Fotografiado por NOTICIAS en una pacífica playa de Uruguay, el jefe de Gabinete Marcos Peña dejó ver en su antebrazo derecho un tatuaje: un símbolo chino que significa “armonía”.
El ministro zen decidió grabarse en la piel esos caracteres a su regreso de un viaje por Asia, a sus 25 años. En la Argentina reinaba el caos post 2001 y fue en ese mismo tiempo que decidió, además, involucrarse en la actividad pública.
El hombre de mayor confianza de Macri asegura que viajar es una de sus mayores pasiones. A los 18, cuando terminó el secundario, se fue de mochilero al Sur con amigos. Ese fue su bautismo. En el 2005 viajó con su actual esposa, cuando todavía eran novios, a Nicaragua. Aunque el viaje no terminó como esperaba: debió volver antes por una sesión de urgencia en la Legislatura por Cromañón.
Ahora, con familia, sus vacaciones son más tranquilas. Encontró paz en el hotel “El Descubrimiento” de Guazuvirá, donde cultiva un perfil tan bajo que el hombre que le alquila el kayak desde hace cinco años recién este verano se enteró de que se trataba de un político importante del otro lado del “charco”. La cabaña para cuatro personas en ese resort club cuesta alrededor de $ 5.500 por noche e incluye el desayuno. En ese lugar Peña se desenchufa completamente entre el fútbol, los deportes acuáticos y la playa.
por Pablo Berisso, Carlos Claá
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