Apenas 35 kilómetros separan la estancia La Carlota, de la familia Blanco Villegas –y donde descansa el presidente Mauricio Macri cada vez que visita Tandil–, de la cancha de golf del country El Valle, propiedad del empresario Nicola Parasuco. En ese campo de 18 hoyos se afianza una relación que genera incomodidad en el círculo presidencial. Parasuco es un empresario vinculado al juego clandestino y finales de la década de los 90 su apellido estuvo involucrado en un hecho de violencia que conmovió a todo Tandil. En esa ciudad, su nombre es sinónimo de polémica, pero a la vez de carisma. El mismo carisma con el que atiende al Presidente cada vez que se hace una escapada para disfrutar de la sierra tandilense.
Pobre. Durante su infancia, según escribió el periodista tandilense Elías El Hage, Parasuco, un inmigrante siciliano, era vendedor de pastelitos y circulaba por la ciudad en una bicicleta con canasto, para hacer el reparto. Una tarde, un comerciante le ofreció ser quinielero y en vez de repartir pasteles, se dedicara a levantar apuestas. Así, con el tiempo, Parasuco se apoderaría de todo el negocio local. Hoy, en Tandil, su apellido es sinónimo de juego clandestino y este factor incomoda a los asesores del Presidente. Mientras la gobernadora María Eugenia Vidal enfrenta una batalla contra el juego clandestino, Macri comparte caddie con Parasuco. Cristóbal López le envidia el handicap.
Quienes afirman que Parasuco abandonó el juego clandestino, se lo adjudican a un intento de suicidio de su hijo menor, quien estuvo más de un año internado en la clínica Fleni, en Buenos AIres. Habría prometido que si su hijo se salvaba, dejaría la actividad. Al parecer cumplió pero le habría pasado el a negocio a uno de los hijos y a su hermano. En Tandil se especula con la posibilidad que lotería de la Provincia le otorgue una habilitación a la famiglia Parasuco para que exploten un bingo en el hipódromo de la ciudad. Desde la administración de Vidal desmintieron esta información a NOTICIAS y hasta afirmaron que en los próximos años años no se abrirán bingos.
Rico. La mala fama a Parasuco le costó que fuera rechazado en el tradicional Tandil Golf Club. Desde aquel desplante, el italiano juró vendetta y se construyó su propia cancha mucho más extensa y hasta con lagos artificiales. Allí, incluso se realizan torneos y se volvió una de las preferidas de las celebrities. El factor principal: tiene carritos.
Alrededor de la cancha, está en construcción un country donde empresarios porteños y de la provincia de Buenos Aires ya tienen su lote. Los que están en venta, los comercializa la empresa Vaestan SA, que está a nombre de sus hijos. Uno de estos hijos, Ezequiel, estuvo involucrado en un crimen ocurrido hace 20 años en Tandil, en el que ahorcaron al remisero, Germán Garmendia. Por este asesinato, Parasuco Jr. estuvo detenido 10 días y según las crónicas policiales de la época, la carátula de la causa llevaba su apellido como principal sospechoso. La novia de Garmendia había señalado en el juicio que Parasuco la hostigaba porque antes habían sido novios y le pedía volver. Al final, Parasuco fue absuelto, pero el castigo social fue tan grande que hasta hubo una marcha multitudinaria en su contra.
por Rodis Recalt
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