Thursday 21 de November, 2024

SOCIEDAD | 18-10-2016 00:00

¿El cura Juan Viroche estaba golpeado?

Un primo afirmó que el sacerdote tenía dos costillas fracturadas, lo que descartaría la hipótesis del suicidio.

La muerte del cura Juan Viroche, que conmociona al país, todavía es una verdadera intriga. La familia del sacerdote y el pueblo de Tucumán hablan de un homicidio perpetrado por narcos, debido a las denuncias que Viroche hacía durante las misas en la parroquia “Nuestra Señora del Valle”, en la localidad de La Florida, Tucumán. Otros, en cambio, sostienen que el sacerdote mantenía una relación con una joven que lo habría presionado por estar embarazada y que entonces se suicidó. Mientras, la Justicia se debate entre estas dos posibilidades, en un crimen que a cada hora parece empantanarse más.

“Hemos logrado confirmar que el padre (Juan) Viroche fue amenazado por teléfono. Esta prueba alimenta la eventual posibilidad de que estemos ante un homicidio. Tampoco podemos desechar la posibilidad de que haya decidido o haya sido inducido a quitarse la vida”, explicó Diego López Ávila, el fiscal a cargo de la causa, en relación con los peritajes a dos celulares de Viroche que fueron encontrados en la parroquia.

El magistrado, que hasta hace unos días indicaba que estaba seguro de que se trataba de un suicidio en base a la autopsia, ahora parece evaluar la hipótesis del homicidio. Una versión que desde aquel 5 de octubre, cuando se encontró el cuerpo del cura, colgado de una soga atada a las vigas del techo de su capilla, sostiene firmemente parte del pueblo de “La Florida” y sobre todo su familia. Esta versión creció a partir de las amenazas que Viroche venía recibiendo a través de su cuenta de Facebook y de su celular, a raíz de los casos de narcotráfico que el padre había dado a conocer durante sus misas.

Dudas. Pero no sólo la familia del párroco puso en duda las versiones sobre la muerte de Viroche, sino también de la propia investigación por una posible manipulación de la escena del crimen. Así lo explicó Oscar, un primo del sacerdote, que habló con NOTICIAS. “Nos dicen que tenía fracturadas las costillas, que había otra puerta donde podía haber entrado alguien, que había bancos tirados en la parroquia. Y lo que no sabemos es por qué la furgoneta que trasladaba el cuerpo a la morgue tardó una hora en llegar. Las personas que él denunciaba pudieron haber hecho eso”, indicó el hombre. Una teoría que también abona un alto funcionario judicial: “Juan estaba golpeado, y, al parecer, personas de la Iglesia piden que no trascienda esto”. Aunque gente allegada a la investigación asegura que estas versiones surgen de la policía tucumana, históricamente enfrentada a la Justicia.

Por otro lado, Oscar negó la posibilidad del suicidio vinculado a la hipótesis que habla de una relación del sacerdote con una joven que habría quedado embarazada y lo habría presionado a que abandonara los hábitos. “Amaba la vida. Es imposible que se haya suicidado, porque además lo vi cinco días antes y estaba de buen humor. Y encima ahora lo quieren ensuciar”, agrega Oscar.

Myriam, la sobrina del cura que habría sido interceptada por un auto en un confuso episodio, también habló con este medio: “Confiamos en el fiscal. Pedimos a Dios que lo ayude y guíe para que pueda resolver con sabiduría el caso de homicidio de nuestro tío. Es todo lo que puedo contar por ahora”.

Por su parte, López Ávila no descarta la versión de los vínculos amorosos del cura como otro de los móviles de su muerte. En medio de marchas multitudinarias que ya piden Justicia por Viroche, el fiscal pidió a la Justicia Federal que se abriera una causa por narcotráfico. Además de solicitar la ayuda de peritos de Gendarmería Nacional, para terminar de despejar especulaciones y llevar tranquilidad al hoy alborotado pueblo tucumano.

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