Los voceros oficiales de Cambiemos insisten en que es un problema de índole privada. Sin embargo, el silencio absoluto de Mauricio Macri sobre la internación de su hermana Florencia (33) en la clínica psiquiátrica Avril, esconde una trastienda familiar poco conocida. El presidente nunca tuvo buena relación con la menor del clan y siempre reprobó sus excesos. Con todas las miradas encima, sabe que las acciones de la joven pueden repercutir directamente en su imagen política y lo que antes era indiferencia hoy se convirtió en un tabú. Mientras tanto, la joven atraviesa sus días con quien se convirtió en su principal sostén: su novio italiano, Salvatore Pica.
La semana pasada NOTICIAS pudo saber que Florencia había sido internada en Avril como consecuencia de un cuadro depresivo, según confirmó un alto funcionario del Gobierno. El consumo de sustancias tóxicas y de alcohol fueron una constante desde que era adolescente y en más de una oportunidad su familia requirió ayuda profesional. Su padre, el empresario Franco Macri, fue durante toda la vida el encargado de "tapar los escándalos" y consentir a su hija menor, según cuentan amigos del clan.
En los últimos años, ese rol también comenzó a ocuparlo su novio, Salvatore Pica, un italiano que dejó todo en su país natal para venir a la Argentina a acompañarla. A pesar de esta última recaída, desde el entorno de los Macri insisten en que la llegada de este hombre fue una pieza fundamental para que la joven alcanzara cierto equilibrio,
De hecho, a poco más de diez días de la internación -el 12 de noviembre-, Pica publicó una imagen en su cuenta de Instagram en la que se lo ve junto a Florencia al aire libre y tomando mate, dejando ver que ya le podrían haber dado el alta de la clínica o, al menos, que se le permiten salidas. "Siempre la contuvo y la acompañó", afirman desde su entorno.
Alejada de Mauricio Macri, quien decidió no hacer declaraciones ni cuando se conoció la noticia de la internación ni de su estado actual, Florencia atraviesa este momento alejada de la mayoría de los Macri. Es que, de acuerdo con los amigos del presidente, los hermanos "prácticamente no tienen relación".
Interna familiar. Florencia siempre fue la más rebelde y desde que era adolescente renegó de los mandatos familiares. De hecho, se mantuvo al margen de los negocios, a pesar de tener acciones y participación en algunas de las empresas que maneja su padre. Estudió en el prestigios colegio San Andrés y cursó cine en la “Fundación Universidad del Cine” en San Telmo antes de meterse de lleno en el mundo de la fotografía.
Sin embargo, lo que la diferencia de su hermano no tiene que ver con su inclinación por el mundo artístico sino por su insistencia en romper cualquier tipo de límites. El consumo de drogas, las fiestas electrónicas y las “malas amistades” fueron un problema recurrente dentro de la familia. “Tienen mucha diferencia de edad y una enorme diferencia de estilos. Mauricio, que es muy correcto y tranquilo, no aprueba su forma de vida pero tampoco va a andar educando a su hermana", cuentan desde el entorno presidencial.
En esta línea, los amigos del presidente insisten en que esta internación “no lo sorprendió”: "Está acostumbrado. Hace años que lidia con esta situación y hubo muchísimos episodios como éste", subrayan.
Florencia, dicen sus conocidos, sólo se siente Macri por el apellido y, entre sus familiares directos, sólo tiene buena relación con su hermano por parte de madre, Nicolás Palacios, y con su padre. “Franco tiene devoción por ella”, cuentan amigos del empresario, quienes recuerdan que fue él quien se puso al frente de las negociaciones cuando su hija menor fue víctima de un secuestro extorsivo en 2003. Y, si bien siempre había sido la más consentida de patriarca, luego de este episodio la protección de Franco se multiplicó.
Cable a tierra. La llegada de Salvatore Pica a la vida de Florencia no sólo cambió su ritmo sino que también significó que, por primera vez, los Macri miraran sin tanta desconfianza a un novio de la menor del clan. A poco de comenzar la relación, el italiano decidió instalarse en la Argentina y pronto se convirtió en su pricipal sostén emocional. “La única condición que puso fue que si dejaba sus empresas en Italia, tendrían que ayudarlo en el país”, cuentan conocidos de la pareja. Así fue que Franco, dispuesto a todo para salvaguardar a su heredera, le dio un cargo primero en Framac S.A. y luego lo puso en el directorio de Flourent S.A., ambas de su conglomerado.
Con Pica, Florencia se alejó de la noche, se fue a vivir al campo que tiene su padre en General Villegas y comenzó a recorrer un camino más cercano a lo espiritual. La pareja forma parte de la “Escuela Artes y Ciencias del Cambio”, en la que desarrolla una disciplina oriental que combina la meditación con las artes marciales.
A diferencia de sus parejas anteriores, Pica no reniega del mundo empresarial ni de su familia política. De hecho, en febrero fue fotografíado junto a Adrián Varela –presidente de Relaciones Públcas de River Plate y miembro dela subsecretaría de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires- como representante del “Macri Group”. Y, en sus redes sociales, el italiano sigue de cerca y apoya la gestión de su cuñado, Mauricio Macri.
Sin embargo, las buenas intenciones del italiano quedan en eso. El acercamiento no pasa del mundo virtual. Quienes conocen los entretelones de la familia el presidente aseguran que la relación está en un punto de no retorno. “Nunca vi que haya ido a visitarla”, asegura una vecina del edificio en calle Libertador en el cual Florencia se hospeda cuando está en Capital Federal.
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