En 1995, el español Eduardo Punset pasaba por lo que parecía el principio de su declive profesional. Tras una carrera que lo tuvo como redactor de la BBC, jefe del semanario The Economist, representante del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Haití, luego diputado y eurodiputado español ante el Parlamento Europeo, acababa de disolver el partido político que él mismo había fundado tras sumar menos del uno por ciento de los votos en unas elecciones celebradas en 1994.
Sin embargo, a principios de 1996 y a punto de cumplir 60 años, Punset encaró el proyecto que lo convertiría en el divulgador científico más conocido del ámbito hispanohablante. El programa de televisión "Redes", donde desde entonces ha entrevistado a muchos de los científicos más importantes del mundo, tuvo desde el principio algo que lo distinguía en su género: el interés de Punset por indagar, a partir de conocimientos tecnológicos y teorías científicas, en cuestiones como la amistad, el amor, la intuición o la felicidad. Al análisis de la última, incluso, le dedicó un libro entero.
"La felicidad, en el fondo, está relacionada con cierta ausencia del miedo. Casi todas las investigaciones científicas sobre el tema apuntan a que está íntimamente vinculada con la calidad de nuestras relaciones personales y la sensación de que controlamos la propia vida", comenta el español durante su visita a la Argentina para presentar “Viaje al optimismo. Las claves del futuro” (Ediciones Destino).
En ese nuevo libro, Punset parte de la idea de que en realidad "todo tiempo pasado fue peor" para fijar su absoluta fe en el futuro de la humanidad. La clave de ese optimismo, asegura, es que el aumento de la esperanza de vida le está permitiendo al ser humano poder pensar más allá de ciertas obligaciones biológicas como crecer, alimentarse y reproducirse, para más tarde morir.
Noticias: ¿Cuáles serían las claves biológicas que respaldan su idea de que hay una predisposición humana a la felicidad?
Eduardo Punset: Los distintos centros de investigación que estudian este tema afirman que la primera dimensión, la que más correlación tiene con la felicidad, son las relaciones personales. Es lo contrario de lo que se pensaba cuando yo era niño, se nos acostumbraba a que cuanto más solos, mejor. La segunda dimensión señala que es absolutamente imprescindible tener el sentimiento de que se controla la propia vida. En tercero o cuarto lugar, recién, aparece la vena religiosa o de otro tipo. Todos los estudios coinciden en que debajo del nivel de subsistencia, el dinero es la felicidad. Pero en cuanto se alcanza el nivel la gente antepone esas otras dimensiones.
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por Juan Manuel Bordón
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