generales en el Reino Unido, que consagró a Keir Starmer como nuevo primer ministro del parlamento británico.

Tras 14 años, el Partido Laborista recuperó el poder de la mano del abogado especializado en Derechos Humanos en la votación que se llevo a cabo el 4 de julio. Un duro golpe para los conservadores y, sobre todo, para su principal representante, el actual primer ministro, Rishi Sunak. Graduado en derecho en la Universidad de Leeds con posgrado en Oxford, Starmer fue uno de los que estuvieron a favor de un segundo referéndum para tratar de evitar el Brexit.

Según estas estimaciones de los medios británicos, los laboristas de Keir Starmer, obtuvieron 410 de los 650 escaños de la Cámara de los Comunes, con ventaja sobre los conservadores del primer ministro, castigados por los votantes, que cosecharon solo 131, el peor resultado en elecciones generales desde el inicio del siglo XX.

Según el sistema electoral británico de mayoría simple, un partido necesita 326 escaños para obtener una mayoría absoluta en el Parlamento. Esta modalidad europea, en el que se reparten las bancas, no es similar al argentino que suele ser mediante un sistema proporcional. En Reino Unido, las obtenciones de bancas son para la mayoría y se conoce con la denominación de sistema uninominal.

La lógica de un modelo de winner takes all (el que gana se lleva todo) podría ser tentadora para fuerzas políticas que no tienen fuerte peso parlamentario. Es por ese motivo que el presidente Javier Milei incluyó en el primer borrador de la ley ómnibus, hace casi seis meses, una reforma del sistema electoral entre los 664 artículos del proyecto. Los sucesivos vaivenes políticos para poder llegar a promulgar el proyecto de ley fracasaron y la propuesta, en ese momento, se debió dejar de lado. 

"El sistema electoral significa cómo se convierten los votos en cargos. En el caso de la presidencia y el Senado, está fijado por la constitución nacional. En el caso de Diputados, se utiliza un eufemismo: 'simple pluralidad de sufragios'. Es una laguna que se discutió mucho en la historia argentina y que data de la constitución de 1853", explicó Fernando Domínguez Sardou, politólogo, consultor y docente de UCA al portal Perfil.com.

Existen dos grandes formas de resolver cómo se distribuyen los cargos en la Cámara Baja. El sistema actual es proporcional, que utiliza una fórmula matemática (el sistema D'Hont) para dar a conocer la proporción de los votos en los cargos. El otro es el de mayoritario, en el partido que gana se lleva todos los cargos en disputa. La mayoría de los países que lo utilizan eligen a sus representantes por circunscripciones uninominales, que implica dividir el territorio de cada provincia en la misma cantidad circunscripciones que bancas de Diputados a elegir.

"Consiste en que, en vez de votar una lista con varios candidatos, sino que cada uno vota a un candidato a diputado, y cada diputado tiene una referencia geográfica o regional", detalló el especialista en el reportaje y puntualizó: "Las terceras fuerzas van a perder votos por el voto estratégico. Y les resultara muy difícil, salvo casos de dominio local, a las terceras fuerzas colocar diputados".

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