★★★★ Todo el mundo veía a Meryl, entonces, como la madre abandónica de “Kramer Vs. Kramer”. Y Robert Benton, un director mucho mejor de lo que se pensaba entonces, le da un rol de mujer fatal en esta película de suspenso con psicólogo asesinado, detective tozudo y vueltas de tuerca a rolete. Pensada a la manera de thriller hitchcockiano, pero mucho más cercano al melodrama que a la manipulación cinematográfica del gran Sir Alfred, es otra demostración de que Streep puede hacer cualquier cosa. Fue un éxito de taquilla en la Argentina y en varios países, aunque no es de los títulos que mejor se recuerdan de los 80. Verla es comprender la potencia de Hollywood: creer en las historias que cuenta y hacerlo a fondo, sin medir los riesgos. Hay sorpresas de guión y pistas falsas, pero lo mejor es cómo creemos en esos personajes. Era la mejor característica de Benton. Por eso Streep está tan bien.
por Leonardo D’Espósito
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