Cada vez que le pido a alguno de mis pacientes de 90 o más años que me revelen su secreto recibo las más variadas respuestas: desde la longevidad de sus padres, una copita de vino tinto al día, el sentirse útil y apreciado, tener una familia amorosa, hacer yoga o nadar, tener un hobby... Llamativamente nunca mencionan nada que tenga que ver con lo médico.
Envejecer no es una enfermedad pero es un fenómeno muy heterogéneo, encontrando adultos mayores, muy mayores, independientes y autoválidos y, en el otro extremo, aquellos que requieren asistencia en su hogar o que están institucionalizados. ¿Qué hace la diferencia? En los últimos años, es la de los mayores de 90 años la población que más ha crecido.
Podríamos pensar, en general, que uno envejece como vive y eso nos lleva al concepto de lo que llamamos en Geriatría “envejecimiento exitoso”: un adulto mayor saludable y pleno, con hábitos de cuidado desde su alimentación hasta la actividad física, intelectual y espiritual.
Ya sabemos que la medicina no es una ciencia exacta pero si procuramos mantenernos activos, ejercitándonos regularmente, evitando el tabaco y el alcohol, manteniendo los niveles de presión arterial y colesterol adecuados tendremos posibilidades mayores de envejecer exitosamente sin dejar de lado el encontrar o, al menos, buscar un sentido a nuestra propia existencia.
Como dice un gran profesor, el Dr. Francisco Maglio en sus “Apostillas sobre la vejez y la ancianidad”: “Se empieza a ser viejo cuando se pierden tres capacidades: la capacidad de amar, la capacidad de sonreír y la capacidad de asombrarse”.
* Médica clínica y geriatra.
En NOTICIAS de esta semana "Mirtha Legrand: claves para una vejez a full". En qué consisten su dieta, su régimen de vida y sus ejercicios mentales. Por qué el neurólogo Facundo Manes la nombró “Cerebro Saludable”.
por Gabriela Nadale
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