Belgrano es un barrio difícil para los restaurantes. Muchos han abierto y fracasado rápidamente; y las teorías al respecto son muchas: que es un barrio familiar que no atrae público, que los locales son exigentes pero no les gusta gastar, que la gente cuando sale va a lugares de moda, etc. Las teorías abundan, pero el misterio continúa. Y los buenos restaurantes en Belgrano, se cuentan con los dedos de la mano. Uno de ellos es “Doppio Zero”, una cantina de noche donde se come impecable comida italiana, a una excelente relación precio-calidad.
El dueño de “Doppio Zero” es Mariano Akman y en él sin dudas está la clave del éxito. Akman viene de una familia gastronómica de larga data y conoce el negocio al dedillo. Por fin de semana vende 8.000 porciones de ravioles de espinaca a visitantes circunstanciales (muy poco audaces, considerando la calidad de la carta), y aún así no descuida su propuesta gastronómica, mucho más amplia e interesante. Akman es un devoto de su trabajo y es incansable a la hora de superarse: recientemente ha agrandado la cocina e incorporado tragos a la carta.
Como en Italia, ahora una comida en “Doppio Zero” comienza abriendo el apetito con un aperitivo, por ejemplo un negroni, acompañado de sus clásicas Olive Ripiene all’ascolana (aceitunas verdes apanadas rellenas con carne de ternera). La experiencia etílica acompaña cada paso, con vinos que lucen como pequeños hallazgos en manos del propio Akman, que además es sommelier; y una gran variedad de grapas para cerrar la velada.
“Doppio Zero” tiene un ambiente sin pretensiones y una atención cálida que predisponen a relajarse y gozar. Luego del aperitivo, empiece con los antipasti: pâté de campaña, aromático gracias al refinado toque de ralladura de naranja o la bresaola (la prima hermana del carpaccio), con rúcula, láminas de hinojo y parmesano.
También hay opciones de antipasti calientes, más suculentos, como las mollejas en reducción de oporto y vino tinto con cebollas caramelizadas y papa crocante; o los langostinos salteados con lima, en sopa de papa y puerros.
Como corresponde, continúa la pasta. Asciutta (seca) o rellena, hecha en casa, en preparaciones auténticas y originales en nuestras tierras. Spaghetti con pesto de maní, albahaca y parmesano; orecchiete con frutos de mar en su jugo; panzottis de queso de cabra en aceite de oliva, romero y pasta de berenjenas; raviol de cordero en su reducción con tomates secos y queso feta, entre otras.
Siguiendo el protocolo, continúan las carnes: pesca del día; rollo de cerdo relleno con panceta, con papas, cebollas y pickles de pepino; y el clásico ossobuco a la milanese. También hay una opción de risotto, que cambia según los productos de estación o la inspiración del chef. De postre, inolvidable semifreddo de higos, miel y avellanas o tiramisú.
“Doppio Zero” apunta con éxito a la calidad gastronómica y se mantiene en el podio gracias a una fórmula que nunca falla: simpleza, calidad y precio.
por Cayetana Vidal Buzzi
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