En la redacción del diario alemán Suddeutsche Zeitung los conocen como “los hermanos Obermay/ier”. Es un chiste interno que juega con la similitud de sus apellidos y lo inseparables que se volvieron sus vidas en el último año. Un tándem laboral misterioso incluso para sus colegas más cercanos.
Hasta el domingo 3 de abril –cuando se reveló mundialmente en simultáneo la investigación de los Panamá Papers– Bastian Obermayer (39) y Frederik Obermaier (32) investigaron en absoluto secreto el escándalo que les cayó en mano. Ni amigos ni familiares –a excepción de sus discretas mujeres– sabían en qué estaban: intentando metabolizar periodísticamente nada menos que 2,6 terabytes de información vinculada a la galaxia de empresas off shore en paraísos fiscales generadas por la firma panameña de abogados Mossack Fonseca. Se trata de la mayor revelación internacional de datos hecha hasta el presente; 11,5 millones de documentos o, para decirlo de una manera más gráfica, 46 veces el volumen de WikiLeaks.
Lo agobiante es que detrás de ese caudal en crudo se esconden innumerables historias de corrupción sólo detectables mediante una búsqueda minuciosa, con un buen soporte tecnológico. En varios miles de carpetas digitales distribuidos en dispositivos USB, los alemanes han ido acumulando inquietante información que podría comprometer a funcionarios, artistas, banqueros, empresarios y presidentes sospechados –porque la mera posesión de una de estas empresas no es punible– de ocultar negocios detrás de sociedades pantallas.
Todo empezó un año atrás, cuando Bastian recibió un mail enigmático de alguien que se hacía llamar John Doe (“fulano de tal”, en inglés). Eran las diez de la noche cuando en su celular sonó un mensaje entrante:
–Hola, soy John Doe. ¿Te interesaría recibir unos datos? Me gustaría compartirlos.
El primer envío de muestra fue un puñado de archivos, en su mayoría en formato PDF. Eran escrituras de constitución de empresas, contratos y extractos bancarios. Bastian buscó en internet y pronto entendió a qué se referían. Encontró que un fiscal argentino, José María Campagnoli, estaba tras la pista de esas 123 sociedades en Nevada de las que él acababa de recibir información, así como de los movimientos de dinero de otra sociedad, Val de Loire. Investigando la ruta del dinero K, Campagnoli buscaba dilucidar si esas empresas pertenecían a Lázaro Báez, mientras que Val de Loire aparecía vinculada a un socio de Cristóbal López. Poco interesante para un periodista alemán.
—¿Se trata sólo del caso argentino?— le preguntó Bastian a su fuente misteriosa a los pocos días. La respuesta ya la conocemos.
Obermayer habló con su jefe en el Süddeutsche Zeitung, el segundo diario alemán en ventas detrás del Bild, y consiguió la autorización para abocarse exclusivamente a esta investigación junto a su colega y amigo Frederik Obermaier. En absoluta reserva. Pero no podrían solos con tanto. Y resolvieron acudir al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), del que son miembros, para sumar colegas de todo el mundo. Así fue como más de 400 periodistas de más de 80 países empezaron a descubrir historias entre ese mar de datos.
El 7 de junio se presentó en Madrid la versión en español del libro “Los papeles de Panamá, el club mundial de los evasores de impuestos”, editado por Planeta, en el que los periodistas alemanes relatan con detalle los avatares de su investigación. Allí conversamos con Frederik Obermaier.
Noticias: ¿Por qué supone que fueron elegidos por el informante para recibir la mayor filtración de la historia del periodismo?
Frederik Obermaier: Posiblemente no es que nos haya buscado a nosotros, sino que otros antes no se hayan mostrado interesados en la información.
Noticias: El libro comienza contando que los primeros datos que les envió la fuente anónima fueron sobre los Kirchner. ¿Puede este detalle decir algo de los intereses del informante?
Obermaier: Por supuesto eso es algo que nos preguntamos al principio. Por qué se dirigía a nosotros con ese material. Pero estoy convencido de que si la persona hubiera estado interesado fundamentalmente en difundir esa historia no nos habría entregado todo el resto. Además no nos puso ninguna condición sobre lo que debíamos informar o no. La única condición tuvo que ver con las medidas de seguridad. Sobre cómo comunicarnos con él de manera encriptada. Es más, el material sobre Argentina en nuestro periódico no lo informamos porque no interesaba.
