Si los bocas de urna se confirman, en los tres principales distritos del país donde hoy se votó, hubo un solo ganador: la continuidad de los oficialismos. Tanto en Capital Federal, con la amplia ventaja del PRO, como en Córdoba, con el éxito previsto del sucesor delasotista, y en La Rioja, donde el peronismo alineado con el gobierno nacional retiene el poder, en todos los casos los votantes parecen haber apostado a que todo siga controlado por las mismas manos.
Aunque en cada caso festeja una fuerza diferente -repartiéndose así los humores mediáticos de cara a las PASO nacionales del 9 de agosto-, el mensaje global de los votantes en un superdomingo que concentra casi al 20% del electorado en una jornada clave, parece ser el de que hay poco ánimo de cambio, quizá menos por convicción que por pánico escénico ante un fin de ciclo económico que siempre asusta a los argentinos, y con razón.
Con estos parciales en las tres provincias, los tres espacios que se disputan las chances presidenciales tienen argumentos para montar una noche de festejos. El macrismo reaviva la moral de su tropa, tras el fracaso santafesino. El frente firmado por De la Sota y Massa retiene al menos una excusa para seguir soñando con pelear las PASO presidenciales. Y el FPV no se va a dormir este domingo con las manos vacías, compensando con La Rioja la caída clara en tierras cordobesas y porteñas.
La carrera sigue, cada uno con sus caballos del comisario reivindicados.
*Editor Ejecutivo de NOTICIAS.
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por Silvio Santamarina*
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