Una vez más, la ciencia argentina en lo más alto del podio. Una vez más, un investigador que optó por trabajar en instituciones públicas pasa a ocupar un lugar en la organización científica más prestigiosa del mundo: la Academia Nacional de Ciencia (NAS) de los Estados Unidos. Hasta ahora fueron siete los argentinos seleccionados, y esta vez se trata del bioquímico Gabriel Rabinovich, especializado en biología del cáncer. El científico, de 47 años, es jefe del Laboratorio de Inmunopatología del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IbyME) dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
De acuerdo con lo narrado por el mismo Rabinovich a NexCiencia, la agencia de noticias de ciencia y tecnología de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), ayer a la mañana recibió una llamada entrante proveniente de un poco prometedor “número desconocido”. La sorpresa fue mayúscula para Rabinovich cuando, del otro lado de la línea, se encontró con la voz de David Sabatini, profesor de la Universidad de Nueva York y miembro de la NAS. Fue el mundialmente reconocido especialista en cáncer quien le anticipó que había sido elegido de manera unánime como miembro de esa Academia. Un llamado posterior le confirmó la noticia y le preguntó si aceptaba integrar la sección de Biología Molecular e Inmunología.
Rabinovich dijo que sí. “Ahí me emocioné mucho, empecé a pensar en mi vida, en mi recorrido científico -explica-. Yo no tengo un doctorado afuera, yo hice mi carrera acá en la Argentina, me acordé de todo el esfuerzo, el sacrificio, mis primeros años en Córdoba”. Sin padrinos ni tutores extranjeros, sin haber emigrado para hacer su postdoctorado, Rabinovich cobró fama internacional a principio del 2014, cuando publicó una investigación que se convirtió en la tapa de la revista Cell.
El trabajo permitió descubrir dos mecanismos. El primero se vincula con las herramientas con las que cuentan los tumores para escapar de las defensas del organismo. Rabinovich y equipo detectaron que los tumores producen una proteína, la Galectina-1, que destruye los linfocitos que defienden al cuerpo, antes de que ellos acaben con el tumor. Por otro lado, los investigadores desarrollaron un antagonista (un anticuerpo monoclonal) con el objetivo de bloquear a la Galectina-1, con lo cual el sistema inmune se fortalece y el tumor deja de crecer. Pero el trabajo recién empieza, hay al menos 15 Galectinas y Rabinovich y su equipo identificaron a una.
Actualmente los científicos argentinos están tratando de llegar a la clínica, que se transforme en un desarrollo que llegue al paciente. Para eso, primero, hay que realizar pruebas clínicas con la participación de instituciones especializadas en exámenes y testeos con pacientes. En eso están concentrados los esfuerzos, con el apoyo del CONICET y el Ministerio de Ciencia. Lo que más preocupa a Rabinovich es que el todo el desarrollo quede en el país y pueda ser explotado por empresas argentinas.
En la Academia Nacional de Ciencia de los EE.UU hay dos mil referentes locales y 465 científicos de otros países y de diversos campos científicos, como la química, la física, la genética, la sociología, la psicología, la biología. Cada año, se designan nuevos miembros. Gabriel Rabinovich es el séptimo argentino en sumarse. Quienes completan el aporte nacional son: el bioquímico Armando Parodi, bioquímico del Instituto Leloir; Francisco de la Cruz, físico del Centro Atómico Bariloche; el biólogo Alberto Frasch, de la Universidad de San Martín; la especialista en Ciencias Ambientales y Ecología Sandra Díaz, de la Universidad de Córdoba; el geólogo Víctor Ramos, de la Universidad de Buenos Aires; y el biólogo Alberto Kornblihtt, también de la UBA, la última incorporación en el año 2011.
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