Triste Tigre y su autora, Neige Sinno. (Anagrama y Mahei Elipe)

“Triste tigre”: El libro sobre el abuso infantil que conmovió a Francia

La autora es Neige Sinno y reflexiona sobre su propia experiencia con una profundidad conmovedora. Su extenso diálogo con NOTICIAS.

Cuando “Triste tigre” se publicó en Francia en 2023, tuvo una gran repercusión. En un panorama literario en el que las confesiones y las memorias se volvieron moneda corriente, el libro de Neige Sinno que narraba las terribles experiencias que le tocó vivir durante su infancia, se distinguió rápidamente del resto. ¿Las razones? Seguramente, la profundidad de un análisis que excede el simple relato de una víctima para transformarse en una radiografía de la vulnerabilidad de la niñez.

Hija de padres separados, criada en un pequeño pueblo de Francia, sufrió en silencio durante años la violencia sexual ejercida por su padrastro, al que logró denuncias y llevar a juicio en la adultez, apoyada por su madre. El hombre ya cumplió su condena y al salir de la cárcel volvió a casarse y a tener más hijos. Su presencia en el texto es una pregunta sin resolver, repetida como una herida incurable, que dispara la reflexión hasta las últimas consecuencias.

Además de ganarse el interés de toda clase de lectores, “Triste tigre” recibió premios muy importantes, entre ellos, el galardón que otorgan el diario de Le Monde y la revista Les Inrokuptibles y el premio Strega.

Neige Sinno vive hoy en Francia, está casada y tiene una hija. Durante muchos años estudió y residió en Estados Unidos y México, trabajando como traductora. Hace pocos días estuvo en Buenos Aires para presentar el libro.

Aquí, con su perfecto español, respondió las preguntas de NOTICIAS.


Noticias: Una de las características particulares de “Triste tigre” es que no sólo es un relato autobiográfico impactante, también es un reflexión sobre todas las consecuencias a largo plazo del abuso infantil. ¿Qué se discutió o analizó en los medios de comunicación sobre el contenido del texto?
Neige Sinno: Desde un principio el libro se leyó en clave literaria. Pero también el tema del abuso sexual fue muy comentado. Ha sido muy interesante el ir y venir entre esas dos maneras de leerlo.

Noticias: Entre el juicio a su abusador y la publicación de “Triste tigre” pasaron muchos años. ¿Por qué tardó tanto tiempo en escribir sobre el tema?
Sinno: El juicio fue en el 2001 y el libro se publicó en 2023. Pero en mis trabajos de ficción estaba muy presente esta situación. Relaciones de poder, personajes que están en un lugar vulnerable en la familia, el dolor, el género. Incluso escribí otro libro que no se publicó, un libro de cuentos que se puede leer como una novela. Cuenta un poco lo mismo desde el punto de vista de una mujer que tiene cáncer y debe estar en casa de su madre por un tiempo. Entonces tiene flashbacks de toda la historia. Es bastante similar pero en clave de ficción. Yo no quería hacer un texto no ficcional. Pensaba que no iba por ahí.

Noticias: Otro libro relacionado con este tema, el de Vanessa Springora, “El consentimiento”, se plantea qué significa consentir. Su libro también se estructura a partir de la reflexión: pensar las condiciones de posibilidad de un testimonio de abuso.

Sinno: Para mí es una forma de incluir esta historia en un relato colectivo. Es mi historia personal, pero ¿cuán personal es si lo piensas como una historia que ocurre a cientos de miles de personas? Al poner el título “El consentimiento”, Vanessa no habla de su historia personal sino de un aspecto que nos toca a todos en relación a esas historias. Su experiencia le permite tener un lugar privilegiado para reflexionar, pero no se trata solo de ella.

Noticias: ¿Qué peso tuvo el “MeToo” para que se decidiera a contar su historia?

Sinno: La primera frase del libro es “porque a mí también”. Me interesaba situar este este en esa conversación, es parte de esa conversación. No hubiera escrito el mismo libro en otro contexto.

Noticias: Francia ha producido en los últimos años algunos de los mejores libros de no ficción literaria, con obras como la de Annie Ernaux o Delphine de Vigan entre tantas otras. ¿Era consciente de que su historia iba a formar parte de ese corpus?
Sinno: Estoy en el cruce de varias tradiciones. Me influyó mucho la no ficción latinoamericana, este boom de libros que se plantean contar cosas reales desde un punto de vista muy creativo. La no ficción creativa es algo que me interesa mucho. La riqueza de todas las técnicas y las conversaciones que surgen a partir de este género. Varios de mis maestros han sido escritores que vinieron de la poesía o la narrativa y en algún momento incursionaron en la no ficción. Traen técnicas o herramientas de escritura que aprendieron componiendo relatos ficcionales para analizar lo real. Denis Johnson, por ejemplo, William Goldman, David Foster Wallace, escritores que me abrieron esa puerta.

Noticias: ¿Hay algo terapeutico en la narración de una experiencia muy traumática? Y, por otro lado, ¿no existe la tentación de querer enterrar la historia y olvidarla para siempre?

Sinno: Nunca quise que me leyeran solo como una mujer que ha sido víctima. Creo que es una de las razones por las que tardé mucho en escribir este texto. La cuestión era cómo construir mi trabajo para que no me definiera solo este libro. Eso fue también lo que lo postergó mucho tiempo. Pero hice un esfuerzo para desafiarme a mí misma. Ir adonde era más incómodo. Annie Ernaux tiene un libro que se llama “La vergüenza” que me parece magnífico. Allí dice que la vergüenza se volvió para ella una señal. Si siento vergüenza es que ahí hay algo interesante. Algo que escarbar. La vergüenza señala una forma de una verdad absoluta. Es un sentimiento que indica que hay un nudo de sentido en una historia. En algún momento Ernaux dice que le gustaría escribir un libro tan vergonzoso que después de él no pudiera salir a la calle.



