Walter Carbone no es el único ex funcionario kirchnerista que decora su casa de fin de semana con esculturas. Mucho más famosas que el dragón que hoy se robó los titulares eran hasta ayer las estatuas que decoran Villa La Ñata, el "humilde refugio" de Daniel Scioli sobre la costa del río Luján, en Benavídez, partido de Tigre.
En realidad las estatuas están en La Ñata Sporting Club, donde Scioli juega sus ya famosos partidos de fútbol con la emblemática camiseta naranja. Allí, el "palco presidencial" crea una encuentro improbable entre Perón, Evita y Raúl Alfonsín, reunidos en el homenaje.
La Ñata Sporting Club también está hecho a medida de Scioli. El naranja furioso de las camisetas hace juego con el color que identifica su gestión en la provincia y las estatuas que adornan el lugar son personalidades admiradas por el gobernador y amigos. Allí está el palco de honor con Perón, Evita, Raúl Alfonsín como espectadores. También fueron homenajeados con íconos a tamaño real los cantantes favoritos del ex candidato, el dúo Pimpinela y Ricardo Montaner, todos asiduos visitantes de La Ñata en su versión carne y hueso.
Desde la tribuna siguen el partido nada menos que Lionel Messi y Carlitos Tévez. Hay imágenes de cera reservadas para otros amigos y habitués: el cantante Cacho Castaña, el ex jefe de la Policía bonaerense, Juan Carlos Paggi y hasta el matancero Alberto Samid, debidamente caracterizado como "Rey de la carne". Pero quizás la más impactante sea la del propio Daniel Scioli. Eso sí, por ahora en ninguna se encontró una caja fuerte.
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