La obsesión por el dólar: el miedo a la corrida. (Cedoc)
Mercado sin confianza: por qué suben el dólar y el riesgo país
Con reservas en baja y dólar en alza, el salvataje estadounidense pierde efecto y los operadores ya no creen en los anuncios oficiales.
Como ya es habitual, y tal como anticipamos la semana pasada respecto de la bilateral con el presidente de Estados Unidos —que terminó siendo inexistente y con desplante incluido—, el encuentro que estaba proyectado para el martes 14 a las 12 en el Salón Oval fue postergado para las 14 y terminó realizándose en forma informal en el Salón Lincoln de la Casa Blanca, a las 14.15. La conversación, centrada en temas de gestión, duró apenas 50 minutos. Habitualmente, a los mandatarios se los recibe en el Salón Oval en privado y con foto —como ocurrió con Alberto Fernández y Joe Biden—, para luego pasar a un almuerzo de trabajo de cerca de dos horas.
El gobierno estadounidense, entretanto, continuó con sus intervenciones en el mercado cambiario argentino hasta el viernes 17 de octubre, a través de los bancos ya conocidos —Santander, Citi y JP Morgan—, por un total aproximado de USD 1.300 millones, según los registros del Mercado Libre de Cambios, que normalmente opera unos USD 450 millones diarios.
El problema de fondo, según agentes del mercado tras la bilateral frustrada, es que el propio presidente Donald Trump dejó en claro que el salvataje financiero está condicionado a que La Libertad Avanza gane las elecciones de medio término —según expresó en su posteo en la red social X—. De no ser así, Estados Unidos dejaría de aplicar esas políticas, “porque no les gusta perder tiempo ni reservas”. Tampoco hubo ningún anuncio posterior en la conferencia de prensa: la comitiva argentina fue ubicada de espaldas a los periodistas y Trump habló durante 45 de los 50 minutos sobre el acuerdo de paz en la Franja de Gaza.
Cada vez son más frecuentes los posteos del ministro argentino de Economía, Scott Bessent, que actúa como mero intermediario en algunos aspectos. Pero, ante su creciente frecuencia, los mensajes ya no generan efecto en los operadores del mercado. El viernes 17, a pesar de los USD 280 millones inyectados por el Tesoro norteamericano, todas las cotizaciones del dólar subieron entre $50 y $60, y el riesgo país escaló de 1.029 a 1.089 puntos. El mensaje fue claro: ya no le creen ni al gobierno argentino ni al estadounidense.
La reacción se acentuó tras conocerse que Estados Unidos modificó los instrumentos de intervención debido a fuertes críticas internas desde el 23 de septiembre. En síntesis: cada vez postean más y los efectos duran menos.
La semana cerró con una pérdida de reservas del BCRA por USD 888 millones (-2,11%), una suba del 7% en los dólares financieros MEP y CCL, y del 4,5% en los criptoactivos, todos superando la banda superior acordada con el FMI. El dólar mayorista terminó en $1.455, el minorista en $1.475 y el blue en $1.485. La lógica es simple: ¿quién vendería dólares sabiendo que, en quince días, según lo dicho por Kristalina Georgieva el 9 y el 18 de octubre, el gobierno argentino está obligado a devaluar cerca del 50%?
Mientras tanto, la Secretaría de Finanzas solo logró renovar letras en pesos por el 45% del total, con una tasa del 8% a 60 días, liberando $2,1 billones —casi USD 1.500 millones— al mercado. En síntesis, “al tío Scotty le están vaciando la billetera”, y todo lo que se emite en pesos termina convertido en dólares, tal como recomendó el secretario de Economía Caputo el 2 de julio pasado: “Está barato, no te lo pierdas, campeón: comprá”.
La semana que comienza este lunes 20 promete ser aún más dura. Tal como anticipé el 1° de octubre en distintos medios, el tipo de cambio entre el 15 y el 20 de octubre volvería a ubicarse entre $1.500 y $1.600 en sus variantes mayorista y minorista, con el consabido traslado a precios e inflación. Quedó demostrado que el relato de la “desinflación” se rompió: es el cuarto mes consecutivo de aumento, y la baja es solo nominal. Desde enero de 2018 vivimos en hiperinflación, producto de la brecha entre precios, salarios y poder adquisitivo. Prefiero hablarles con palabras sencillas antes que con terminología técnica, como decía Jauretche en Las zonceras argentinas.
Fabián Medina
Analista económico y tributarista
También te puede interesar
-
El futuro ya llegó, pero nadie lo explicó
-
La centralidad de Milei: el regreso del dueño del circo político
-
¿Por qué la crueldad?
-
La IA y el colapso del futuro
-
La nueva crisis no será laboral, será existencial
-
La batalla cultural contra la libertad
-
El nuevo mapa del poder: Milei, Macri y CFK
-
El riesgo judicial que amenaza el futuro de la IA
-
La trinchera del diálogo
-
El péndulo se mueve hacia la derecha