Noticias: ¿Un niño abusado tiene vergüenza? ¿O es un sentimiento que aparece con la entrada del adulto en sociedad?

Sinno: Desde el principio la vergüenza está ligada al silencio. ¿Por qué no hablas? ¿Por qué no se lo dices a nadie? Es parte de las estrategias conscientes o no del abusador. Y es tan vergonzoso que no hay palabras para hablar. Hay dos tipos de vergüenza. Una es una sensación no analizada que tiene que ver con lo que cuenta Annie Ernaux en “La vergüenza”. Ella habla de una escena que ocurrió en su familia. Su padre en un momento de furia intenta matar a la madre. Y es algo tan vergonzoso que lo siente como otra realidad. Y luego está la otra vergüenza, la vergüenza social de hablar en público sobre un tema tabú.

Noticias: Usted se refiere también al hecho de ser una persona “dañada” por el abuso, un daño que traspasa el ámbito de lo sexual y tiene influencia en otras zonas de la vida.

Sinno: La persona no tiene solo un daño sexual. El daño es al ser e incluso a la propia percepción de la existencia. Es algo que se repite en los testimonios. Una herida a la propia percepción de existir. Tu existencia es realmente el corazón de las tinieblas. La herida toca todo tu ser, no solo el aspecto sexual. Eso es un cliché, una idea que tiene la sociedad a priori. Esto abona un poco a la hipótesis de que la violación es una cuestión de poder y de dominación. Es una dominación total que va mucho más allá de lo sexual. Violentar un cuerpo es violentar un ser. Esa clave de lectura me pareció importante. Ilumina una percepción que yo siento confusa. Si es una relación de poder, si es una opresión, me permite entender lo que me ha pasado.

Noticias: Seguramente, por no querer ser la víctima, la persona abusada no se perdona la debilidad.

Sinno: Es algo que cuestiono en el libro. ¿Por qué huyo de esto? He sido víctima. Soy víctima. ¿Por qué quisiera escribir desde otro lugar? Yo soy esta niña que ha sido violada, pero también soy parte de esa sociedad y tengo prejuicios. No estoy escribiendo en contra de una sociedad que no me entiende. Yo también soy la persona que no entiende. La primera frase del libro que dice “Me too”, no dice yo también he sido víctima. Dice “yo también siento esa fascinación por la violencia”. Es una manera de darle otro centro al problema. El “MeToo” tiene que ser esa oportunidad de pensar sin imaginar que tenemos soluciones a priori. En algunos momentos necesitamos las necesitamos, nos sirven, pero alguna vez hay que soltarlas y explorar más la complejidad. Y me parece muy bello regresar a esa tradición que señalabas antes. Christine Angot escribe en “El incesto”, en 1999, que ella no tenía otra opción que escribir un texto muy violento. La sociedad no quería escuchar absolutamente nada. Tenía que agredir el lector para decirle “esto que me ha pasado es algo grave”. Yo, 20 años después, no tengo la necesidad de hacer esto. Esta puerta ya está abierta y puedo permitirme dejar aflorar cosas más complejas.

Noticias: Una de las grandes preguntas de su libro es cómo lidiar con la figura del abusador. Porque la cárcel no es una solución para detenerlos. Pero la sociedad no se cuestiona seriamente este conflicto.
Sinno: Porque es algo que no queremos ver. Ahora estamos rehabilitando la figura de las víctimas y dándoles voz. Cientos de miles de víctimas que son cientos de miles de abusadores que están entre nosotros. En Francia se publicó un libro el año pasado que se llama “Esos hombres entre nosotros” (de Gabrielle Arena). Es imprescindible cuestionarnos como sociedad qué hacemos con la educación sexual, con la educación de los hombres. Qué hacemos con esto que está ocurriendo todo el tiempo, porque nos estamos dando cuenta de que mantener el tabú es perpetuar las relaciones de dominación. Yo no tengo respuesta pero me parece interesante que vayamos más allá de un juicio: ya se castigó, nos olvidamos del monstruo. Sería demasiado fácil y la nuestra realidad no es fácil. Si realmente queremos que cambie algo, también vamos a tener que pensar cómo reaccionamos como sociedad en relación a esos hombres.

Noticias: Su abusador salió un día de la cárcel, volvió a casarse y hoy tiene otros hijos. Lo relaciono con otro tema que usted toca en el libro respecto de su hiperatención sobre todos los chicos que se encuentra, porque no estén sufriendo algo parecido a lo que le tocó vivir a usted en su infancia.
Sinno: Es como una clave terrorífica. Esta conversación existe en nuestra familia. Le digo a mi hija que puede confiar en mí e intento crear todas las condiciones para que me pida ayuda si lo necesita. Pero es muy probable que si le está pasando no me lo va a poder contar. Porque es parte de este trauma, es parte de cómo funciona esto. Para mí como madre es aterrador saber que nadie está exento, nadie está protegido. La infancia es un lugar de vulnerabilidad. En Francia entre las feministas se plantea la cuestión de dónde empieza el abuso. ¿Dónde está el límite? Gritar a un niño, castigarlo, amenazarlo. Esta violencia está en mí también. Esta posibilidad de volverme una persona abusadora también está en mí. Está en todos. No es todo blanco y negro, el monstruo de un lado y la víctima del otro. Todo el libro está construido para permitirme explorar también esta oscuridad.