★★★★ La primera película de los “Guardianes…” fue algo que nadie esperó y, con el tiempo, se convirtió en uno de esos pocos “tanques” de Hollywood respetado y hasta querido por la más exigente de las academias. Esta segunda película es demasiado larga y derivativa, y a veces los diálogos son muy explícitos. Sus méritos son mayores: los efectos especiales están al servicio de las emociones de los personajes; declina en toda forma posible las relaciones familiares; crea algunas secuencias de gran belleza plástica y, en los últimos cuarenta minutos, aparecen todas las emociones juntas en una combinación de espectáculo y sentimientos que conmueve al espectador. Con sus defectos esta es una película de autor disfrazada de megatanque de Hollywood.
Quizás mejore en la memoria, como su sorpresiva y sorprendente antecesora. Si no, también vale la pena.
por Leonardo D’Espósito
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