★★★1/2 Creada en 1998 por Santiago Pont Lezica (en sociedad con Bernardo Neustadt), Milenium es una radio que impuso en el aire la mesura y el pensamiento, de lo cual le quedan esbozos. En el espacio titulado “Vuelo de regreso” (una marca de Milenium) se emite desde abril un ciclo informativo del diario “La Nación” que, además, puede escucharse en dispositivos móviles. Dos aportes al programa son Pablo Sirvén (Espectáculos) que generalmente sale al aire después de una serie de audios sobre lo dicho en la TV, o cuando Jorge Fernández Díaz (política), lidiando entre el malón y la República, desarrolla su columna y se pregunta desde todos los frentes por qué no somos democráticos.
El ciclo tiene respaldo periodístico y un formato sencillo pero, sin embargo, lo más atractivo sucede cuando sus conductores (Olivera, Crettaz y la muy participativa Larsen), además de informar hacen pensar. Hay dos ejemplos claros. En uno de ellos el trío enumera las cosas que han cambiado desde la aparición de internet, del celular y de otros dispositivos. Al final de la escucha uno se queda pensando que lo que ha cambiado, esencialmente, es que el Estado ya no es el que forma el pensamiento de “los ciudadanos” sino que, ahora, son los medios los que formatean la subjetividad de “los consumidores” (los alumnos de los primeros grados no conocen la radiactividad por el colegio sino por los Simpson y Springfield).
En otro caso se preguntan si, Elena Highton de Nolasco, al “quitársele el premio” (otorgado por la Universidad de La Pampa por “ser eminente en el campo intelectual” y “por ser la primera mujer en acceder a la Corte Suprema de Justicia), habrá sufrido alguno de los siguientes cambios: A. ¿Habrá dejado de ser Eminente? B. ¿Habrá dejado de ser la primera mujer en acceder a la corte? C. ¿Habrá dejado de ser mujer? Y lo que causa risa en esa taxonomía asombrosa es cómo se puede quitar un premio que ya se dio (criterio con el cual se podría destituir del Premio Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa “porque es un gorila”).
O sea que, sin hacerlo deliberadamente, tienen sentido del humor y dejan al oyente al borde de la ocurrencia. Es el mismo caso del columnista Luis Liotti que, al referirse a la interna del peronismo bonaerense, dice que están todos “orejeando”. “Orejear” es un verbo del Truco, juego en el que todos se fingen gauchos, mienten a rajatabla y (como ya fue dicho), dicen versos que son la forma inferior de la payada y la forma superior de la política criolla.
Karina Labraña y Ariel Guerrini, en la producción, hacen un excelente trabajo, para destacar.
por Luis Frontera
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