Wednesday 17 de December, 2025

PERSONAJES | 29-11-2025 07:19

Mario Alarcón: “El cine es como una ruleta, nunca sabés si vas a ganar o perder”

Con una larga trayectoria, el actor se mantiene vigente tanto en el cine como en el teatro. Personajes y recuerdos.

Mario Alarcón es un actor dotado de una capacidad extraordinaria, la de ser querido, admirado y respetado tanto por el público como por sus pares. Algo similar le pasaba a su recordado compañero Alfredo Alcón y al igual que él ha encarado cualquier desafío actoral con una gracia envidiable. Protagonizó innumerables clásicos y también ese gran fenómeno del teatro independiente contemporáneo que es “La Vis Cómica”, de Mauricio Kartun, nos regaló un personaje inolvidable en “El secreto de sus ojos”, protagonizó unos de los episodios más aplaudidos de “Los Simuladores” y brindó una actuación entrañable en “Entre Caníbales”.

Don Mario sabe tocar cualquier cuerda con la elegancia de un Lord rosarino y moverse de la comedia nacional a la cancha de Newells o marcar territorio en el set con ese tono de voz inconfundible que pudimos disfrutar en “El portal”, la terrorífica película de Mariano Argento donde compone a un consorcista sinuoso, dueño de una calma mefistofélica. ¿Cómo puede encarnar cualquier personaje? Cosa é mandinga.

Noticias: Después de verlo en “El portal” me quedó una duda. ¿Hay que tenerle más miedo  al diablo o al presidente del consorcio?

Mario Alarcón: Mirá, yo te diría, cuidate del presidente del consorcio, siempre conviene tenerlo en la mira (risas). Mi personaje está basado en esos vecinos que son educados, pero siempre aparecen de la nada y saben todo de los demás, se mueven tranquilamente y con una cierta extrañeza. Uno los ve misteriosos, no porque hagan nada fuera de lo común, son absolutamente normales, pero siempre asoman en circunstancias raras. Así que empezás a preguntarte "¿Y ese a qué se dedica?" ¡Imposible saberlo! Si entrás al ascensor o bajás por la escalera están ahí, sigilosos y a toda hora, siempre llegando o saliendo, son como esos tipos que son una presencia constante en los estrenos, sabés que no son actores ni periodistas y pensás de qué trabajan (risas) Como intérprete es muy atractivo participar en películas de género, personajes como el de “El Portal” o los que hice con los hermanos Onetti en “Los Olvidados” y “1978” tienen matices y vericuetos muy interesantes.

Noticias: Serú Girán decía: “Nunca pensé encontrarme con el Diablo”, pero usted ya encarnó dos veces a Satanás. ¿Es verdad que en la primera oportunidad lo recomendó Alfredo Alcón para el papel y nunca se lo dijo?

Alarcón: Es cierto y esa fue mi primera película, “El agujero en la pared”, de David José Kohon, allí componía a un diablo autóctono, más porteño. Alfredo era un tipo excepcional, estábamos trabajando juntos haciendo “Hamlet” en el San Martín y tranquilamente me podría haber hecho un comentario sobre su recomendación, pero no dijo ni una palabra. Yo me enteré mucho tiempo después, eso habla de lo grande que era como persona.

Noticias: Cuando Joaquín Furriel hizo “Hamlet” en el San Martín se recordó mucho esa icónica puesta con Alfredo Alcón que menciona. ¿Cómo fue compartir escenario con Alcón?

Alarcón: Al principio, cuando me dijeron que iba a trabajar con Alfredo, me puse nervioso, era muy joven y todos sabíamos lo que significaba estar sobre un escenario con él. Después conociéndolo en los ensayos me sorprendió, era una persona absolutamente normal, un actor más, hacía chistes, estábamos ahí, charlábamos, se comportaba como un par. Creo que medio inconscientemente rompía la mística que tenía para todos y elegía ser uno de nosotros, ahora pienso en esa manera de relacionarnos y a la distancia veo que era absolutamente inusual. Nada de divismo, cero, como compañero fue maravilloso, a veces te charlaba y decía: "Uy, esto de tomar café, así de manera natural en una escena, a mí me cuesta. Marito, vos sabés que me cuesta". Yo me quedaba duro porque estaba confesando una dificultad propia de él, cosa que ningún actor hace, nadie exhibe su vulnerabilidad. Alcón fue, es y será extraordinario.

Noticias: Como buen hombre de teatro, usted va mucho a ver las obras que hacen sus compañeros. ¿Cuando algo no le gustó demasiado les dice la verdad o en esos casos siempre hay que mentir?

