"Me invitaron a participar y a regresar del exilio”. El que les escribe así a sus íntimos, mediante mensajes de Whatsapp, es Héctor Capaccioli, que está exultante con su nueva función. No es para menos. Capaccioli se alejó de su cargo formal en el Gobierno –superintendente de Servicios de Salud– en noviembre del 2008, salpicado por las serias sospechas sobre los aportes de campaña en las elecciones del 2007, que coronaron a Cristina Fernández. Para ese entonces ya se había ganado el mote de “recaudador K”, que todavía atesora. Y se recluyó en el exilio, como él mismo dice: se abocó a las cuestiones privadas.
Ahora es el ex recaudador K. Apodo que paseó por los pasillos de los tribunales de Comodoro Py: está procesado como supuesto miembro de asociación ilícita en la causa denominada “la mafia de los medicamentos”, que combina aportes de campaña con la probable adulteración de remedios.
Pero Capaccioli vuelve a las pistas, esta vez en la otra vereda del Gobierno. El ex funcionario K es el flamante jefe de campaña de los hermanos Adolfo y Alberto Rodríguez Saá, que en octubre competirán contra el kirchnerismo. La función con la que en el 2003 su mentor, Alberto Fernández, llevó a Néstor Kirchner a la Casa Rosada.
Puntano. Alejado del redil oficialista, Capaccioli se acercó a los puntanos a través del PJ porteño, cuya conducción, en los hechos, está mareada. Fue el senador Adolfo Rodríguez Saá el que pidió conocerlo y lo invitó a cenar a su domicilio porteño, hace algunas semanas. Después de esa noche sólo faltó ultimar detalles.
El ex funcionario será el cerebro político del frente Confederación Compromiso Federal, con el que los hermanos competirán en octubre. Alberto, como candidato a senador porteño. Y Adolfo, aunque mantiene su banca en la Cámara alta, como postulante al Consejo de la Magistratura, si es que la Justicia no anula el proceso. De hecho, las elecciones primarias de agosto corren riesgo. Los puntanos tienen una ventaja: junto al Frente para la Victoria, su partido es el único sello habilitado en 19 distritos para llevar consejeros.
Según confió a sus allegados, la idea de Capaccioli es acercar a ex funcionarios K a las filas puntanas, como el ex ministro Horacio Rosatti. Aunque el esfuerzo mayor de “Capa” es convencer a Alberto Fernández para que encabece la lista de diputados en la provincia de Buenos Aires. Un esfuerzo desproporcionado.
La idea del ex recaudador es arrimar también a encuestadores amigos y colaboradores de confianza. Entre los que lo van a acompañar ya se enroló el publicista marplatense Roberto Fiocca, otro viejo conocido del kirchnerismo de bajísimo perfil. Íntimo amigo del ex secretario de Medios Enrique “Pepe” Albistur, Fiocca fue uno de los principales organizadores de la logística de los actos K entre el 2005 y el 2009. Hoy está lejos de Olivos por una vieja y dura rencilla que mantiene desde hace años con el vicepresidente, Amado Boudou, y su socio, José María Núñez Carmona, por negocios inconclusos en el Partido de la Costa, en la época en la que Boudou era secretario de Hacienda. Se transformó en una especie de mancha venenosa para el Gobierno. Igual que Capaccioli, que está de vuelta. En la vereda de enfrente.
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