Fernando Samra (José Tolomei)

Fernando Samra: “No creo en las modas, sino en los climas”

Coleccionista, curador y ambientador, es el fundador de Mayflower, uno de los espacios de diseño más emblemáticos de Buenos Aires.

La historia de Fernando Samra parece tejida con retazos de tiempo, memorias familiares, tesoros olvidados y obsesiones transformadas en estilo. Desde hace 35 años convirtió su pasión por el arte, los objetos con historia y la ambientación exquisita en un universo propio: Mayflower, un espacio pionero en Buenos Aires, dueño de un estilo ecléctico, refinado y profundamente personal, en el que cada pieza tiene una historia para contar y que es el elegido por los ambientadores top y celebrities. Coleccionista incansable, decorador obsesivo y restaurador de tradiciones, en esta entrevista con NOTICIAS, repasa su historia y da su mirada sobre el valor de lo auténtico, las modas en las antigüedades y del lujo silencioso que habita en cada objeto elegido con buen gusto, manteniendo su fe en que la estética aún puede transformar espacios y personas.

Noticias: ¿Cómo nació su relación con los objetos y el mundo de la decoración?

Fernando Samra: Esta situación tiene que ver con mi familia. Mis abuelos maternos, los Animoso, eran dueños de The Clock House, una casa de relojes muy reconocida. Antes de eso, ya en los años veinte, tenían una joyería. Yo tenía fascinación por mi abuelo: me llevaba a los talleres a ver cómo trabajaban los restauradores. Desde chico estuve en el backstage de ese mundo. Por otro lado, mi madre –hija de este señor tan emblemático y particular– cambiaba los muebles y la decoración de su casa todo el tiempo. Y al hijo que buscaba para ayudarla era a mí: “¿Me ayudás a mover este biombo?” 

Noticias: Lo llevaba en la sangre…

Samra: (Ríe). Parece que sí. Además, la madre de mi abuelo, que venía de Francia, pertenecía a una familia de ebanistas. Era algo muy instalado. Incluso hay una anécdota curiosa: cuando mi abuelo llegó a la Argentina se alojó en una pensión donde compartió cuarto con Quinquela Martín. Tengo cuadros dedicados por él a mi abuelo porque ahí fue donde empezó a pintar. Imaginate: yo crecí entre relojes, talleres, pinturas. Ayudé a mi padre con el campo, hice mis estudios, pero la pasión estaba clara. Y como soy un poco obsesivo, lo que era un hobby se convirtió en una empresa. De muy chico ya iba solo a la galería Larreta a visitar anticuarios. Con mi “presupuesto de hijo”, compraba lo que me llamaba la atención. 

Noticias: ¿Cuándo decide transformar ese hobby en un negocio?

Samra: A final de los ochenta, yo armaba el stand de The Clock House para la Feria de Anticuarios en el Alvear que organizada por Nelly Arrieta. Era una locura, corríamos a último momento con tapiceros, luces, todo. Ahí me hice amigo de varios decoradores. Pero lo que veía en el negocio de mi familia me parecía demasiado rígido, todo muy siglo XVII o XVIII. Y yo, por mi edad y el entorno en el que me movía, quería algo más mezclado, más fresco. Y me di cuenta de que, en ese momento, en Buenos Aires no había una propuesta así: o eran anticuarios o casas de regalos. En el medio, nada.

Noticias: Y así nació Mayflower

Samra: Sí, en 1990. Quería crear un espacio donde se pudiera encontrar algo que no fuera en serie, que tuviera estilo y fuera exclusivo. Algo que no tuviera ni tu vecino ni tu cuñado. Entonces viajé por Europa, visité fábricas y talleres, y armé mi primera importación: una mezcla de muebles antiguos con objetos contemporáneos. Abrí el primer local en Avenida Alvear 1448.

Noticias: ¿Por qué eligió ese nombre?

Samra: Fue idea de un gran mentor, José María Buitrago. Me dijo: “Vos estás haciendo lo mismo que los peregrinos con el Mayflower: trayendo cultura a este lugar”.  Me encantó. Y fue cierto: en ese momento no había lámparas modernas ni objetos de diseño. Obras de arte sí, pero el resto era muy limitado. Yo quería algo auténtico, original. No cosas en serie.

Noticias: Su marca registrada es mostrar los objetos en contexto, nunca al azar

Samra: Siempre. Aunque el primer local era chico, la idea fue desde el inicio armar escenas completas: la mesa puesta, el escritorio con su lámpara y su silla. Ese concepto de “mise en scène” era esencial. No creo en mostrar objetos en vitrinas. Tienen que “vivirse”.

Noticias: ¿Hubo algún momento clave que le hizo sentir que estaba en el camino correcto?

