★★★★★ Antes de “Taxi Driver”, Scorsese se encontró con De Niro, que era amigo de Brian De Palma. Entonces el actor fetiche de don Martin era Keitel, con quien estaba pensando “Calles Salvajes”. Necesitaban a un intérprete para el hermano disoluto del protagonista, su contracara. Keitel hizo el joven que intenta seguir las reglas de su comunidad, incluso como persona de la mafia; De Niro fue el salvaje e indomable (ambos prefigurando los roles de De Niro y Joe Pesci, respectivamente, en “Buenos Muchachos”). Un film poderoso, donde Scorsese era libre de hacer y mostrar lo que pasara por su cabeza, lleno de ideas y con un drama muy fuerte cuya verdadera violencia aparece larvada en la relación entre los hermanos. El final, cuando todo estalla, es menos recordado hoy que el similar de “Taxi Driver”, pero es también una lección de montaje en sentido dramático. Gran copia, además.
por Leonardo D’Espósito
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