Camila Giorgi, tenista italiana nacida en Macerata y exnúmero 26 del mundo, ha vivido una carrera marcada por altibajos deportivos y polémicas personales. A los 32 años, en medio de rumores e investigaciones, la deportista anunció su retiro abrupto, dejando un rastro de incógnitas que trascienden las canchas.
Pero hoy vuelve a ser noticia por su romance con el legislador de LLA, Ramiro Marra. En su cuenta de Instagram, la ex tenista publicó una foto en la que se la ve abrazada al libertario, ambos con la camiseta de Boca, y un texto en italiano: "Tanti auguri amore (feliz cumpleaños, amor)".
Hija de Sergio Giorgi, argentino y veterano de la Guerra de Malvinas, Camila creció bajo la estricta tutela de su padre, quien fue su entrenador durante toda su trayectoria. Con un estilo de juego que evocaba comparaciones con Steffi Graf, Giorgi llegó a ser una de las jugadoras más prometedoras de su generación. Ganó cuatro títulos, entre ellos el prestigioso WTA 1000 de Montreal en 2021, y alcanzó los cuartos de final en Wimbledon 2018. Sin embargo, sus logros nunca lograron despejar la sombra de un entorno familiar polémico y decisiones controvertidas.
Un retiro rodeado de escándalos
La retirada de Giorgi fue anunciada en mayo de 2023, sin previo aviso, a través de las redes sociales, donde desmintió "rumores inexactos". Este adiós al circuito profesional se produjo en un contexto complicado: investigaciones fiscales en Italia por irregularidades económicas y un juicio pendiente por falsificación de certificados de vacunación contra el COVID-19, un caso que también involucró a la cantante Madame.
Además, días después de su retiro, surgieron acusaciones del propietario de una residencia en Calenzano, cerca de Florencia, quien denunció a Giorgi y su familia por seis meses de alquiler impago y la desaparición de muebles de alto valor, incluidas alfombras persas y una mesa antigua. Según el dueño, el comportamiento fue "odioso" y dejó daños económicos estimados entre 50.000 y 100.000 euros. Este episodio intensificó la imagen de un retiro envuelto en misterio y conflicto.
De promesa a exilio incierto
En su mejor momento, Giorgi brilló por su juego agresivo y su impecable movilidad en la cancha. Sin embargo, su carrera estuvo marcada por una gestión familiar que muchos calificaron de controvertida. Su padre, Sergio, era conocido por métodos poco ortodoxos y un enfoque idealista que, según confesó en 2013, chocaba con la realidad económica del tenis profesional. “En este mundo lleno de dinero, no se puede ser tan idealista. La mayoría en el tenis son tiburones”, afirmó.
Hoy, lejos de los focos del tenis, Giorgi se encuentra en un exilio voluntario o forzado en Estados Unidos, mientras las autoridades fiscales italianas y particulares afectados intentan resolver los capítulos abiertos que dejó su salida. La extenista parece cerrar un ciclo plagado de contradicciones: de estrella en ascenso a una figura envuelta en escándalos legales y personales.
por R.N.
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