Alarcón: Me gusta ver a mis colegas, si me invitan al estreno voy acompañado, pero esa noche hay un clima muy particular, por eso en general vuelvo a ver la obra yo solo después de varias funciones para armarme mi propia opinión, hago ese ejercicio personal. Lo mismo con el cine, me gusta analizar tranquilo qué me gustó o qué no y por qué, después puedo tomar un café con alguien que piense distinto y muchas veces descubrir otros puntos de vista que se me escaparon. Cuando veo algo que no me convenció evito mentir, prefiero saludar por respeto y decirle al colega que hablamos en la semana para manifestarle mi opinión. Eso de ir al camarín y deshacerte en halagos solo por quedar bien no es para mí, qué le voy a hacer, no me gusta mentir.

Noticias: Sabemos que siempre ha sido cinéfilo. ¿Aún permanece en usted esa sana costumbre de ir al cine?

Alarcón: Sí, ¡porque me gusta muchísimo! Te voy a confesar algo, se ve que el cine despierta vicios infantiles en mí porque antes de ver una película siempre paso por un kiosco, compro dos chocolates y me los como en la sala. Voy mucho a la Lugones, dan ciclos super interesantes de cine noruego, polaco, de grandes directores que ya no llegan a los cines argentinos. Descubro un montón de joyitas que no se exhiben en los complejos, porque viste que Hollywood ha invadido todo...¿qué vas a hacer? Es así. A mí me gusta seguir ese cine más inusual, también me encanta pensar en lo que vi y hacer una crítica personal, solo para mí.

Noticias: Empezó la temporada de estrenos con aspiraciones al Oscar. Siempre se lo recuerda  por el papel de juez que interpretó en “El secreto de sus ojos”, la última ganadora argentina de la categoría Mejor Película Internacional. ¿Es de esos que ven potenciales candidatas y pronostican nominaciones?

Alarcón: ¿Sabés qué hago yo? Tengo toda una preparación para ir al cine, voy palpitando qué ver. No te estoy hablando de la época de mis padres, en el Rosario de los años cincuenta, cuando decían: "Vamos al centro” y había que empilcharse de punta blanco porque era LA salida, pero en mi caso sigue existiendo cierta ceremonia. Por ejemplo, veo la programación y marco las películas. Planifico un circuito, el lunes veo esto, el martes tal cosa, el miércoles tal otra, lo anoto y me preparo. No sé si estoy para pronosticar, pero te digo que me lo tomo muy en serio (se ríe).

Noticias: Hablando de planificación, usted trabajó con dos de los más importantes directores argentinos vivos, Juan José Campanella y Damián Szifron. Siempre se dice que ambos tienen en claro cada toma desde que arranca el rodaje, ¿es así?

Alarcón: Sí, son directores muy puntillosos, extraordinarios, es cosa seria trabajar con ellos. A mí no me gusta la técnica del cine, no me engancho con los aspectos técnicos de nada en la vida, si el director me dice: "Parate acá, es un primer plano, contá hasta cinco y hablá", yo lo hago, no pregunto nada. Pero Szifron y Campanella tienen algo muy especial que me sirve mucho, son absolutamente precisos en la indicación que te dan y lo hacen con pocas palabras. Uno entiende todo y tiene esa sensación de que ellos ya conocen bien el texto, los planos y las intenciones, no es que llegan ahí y están viendo cómo manejarse. Entran ya con la idea, el guion recontra estudiado, saben perfectamente lo que quieren, entonces, para el actor, la indicación es cortita y simple, ya está probada la eficacia en su cabeza. No cualquiera trabaja en Hollywood, es muy complejo llegar a la industria, ahí te das cuenta de por qué ellos lo lograron.

Noticias: Pensaba que usted hizo innumerables personajes en cine, teatro y televisión, pero esa única escena de “El secreto de sus ojos” que protagonizó quedó grabada en la cultura popular. ¿Confirma la máxima de que es mejor un gran papel de reparto en una película memorable que un protagónico en un producto del montón?

Alarcón: Debo decirte sí, ese personaje lo comprueba. En su momento me llamaron y me preguntaron si yo tenía algún problema en hacer casting, era para Campanella. Imaginate, ¿qué problema iba a tener? Muchos actores se resisten, pero castinear es una cosa normal, no es que te prueban para ver si sos bueno o malo, el cine es imagen, el director quiere ver si da tu cara, el tono, en fin, un montón de cosas. Ya sabemos que quedé y todo lo que pasó después, fue un fenómeno que no vi venir. Cuando hacía teatro en el Cervantes cruzaba  la plaza de Tribunales y me paraban los abogados para felicitarme, era algo increíble. Hasta el día de hoy me recuerdan por la escena de “El secreto de sus ojos” y ya pasaron más de 15 años. El cine es como una ruleta, nunca sabés si vas a ganar o perder, es el público quien decide y a veces, por suerte, te da una sorpresa.

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Marcela Soberano

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