Noticias: Me imagino. Por eso es tan curioso que ese haya sido el material que usó de “señuelo” con periodistas alemanes. Le hice esa pregunta, además, porque desde el propio estudio Mossack Fonseca dijeron sospechar que Paul Singer (N de la R: el dueño de NML, el fondo buitre que se enfrentó a los Kirchner en su afán de encontrar activos argentinos para embargar en el exterior) estaba detrás de esta filtración…
Obermaier: En verdad no tenemos certeza sobre quién está detrás de esta filtración. Y para nosotros no era importante lo que la fuente pretendiera sino que la información fuera confiable.
Noticias: ¿Cómo imagina a John Doe? ¿Una persona o un grupo de personas; de qué nacionalidad?
Obermaier: (resopla) Es obvio que después de tantos meses de comunicación con él o con ella tenemos una ligera idea del escenario de donde proviene. Pero no es algo con lo que queremos especular públicamente. Lo que sí vemos en ese manifiesto que escribió él es que parece ser alguien al que verdaderamente le importa lo que está ocurriendo en el mundo off shore y que está observando cuidadosamente a los políticos y qué es lo que está cambiando y lo que no.
Noticias: En el libro ustedes dan a entender que podría tratarse de alguien muy próximo o incluso de adentro del estudio de abogados, por la actualidad del material que les enviaba. Les dio acceso a mails de Mossack Fonseca a horas de haber sido escritos…
Obermaier: Mossack Fonseca sacó un comunicado de prensa diciendo que le hicieron una trampa, pero nosotros simplemente no lo sabemos.
Noticias: ¿Realmente cree que se trata de un idealista o parte de una guerra sucia de intereses que tuvo un efecto colateral positivo?
Obermaier: Como cualquier persona que se comunica con alguien por un tiempo largo yo también tengo curiosidad por saber quién es. Pero al día de hoy tengo que seguir diciéndome a mí mismo que no es importante. Además para él es necesario seguir manteniéndose preservado porque los informantes no están lo suficientemente protegidos. El anonimato era imprescindible. Nadie podría obligarnos a Bastian ni a mí a revelar su identidad porque simplemente no podríamos hacerlo. Ni aunque nos apuntaran con una pistola en la cabeza.
Noticias: ¿Cuándo fue la última vez que tuvieron contacto con él?
Obermaier: Es algo sobre lo que no queremos hablar porque podría dar alguna pista sobre él así que lo siento, pero no puedo responder eso.
Noticias: ¿Seguirá enviándoles información?
Obermaier: Estamos trabajando con el material que John Doe ya nos dio. Eso significa que la investigación de los Papeles de Panamá continúa.
Noticias: ¿Cuándo se enteraron de que el nuevo presidente argentino también aparecía en las filtraciones?
Obermaier: Para ser honesto no lo recuerdo con exactitud pero fue con la investigación bastante avanzada. Bastian y yo nos focalizamos en otras historias.
Noticias: El diario Süddeutsche Zeitung, donde ustedes trabajan, fue muy crítico con la cobertura de las revelaciones por parte de los medios argentinos que participaron de la investigación. ¿Usted qué opina?
Obermaier: Por lo que nosotros vimos de los colegas argentinos con los que hemos trabajado no tengo ningún motivo para dudar de su espíritu profesional. Yo particularmente no he visto ningún error por la manera en que trabajaron. Me parecieron muy serios y dignos de confianza.
Noticias: Las críticas no apuntaban a la idoneidad ni la honestidad de los periodistas sino a decisiones de las empresas para las que trabajan
Obermaier: Los periodistas que participamos en estas investigaciones trabajamos para corporaciones mediáticas. Y la manera en que se organizó todo fue una garantía de que si había algo oculto, tarde o temprano se conocería. Si alguien intentaba ocultar algo corría el riesgo de que otro colega lo sacara a la luz. Creo que trabajar con un equipo tan grande es la mejor garantía para que nada se quede encerrado en el armario.
Noticias: Los periodistas participantes ¿estaban sujetos a una cláusula de confidencialidad antes de que se publicara la investigación a nivel mundial? En Argentina se le informó al presidente Macri con antelación como un gesto “de buena fe”.
Obermaier: Hubo un acuerdo entre todos de no comunicar nada hasta una fecha que no recuerdo con precisión pero era un par de semanas antes de la publicación. Queríamos prevenir que los involucrados se enteraran con demasiada antelación porque esto podía poner en riesgo el trabajo.
por Alejandra Daiha*
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