"No me gusta cuando la fama me complica cosas de la vida diaria”. Es una de las frases que más remarca el español Rubén Duglas Gundersen (25) –famoso en la red social Youtube como “El Rubius”– en un video donde se confiesa. Introversión, déficit de atención, eterna adolescencia y problemas para relacionarse son algunas de las intimidades que cuenta a sus once millones de seguidores. Y es que el joven español no es más que un síntoma de época: el fiel reflejo de una generación sub 30 que recurre a internet para lograr un lugar en el mundo.
Las mismas características que confiesa Rubius en su video casero reconocen tenerlas los más de 60 youtubers de todo el mundo. Es que entre estos “personajes famosos” y los millones de fans que los siguen existe un denominador común: la soledad, el aislamiento y las fobias.
Perfil. “Introvertido, solitario y con problemas para relacionarme con el resto de las personas”. Así se reconocen los youtubers. En general, son jóvenes de clase media a los que los padres les dan la posibilidad de tener todo servido, incluso hasta el tiempo libre necesario para producir sus contenidos. Tienen entre 20 y 30 años (y alguno más aún) y, en sus videos, valoran la posibilidad de seguir siendo adolescentes.
“Internet pasó a ocupar un lugar muy importante en los jóvenes, principalmente en un grupo de ellos que encontró en Youtube su cable a tierra. Sus videos son una manera de descargarse y de contarle al mundo las cosas que sienten y les molestan”, explicó la psicóloga Adriana Guraieb, pero aclaró: “Ellos creen haber superado su problema, pero en realidad no lo han hecho. Porque mantienen su encierro justificándose en la necesidad de seguir produciendo contenido. O sea, la soledad sigue igual, solo que ahora son dueños de una fama virtual”.
El joven cordobés, Julián Serrano (21) contó que algunos youtubers son vistos en la red por cientos de miles de personas pero que no pueden presentarse en vivo porque les da ataques de pánico. Él pudo superar eso gracias a la red social. “Siempre fui muy tímido. Me costaba relacionarme con las personas. Entonces empecé a hacer videos como un desafío, pero nunca pensé que iba a llegar a trabajar de esto”, aseguró Serrano, quien hoy publica videos humorísticos para más de un millón de seguidores.
Algo similar le pasó a la aún tímida marplatense conocida como Ann Look (21), que hace tutoriales sobre reciclado y decoración y que también reconoce tomarlo como un trabajo, gracias a la posibilidad de ganar dinero que le brinda la red social.
Adultez negada. “Siempre fui muy tímido. Necesitaba expresarme pero me costaba hacerlo frente a otros. Veía videos de otros, muchos del 'Mono Mario' (humor sostenido en el sexo y la grosería) y me pareció que podía hacer algo así. Comencé con animaciones y luego pasé a convertirme en el protagonista de mis videos. Igualmente, aunque no parezca, me cuesta enfrentar a la gente”, le confesó a NOTICIAS “El Bananero”. El uruguayo de 38 años es el mayor ejemplo de lo políticamente incorrecto. Algunos de sus videos superan los 3.500.000 visitantes. Y él, a pesar de su edad, se comporta como un adolescente, en Youtube y en la intimidad. Tanto que reconoce que su forma de ser le costó la separación de su esposa.
Según la psicopedagoga y licenciada en psicología con especialización en niños y adolescentes, Karina Viggiano, la adolescencia se estiró. “Los valores están modificados. Hoy, ser joven es un valor agregado que nadie quiere abandonar. Esto agrandó la brecha de la adolescencia: empieza a menor edad y, en algunos casos, se estira hasta pasados los 25 años”, aseguró.
Este cambio se da, principalmente, en una generación que se crió con internet como base y compañía. Y la negación de convertirse en adultos no es solo una problemática generada por la red, sino que también es responsabilidad de la situación económica y la familia. “Las expectativas que se ponen sobre los jóvenes cada vez son más. Eso, sumado a que las dificultades para desarrollarse como adultos son cada vez más complejas, hace que los que pueden, y cuentan con la sobreprotección de los padres para mantenerse, optan por ser eternos adolescentes”, explicó Viggiano.
Este estiramiento del período adolescente no solo se ve en los youtubers que no quieren crecer, sino también en sus seguidores: chicos que se fanatizan con ellos desde los 10 años. Según la psicóloga Sara Arbiser, “quienes ven los videos son, en parte, adolescentes precoces; niños de una generación que crece más rápido que antes y que ve en esos 'adultos' un reflejo de sus propios problemas y dificultades”.
Los youtubers pertenecen a una franja generacional que se crió experimentando una manera diferente de relacionarse con el mundo. Son parte de un estilo de vida donde los amigos virtuales llegan a ser tan importantes como los de la vida real, los problemas más íntimos se cuentan en el muro de Facebook y la televisión parecería estar perdiendo la pelea en una competencia casi desleal: la red social ya suma más de 50 millones de jóvenes con canales propios (registrados) y 5.000 millones de views (usuarios que ven videos, muchos de los cuales no están registrados). Además, Youtube es elegido por los jóvenes porque es una herramienta accesible y sin restricciones: les ofrece la posibilidad de decidir quién ver cuántas veces quieran y de producir sus propios contenidos. Aunque esto implique vivir más tiempo encerrado en la soledad de una habitación.
El negocio. Los youtubers comenzaron a generar contenido impulsados por una necesidad: superar sus propias dificultades. Lo hicieron contando problemas personales, burlándose de la vida cotidiana y del mandato de la sociedad y, algunos, ayudando a otros (ya sea con tutoriales o contando trucos para superar pantallas de videojuegos). Pero nunca imaginaron que, con el tiempo, esa diversión podría convertirse en un negocio.
Youtube ofrece a sus usuarios sumarse al sistema publicitario de Google, Adense, para obtener una reciprocidad económica. Para generar ingresos, el usuario debe ser dueño de los contenidos o tener derechos de distribución universal y también debe cumplir con las condiciones del servicio y los lineamientos de la comunidad. Una vez asociada la cuenta de Youtube a AdSense, cada reproducción equivale a centavos de dólar que se van acumulando. Superado el monto que determina cada país (en la Argentina es de US$ 100), Youtube envía el pago correspondiente a través de una transferencia bancaria o cheque.
El ingreso que recibe el youtuber depende del valor de la publicidad, la cual se vende en un remate. Un video puede comenzar a pagarse después de las 100.000 visitas.
El español “El Rubios”, tiene más de 11 millones de suscriptores y cada video que sube es visto, en menos de 24 horas, por entre 2 y 3 millones de personas. Él produce de 10 a 15 videos por mes y eso le significa una ganancia de, aproximadamente, 30.000 dólares mensuales.
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