Si no sabe lo que es ese juego de computadoras (el autor es un vicioso de la versión Facebook, confiesa) se trata de romper estructuras y matar unos cerditos arrojando pájaros con diversos poderes con una honda. El diseño del juego es directamente el del cartoon clásico, y los personajes son inmensamente populares: destino de cine seguro. Pues bien, aquí tienen la versión fílmica del juego y aclaramos de entrada que no tenemos prejuicio con el origen (¿no vieron lo buena que es “La gran aventura Lego”?). Claro que no es un dibujo animado tradicional en dos dimensiones sino una aventura digital. Aquí se trata de Red, ñik un pájaro muy enojado y frustrado que vive en un pueblo feliz al que llegan los cerditos en son de paz. Sólo Red desconfía y tiene razón: los cerditos secuestran los huevos pajariles y ahí van Red y algunos amigos al rescate. Dejemos de lado el mensaje (que está bien no ser todos iguales, que hay que manejar la bronca pero a veces la bronca es útil, etcétera) y concentrémonos en aquello de lo que realmente se trata: risas. Las hay, hay muchas. Hay momentos muy buenos. Pero la superabundancia de gags a veces conspira contra el espectáculo final. Hay momentos en que el apuro por hacer un chiste conspira contra su esencia: el tempo. Cuando acierta, está bien, pero muchos tiros quedan lejos del blanco.
por Leonardo D’Espósito
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