Samra: Sí, una señora muy conocida pasó en auto con su chofer, vio la vidriera y más tarde llamó su secretaria a decir que quería toda la vidriera. No una pieza: todo. Me di cuenta de que la puesta en escena era fundamental.

Noticias: ¿Cómo evolucionó ese espacio original?

Samra: Compré una casona enorme en San Telmo que sigue siendo mi taller, pero necesitaba más espacio para mostrar. Entonces encontramos este petit hotel cerca de las 5 esquinas en la calle Libertad y lo transformamos en el showroom actual.

Noticias: ¿Qué criterios sigue para incorporar una pieza?

Samra: Primero, la calidad. Segundo, la autenticidad. Me da igual si es de 1970 o del Siglo XVI. Si representa bien su estilo, es puro y está bien hecha, me interesa. Y ahora que hablamos de sustentabilidad y reciclado, el hecho de que todas las piezas hayan pasado por nuestros talleres, donde restauramos sin sintéticos, con ebanistas que lo trabajan a la antigua. Es un lujo, lo sé. Pero es una tradición que hay que mantener. Se nota en el tacto, en el peso, en los detalles. En un mundo digitalizado, lo hecho a mano es un acto de resistencia.

Noticias: ¿Aún elige usted mismo cada objeto?

Samra: Siempre. Me apasiona. Primero porque me gusta y tengo un vínculo con cada pieza. No hay nada en Mayflower con lo que yo no haya tenido, al menos, un flechazo momentáneo con ella.

Noticias: ¿Y no le cuesta desprenderse?

Samra: Para nada. El vínculo está en el rescate, en la investigación, en devolverle su esplendor. Después, ya cumplí mi rol y me puedo desprender. Mis amigos se ríen porque en mi casa pasa lo mismo: todo rota, se mueve. 

Noticias: ¿Hay modas en las antigüedades?

Samra: Muchas. Hubo momentos de furor por los muebles ingleses, luego los franceses, más tarde los italianos. Después llegó el Art Decó y también el arte oriental. Pero ojo: lo viejo no siempre tiene valor. El valor está en la calidad, la factura, el estado, la procedencia. Lo viejo sin más no vale.

Noticias: ¿Qué tres cosas debería tener en cuenta alguien que compra una antigüedad?

Samra: Primero, que se identifique con la pieza. Que lo elija por atracción real, no por moda. Nunca el debo comprar, porque después vas a vivir todos los días con esa pieza en tu casa. Segundo, que mire la calidad: hubo artesanos excepcionales en todas las épocas… y también mediocres. Y tercero, que entienda que está haciendo una inversión. No solo porque lo va a disfrutar, sino que en el tiempo adquiere valor. Algo bien elegido no pierde valor. Por eso, no recomiendo seguir modas al pie de la letra, porque después se pasa, y tenés una casa que no va más. Calidad, variedad y genuino, nunca pasan de moda.

Noticias: ¿Qué define al estilo Mayflower?

Samra: La sobriedad, la nobleza de los materiales, la mezcla de texturas, la atemporalidad. No creo en las modas, sino en los climas. En que un espacio te abrace, no que te deslumbre. Y hay algo muy argentino también: esa tensión entre lo europeo y lo criollo, entre lo refinado y lo salvaje. 

Noticias: ¿Cómo ve el arte contemporáneo argentino?

Samra: Me fascina. Respeto muchísimo a los grandes maestros, pero me deslumbra la camada joven brillante con una mirada potente, a veces provocadora, otras muy sutil. Muchos de esos artistas pasaron por nuestros talleres y hoy son parte de nuestras exportaciones. Exportamos muebles, objetos, y también arte argentino a Europa y Estados Unidos. El artesanato argentino es muy valorado.

Noticias: ¿Qué opina del minimalismo?

Samra: El verdadero minimalismo, el puro, como el japonés o el nórdico, me encanta. Aunque no es mi estilo, lo admiro. Pero ese otro “minimalismo” de “no me comprometo”: blanco, líneas simples, sin carácter, que es más ausencia de compromiso que estética, no lo valoro.

Noticias: ¿Se considera coleccionista?

Samra: ¡No puedo! Todo me gusta. Lo mío es más bien una búsqueda constante, una conversación infinita con los objetos y con las historias que cuentan.

Noticias: ¿Qué lo sigue inspirando después de 35 años?

Samra: La belleza. Y la idea de que un espacio puede cambiarte el humor, la energía, incluso la vida. Me inspira cada vez que un cliente se emociona con algo que encuentra. Porque ahí entendés que no estás vendiendo un mueble o un objeto, sino que estás creando un pequeño mundo habitable.

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