No había presión de agua, no andaba la bomba ni los aspersores y las columnas no estaban revestidas con material ignífugo, según revelaron las pericias oficiales. El edificio de Iron Mountain, que se incendió a principios del 2014 causando la muerte de diez personas, era una bomba de tiempo. Sin embargo, la falta de medidas de seguridad serían tan solo uno de los factores que desataron la tragedia. Lavado de dinero, conexiones políticas y connivencia con Estado son los ingredientes de una trama más que sospechosa.
Esta semana hubo un nuevo avance: el miércoles 10, la Justicia realizó una nueva inspección ocular en la que participaron las partes, la fiscal Romina Monteleone y el juez Pablo Ormaechea junto a peritos de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
En febrero del 2105, un peritaje había concluido que el fuego había sido intencional. En esta nueva instancia los nuevos peritos pusieron en duda ese punto aunque insistieron en la fallas edilicias y en la falta de medidas de seguridad. Los abogados querellantes Miguel Arce Aggeo y Javier Moral, quienes representan a los familiares de las víctimas, afirmaron a NOTICIAS que el siguiente paso que darán será llamar a indagatoria al ex titular de la Agencia de Control Gubernamental, Juan José Gómez Centurión, a Horacio Rodríguez Larreta y al propio presidente, Mauricio Macri. “Ellos eran los funcionarios en ese momento y la nueva pericia confirmó que el lugar era un desastre”, sostuvo Arce Aggeo y agregó: “Con muchos menos elementos en otras causas similares se llega a un procesamiento”.
Desde Iron Mountain dijeron a NOTICIAS que en caso de que se compruebe la intencionalidad del hecho, se presentarán en la causa como damnificados. Sin embargo, sobre las condiciones del edificio sólo dijeron que “responderán ante la Justicia”.
La causa caratulada como “Incendio u otro estrago con muerte de persona” ahora se unificó con la de “Encubrimiento” y cada semana aparecen nuevas pistas que son investigadas en la fiscalía de instrucción Nº 37.
Sospechas. Iron Mountain cobró notoriedad el 5 de febrero del 2014, cuando un incendio que se produjo en el interior de uno de los depósitos de Barracas hizo que cediera una columna que cayó sobre una pared y aplastó a quienes se encontraban realizando las tareas de emergencias.
Una de las hipótesis es que la empresa en complicidad con funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires generaron las condiciones propicias para que se desatara el fuego y así poder destruir información sensible de sus clientes.
Entre los principales clientes de Iron se cuentan a Sideco Americana, Swizz Medical, el banco HSBC y Cablevisión entre otros. De hecho, la querella afirma que luego de que pudiera apagarse el incendio se rescataron 1730 cajas que no se habían quemado del todo con rótulos más que sugestivos: “Lavado de dinero”, “Lavado de dinero premier” y “Lavado de dinero offshore”. Fuentes cercanas a la empresa subrayan que esa “no es información oficial”.
Sin embargo, en las últimas semanas aparecieron más datos que sostendrían esta hipótesis. Según la querella, recién ahora se pudieron ver las cámaras de seguridad que apuntan al edificio. Las imágenes que están siendo investigadas serían por demás reveladora: minutos antes de que comenzara el fuego llegó a la puerta del lugar un taxi del que se bajó un hombre con un paquete. Desde adentro de Iron Mountain le abrieron la puerta, estuvo un momento en el lugar y se marchó. “No se lo puede identificar porque un árbol impide que se le vea la cara o la patente de auto”, dijo Arce Aggeo.
Es por este motivo que la investigación está siguiendo de cerca al vigilante que se encontraba trabajando aquella madrugada, Oscar Godoy. Por estos días se pretende revisar su registro de llamadas telefónicas y se trabaja para confirmar si este hombre tuvo una participación mayor.
Este hombre también es señalado como uno de los que se encargó de “despistar” al 911. Al parecer, el comando radioeléctrico lo habría llamado debido a que los vecinos habían alertado por la presencia de humo pero Godoy dijo que nada se estaba prendiendo fuego.
Miedos. “Este es un problema para ellos y nosotros sabemos que nos estamos enfrentando a gente pesada”, subrayó Monticelli quien denunció haber recibido amenazas por parte de Juan José Gómez Centurión, quien actualmente se desempeña como director de Aduana. “Me voy a encargar de vos, te aconsejo que no te ganes un enemigo peligroso”, había sido el mensaje recibido en el Facebook. El hombre presentó la acusación ante el juez Omar Peralta, donde se confirmó que el mensaje provenía de la cuenta personal del funcionario, sin embargo se entendió que no había suficientes elementos como para avanzar en una causa.
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