Mariano Javier Cadus se esconde detrás de la pared y reza para que el auto que se detuvo en la entrada de la casa que dice alquilar en Pinamar siga de largo. Como eso no sucede, toma coraje, corre la cortina blanca y asoma un ojo. Se queja para sus adentros, pero se ve obligado a contestar el llamado. Cuando le abre las puertas a NOTICIAS está visiblemente nervioso, y sus ojos azules y saltones se mueven rápido. Cadus está al borde de los cuarenta años, es un hombre petiso y regordete que asegura haber caído sin tener nada que ver en un tremendo lío: el amplio hogar de la calle Troya donde parece que vacaciona desde el 8 de enero pertenece a Lázaro Báez. El supuesto testaferro K denunció, mediante sus abogados, que las tres propiedades que tiene en la localidad costera habían sido usurpadas, y estalló el escándalo.
Cadus: No tengo nada que ver, no sabía nada. Yo entré en Mercado Libre, elegí la casa que más me cerraba, estuve dos semanas acá, descansando, y una tarde prendo la televisión y me madrugo esto. Es increíble.
El hombre, que dice haber pagado 60.000 pesos por la estadía durante enero en el hogar que ahora se sabe que es del detenido kirchnerista, asegura que ya está en trámites con su abogada para romper el contrato, e irse de la casa sin más incomodidades de las que ya tuvo que soportar. Pero algo huele raro en el bosque bonaerense: Cadus registra una causa –cerrada– por lesiones culposas en la provincia de Formosa, otra por daños y perjuicios en la ciudad de La Plata, una multa de 12.000 pesos ordenada por un juez de faltas de Chascomús, por encontrarlo culpable de una estafa, y en varias redes sociales lo acusan con foto, nombre y apellido, de haber engañado a varias personas mediante la venta de autos robados. “Tengan cuidado, gente, es experto en estafas”, lo acusa una publicación en un grupo de compraventa de artículos en Facebook. Además, algunos vecinos de la zona dicen haber visto a Cadus antes de los primeros días de este año. Pobre Lázaro: aún detenido, no puede ni levantarse sobre sus problemas.
Casa tomada
Como una reversión tragicómica del célebre cuento de Julio Cortázar, Báez denunció el lunes 22 que tres propiedades suyas en Pinamar estaban siendo ocupadas de manera ilícita. En un escrito firmado por él presentó su acusación ante el juez Sebastián Casanello, que lleva la causa por lavado de dinero por la cual el dueño de Austral Construcciones permanece detenido desde abril del 2016 en el penal de Ezeiza, Desde allí redactó Báez su denuncia, donde asegura que “se le había informado” que sus propiedades estaban siendo ocupados. Nunca especifica quién le avisó del hecho ni cómo.
Según el texto, es en ese momento cuando Báez decide enviar a sus abogados a la ciudad playera para constatar el hecho. Quien viajó hacia Pinamar fue una de las letradas que lo defiende, Elizabeth Gasaro, ya que Maximiliano Rusconi, el abogado que es la cara visible de la defensa de Báez, no tuvo comunicación con su cliente desde fines del año pasado, y retomó contacto con él recién el día del cierre de esta edición. En la denuncia de Báez también hay algunas perlitas insólitas: a Cadus lo renombra, en un error al parecer involuntario, con el apellido “Sakadus” y luego asegura que este alquiló su casa por la web “Mercado”, sin percatarse que ese portal se llama en realidad “Mercado Libre”. Allí también deja constancia de la camioneta Amarok negra de Cadus que estaciona en el domicilio de la calle Troya 763, donde “Sakadus” pasa sus días junto a su familia. Según publicó luego La Nación, la defensa de Báez asegura que Paola García –la mujer a la que el empresario K señala en el escrito como la responsable de alquilarle el domicilio a Cadus–, se presentó “de parte del juzgado”, con la intención de deslizar que quien ocupó las casas tuvo el visto bueno de la Justicia.
Por dentro
Las tres casas que Báez tiene en la ciudad costera son elegantes y están bien cuidadas. Todas se encuentran en Pinamar Norte, en un radio de no más de diez cuadras, ubicadas en una de las zonas más coquetas de la localidad, alejadas del turismo y del centro comercial. Además de la de Troya, que cuenta con una amplio jardín que hace de entrada, con el pasto bien cuidado, Báez tiene una más en Helades 327 y otra en la Avenida Libertador 4197. NOTICIAS se adelantó a la Justicia: fue a las casas el 23 de enero, horas antes de que inspectores enviados para investigar la denuncia por orden de Casanello hicieran lo mismo. En Helades 327, esta revista pudo constatar que sobre la mesa de la cocina había frutas frescas, mientras que la de Libertador parecía deshabitada desde hace tiempo.
Sobre estas últimas dos, el empresario dice en su escrito que estaban ocupadas pero que nunca había podido establecer una comunicación con sus ocupantes. ¿Terminará expulsado Báez de su domicilio, como en el cuento de Cortázar?
Comentarios