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POLíTICA | 16-09-2013 19:16

El excéntrico clan Granados

Negocios del "sheriff" bonaerense. La hermana massista y el hijo polista.

El intendente de Ezeiza, Alejandro Granados (62 años), fue un adolescente problemático. Su familia recuerda los dolores que le trajo a su padre Santiago, el patriarca. “Un día atravesó la plaza de Monte Grande con el mejor auto de la época”, explica Leonor, una de sus hermanas menores.

Otra de las historias que engrosan el anecdotario familiar fue cuando quedó involucrado en un megarrobo de árboles en los bosques de Ezeiza en tiempos de la dictadura. La historia se publicó en el diario La Razón y su edición vespertina le dio un importante despliegue. “Eso siempre se dijo. Era el comentario familiar, pero yo era muy chiquita”, resume Leonor, quien como senadora provincial dio el salto al massismo y se distanció de Alejandro.

Las vueltas de la vida llevaron a Granados a ser elegido como el nuevo ministro de Seguridad de Daniel Scioli, tras el duro golpe en las primarias. Fue un giro en la política kirchnerista para combatir la delincuencia. El intendente está asociado a la mano dura. En las últimas dos semanas, reapareció el video donde relata en 1999 cómo combatió a los tiros a los delincuentes que quisieron robar su casa en el barrio La Celia. “Tenemos que poner mano dura: o caía muerto yo o caían muertos ellos”, explicaba con la mano enyesada producto del enfrentamiento.

Fue uno de los pioneros en insistirle a Cristina Fernández en la necesidad de reforzar la seguridad en Buenos Aires y tuvo el visto bueno de la Casa Rosada. El sábado 7 recibió una invitación para visitar a Cristina en la Quinta de Olivos. Efectivos, presupuesto y elecciones fueron algunos de los temas que tocaron durante el cónclave.

Clan. Dulce, la esposa de Granados, no se llama Dulce. Su nombre es Isabel Beatriz Visconti, tiene 54 años y desde 1993 integra cargos públicos: fue diputada nacional en tres períodos, secretaria de Desarrollo Social en Ezeiza y legisladora provincial. En octubre intentará renovar su mandato y su objetivo de máxima es ser intendenta en el 2015. La propia Cristina pidió que ella reemplace a su marido en el próximo mandato y elogió su buen gusto como decoradora cuando visitó la Universidad de Ezeiza (que tiene como recolector de fondos al ex vocero kirchnerista Miguel Núñez). Tiene a su nombre La Dulcina Polo Team, una sociedad anónima que le permite articular su pasión por los negocios y los caballos de polo.

En tanto, Alejandro (h) y Gastón Granados, los hijos, se dividieron los roles. El primero maneja la Administración Nacional de Aviación Civil y, al igual que Dulce, tiene devoción por los caballos de polo. Tiene solo un gol de handicap, su propio equipo y hasta organizó un torneo que lleva el nombre de su padre. Por su parte, Gastón se encarga de los negocios familiares y es el presidente del club de fútbol Tristán Suárez, equipo que estuvo cerca de dirigir Diego Maradona, un amigo de la familia.

Leonor, la media hermana del intendente, decidió romper con su familia y sumarse a la corrida hacia el massismo. Ella comenzó a los 18 años a trabajar en Ezeiza, su primer contrato fue de 500 pesos y pasó por las diferentes oficinas de la municipalidad. Pero la relación se terminó. “Me cansé del doble discurso del kirchnerismo. Alejandro tiene 62 años y mucho desgaste por la gestión ”, explicó. Cree que es hora de nuevos aires en Ezeiza, y piensa disputarle el poder en dos años. Alejandro le dejó en claro a su hermana que no hay marcha atrás en la relación. Según Leonor, el flamante ministro le dijo a otra hermana: “La quiero ver muerta”.

Millones. El hombre fuerte de Ezeiza llegó al poder gracias a la influencia de su padre, que tenía el viejo restaurante El Mangrullo en los terrenos de la Fuerza Aérea y la concesión de los bares y el hotel de Ezeiza. Alejandro, el más grande de los hijos, siguió con el mandato familiar. En la actualidad participa de dos sociedades, Granados Hermanos SRL y Jasan Office SA, dedicada al rubro inmobiliario.

Granados Hermanos, donde participan dos de sus cuatro hijos, Bárbara y Gastón, es la propietaria de El Mangrullo y del hotel de la cadena Holyday Inn en Ezeiza. El restaurante tuvo su boom durante el menemismo, y aunque todavía tiene su clientela fija, los Granados apuestan a llegar a otros públicos: se pueden comprar cupones en internet y acceder a descuentos de más del 60 por ciento para comer una típica parrillada.

El hotel de cuatro estrellas, de nueve pisos, gozó de una excepción al plan urbano –que solo permite la construcción de hasta tres plantas– y fue financiado por el Banco Nación con 28 millones de pesos. Julio de Vido y Néstor Kirchner fueron claves en ese crédito.

Leal. El flamante ministro de Seguridad bonaerense siempre fue fiel al oficialismo de turno. A Menem, a Duhalde y a Néstor Kirchner. A medida que los vientos cambiaban, él supo acomodarse. “Cuando Carlos inició su campaña nacional, Granados se acercó para colaborar”, recuerda Eduardo Menem. Su apoyo le trajo réditos inmediatos porque el riojano le creó a medida el municipio de Ezeiza en 1994.

Ésta es una versión adaptada de la nota publicada en Revista Noticias edición 1916. Para adquirir la versión completa haga click aquí.

por Francisco Zoroza

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