El mundo tecnológico está de celebración: Se cumplen ahora 50 años de la aparición de la primera calculadoras de bolsillo, con la que el físico estadounidense Jack Kilby consiguió demostrar la utilidad práctica de su invención de casi diez años antes, el circuito integrado, el primer microchip del mundo.
La invención le granjeó a Kilby en 1982 su entrada en el salón de la fama de los inventores estadounidenses, junto con Thomas Edison y los hermanos Wright. Y en 2000 fue galardonado con el Nobel de Física. Pero a finales de los años 50 para Kirby fue muy difícil convencer a sus jefes de la industria tecnológica de la importancia de su invento, recordaría años más tarde.
Para probar la utilidad del circuito integrado, Kilby se puso a fabricar en 1966 junto con sus colegas Jerry Merryman y James Van Tessel la primera calculadora de bolsillo, la "Cal Tech", que presentaron el 29 de marzo de 1967 al director de Texas Instruments.
La carcasa negra de aluminio era tan gruesa como un diccionario y pesaba dos libras y media, por lo que difícilmente cabía en un bolsillo. Pero la gran innovación era que funcionaba de forma independiente sin estar enchufada, gracias a sus baterías.
Desde entonces, la escalada fue monumental: el peso se fue reduciendo al punto de caber en un reloj pulsera, la capacidad de operatorias aumentó y se convirtió en el aliado de los matemáticos, ingenieros, físicos y químicos. Sin embargo, su contribución fue aún superior: este mundo inalámbrico, de celulares en una mano, controles remotos, e hiperconectado no sería posible sin el microchip. Celebremos.
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