★★★★ Dice Alberto Favero que le alcanzarían los dedos de una mano para enumerar a los socios fundadores del club de grandes maestros del jazz. Menciona a Louis Armstrong, Benny Goodman, Art Tatum, Count Basie y, claro, a Edward Kennedy Ellington, el enorme compositor, director y pianista conocido por "Duke". Dice también que nació en el mismo año 1899 que su padre y que lo siente como algo lógico, porque es para él y para todos los músicos de jazz de su generación, como un padre artístico. Y que se le adjudican a Ellington unas 5.000 piezas compuestas y/o interpretadas, por lo que inevitablemente un recital dedicado a "El Duke" implica una selección muy escueta de lo que fue como compositor y recreador de otros grandes autores.
En los últimos años, Favero había armado sendos espectáculos sobre "Porgy and Bess" de Gershwin, primero, y a "West Side Story" de Bernstein, luego. Frente a dos obras dramáticas, extrajo las canciones, enmarcadas con un relato sobre la dramaturgia, y las presentó a manera de suites instrumentales. Esta vez, en cambio, organizó repertorio en base a la variedad sonora y la interrelación armónica. Y están clásicos como "Satin Doll", "Sophisticated Lady", "Perdido", "Things are not the Same as they use to be", "In a sentimental Mood", "Take the 'A' Train" o "Caravana".
Favero es pianista potente, vigoroso, expresivo. Casi siempre, plantea los temas a manera de "standards": los expone, deja una sección media para la improvisación sobre todo del piano, y los cierra con una reexposición. Lo acompañan dos músicos muy importantes pero diferentes. Jorge "Negro" González da sustento a todo el andamiaje sin necesidad de solos acrobáticos y prefiere un estilo más "caminado". El baterista Oscar Giunta tiene un modo más brillante, aun más evidente en los momentos solistas.
por Ricardo Salton
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