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POLíTICA | 23-04-2017 00:00

Lava Jato: el increíble caso del argentino que huyó de Brasil

La historia del constructor argentino que esquivó el affaire de las coimas brasileñas. Cómo huyó del país vecino.

El hombre de remera blanca de la foto principal de esta nota es Guillermo Contreras, un empresario argentino que hasta principios del 2015 vivía en Brasil. Guillermo era directivo de la empresa Contreras Empreendimentos e Construções Ltda, radicada en Río de Janeiro y que quedó involucrada en la megacausa de corrupción conocida como Lava Jato. Una tarde de marzo del 2015 recibió una noticia que lo perturbó. Su nombre y el de la empresa familiar habían sido mencionados como pagadores de sobornos en la megacausa de corrupción brasileña llamada Lava Jato. En ese momento Guillermo Contreras no dudó, se subió a un taxi con dirección al aeropuerto internacional Tom Jobim de Río de Janeiro y compró el ticket de ida a Buenos Aires. El susto fue tan grande que dejó a su familia, que también retornó a la Argentina a los pocos días. Desde el entorno de Contreras niegan el pago de sobornos y afirman que la vuelta repentina al país responde a que ya tenía previsto regresar y que vino solo primero para buscar colegio para los hijos. Su coartada está sostenida en un telegrama donde le piden que vuelva, fechado 18 de septiembre del 2014.

Delación

El 19 de febrero del 2015 año, un consultor brasileño de origen japonés llamado Shinko Nakandakari reveló que había pagado sobornos a funcionarios de la petrolera brasileña Petrobras en nombre de empresas constructoras que habían contratado sus servicios. Entre esas empresas estaba la subsidiaria carioca de Contreras Hermanos. Las otras empresas eran Galvao Engenharia y EIT. Contreras hizo obras en Brasil junto con Galvao. Nakandakari quedó acorralado y decidió negociar los beneficios de la delación premiada, porque había cometido un error que lo dejó vulnerable: utilizar las cuentas bancarias de sus hijos, Luiz Fernando y Juliana, para recibir las transferencias que le hacían las empresas corruptas. Cuando los sabuesos brasileños detectaron esta información, la utilizaron para quebrar a Nakandakari, quien no quería que sus hijos pagaran por los pecados de él. Ahora, toda la familia Nakandakari, incluidos sus hijos, están en la causa como delatores premiados.

Familia

La delación de Nakandakari provocó un cimbronazo en la casa matriz de Contreras Hermanos en la Argentina. Según contó el operador, por orden de Guillermo Contreras, había pagado, entre el 2009 y el 2010, 1.500.000 reales a Pedro Barusco, entonces gerente de Ingeniería de Petrobras. Los dichos de Nakandakari fueron en línea con los del propio Barusco, quien declaró que entre los proveedores de Petrobras que pagaron sobornos estaba Contreras Empreendimentos e Construções. Este tema fue tratado en una asamblea de accionistas en la que quedó expuesta la interna que envuelve a la familia Contreras. Hoy, la empresa está dividida en dos bandos: el grupo de control que tiene cerca del 80% de las acciones y los accionistas minoritarios que tienen alrededor del 20% del capital. El grupo de control está encabezado por las hermanas Alicia, Dora y Laura Contreras, quienes pusieron en el directorio a sus respectivos maridos: Norberto Ardissone, Marcelo Fernández Humble y Juan Touceda. Este último es profesor de educación física, sin experiencia en obras civiles de alta complejidad. Los accionistas minoritarios están encabezados por Mariano Contreras, heredero de las acciones junto con sus hermanos y quien presentó una denuncia en la Argentina por considerarse perjudicado por las maniobras de la empresa en Brasil.

En la asamblea del 19 de octubre del 2015 se planteó la situación de la filial brasileña y el directorio confirmó que habían contratado a Nakandakari e incluso aportaron una factura emitida por la empresa LFSN Consultoría Engenharia, propiedad del operador de origen japonés. Pero negaron que la empresa haya estado involucrada en el pago de sobornos e incluso alegaron que los perjuicios financieros de la filial brasileña se debían a que Petrobras estaba atrasada con los pagos a las empresas constructoras.

La denuncia quedó radicada en el juzgado de instrucción Nº 14 de Capital Federal, a cargo de Ricardo Farías, quien ordenó una primera batería de medidas solicitadas por el fiscal Ignacio Mahiques. Esas medidas consitieron en recopilar información financiera e impositiva sobre la empresa, solicitada a la AFIP, además de documentación legal, pedida a la Inspección General de Justicia (IGJ). Luego de analizar toda la documentación, el juez se declaró incompetente y envió la causa al fuero federal, pero la defensa de los accionistas mayoritarios apeló el fallo y el próximo 2 de mayo la Sala 5 de la Cámara del Crimen fijó audiencia para definir qué se hará con el expediente. En este ámbito la disputa es entre dos abogados de peso. Por el lado del grupo de control está el estudio de Mariano Cúneo Libarona. Y por el lado de los accionistas minoritarios, el estudio de Hugo Wortman Jofré.

En su dictamen el fiscal pidió que se investigue a Contreras Hermanos por desvío de fondos para el pago de sobornos a funcionarios públicos de Brasil con el fin de obtener obra pública, lo que habría causado un detrimento patrimonial. Entre los accionistas minoritarios sospechan que los números de los balances no eran los reales y que, además, se inflaban las pérdidas para pagar menos dividendos. Según pudo saber NOTICIAS, los directores de Contreras Hermanos habrían entrado al blanqueo y la suma repatriada desde Suiza superaría los 100 millones de dólares. En el 2001, Contreras Hermanos no llegaba a facturar más de un millón de pesos anuales y estaba al borde de la quiebra, a pesar de los más de 70 años de trayectoria que tiene en el mercado de obras para petróleo y gas. Durante los últimos doce años el negocio se expandió y llegó a ocupar el puesto Nº 21 de las empresas con mayor obra pública, según un ranking que reprodujo en sus redes sociales la ex presidenta Cristina Kirchner. En Brasil la expansión fue similar a la de la Argentina, sólo que allá su único cliente era Petrobras. Hoy, incluso, tienen filiales en Chile, Bolivia y Uruguay, y además operan en Vaca Muerta, donde prestan servicios petroleros. Contreras Hermanos también tuvo su década ganada.

Odebrecht

En la Argentina, el Lava Jato tuvo su punto de mayor impacto cuando se conoció que la constructora Odebrecht confesó haber pagado más de 35 millones de dólares en el país en concepto de coimas. Pero Odebrecht, a pesar de ser la constructora más grande de Brasil, es sólo una rama (la más importante) de una investigación que involucra a la grandes constructoras que operan en ese país, a los políticos de los partidos más influyentes y que se centra en los fondos que Petrobras tenía para obra pública. El lunes 17 de abril, el juez Raymond Dearie condenó a Odebrecht a pagar 2.600 millones de dólares en concepto de multa por haberse beneficiado con competencia desleal. Esos fondos deberán ser repartidos entre Brasil (2.300 millones), Suiza (116 millones) y Estados Unidos (93 millones).

La Operaçao Lava Jato, como se la llama en Brasil, está dividida en 39 partes, conocidas como "fases". La mayoría de los sobornos pagados por Odebrecht en Latinoamérica (incluída la Argentina) se conoció en la fase 14. La mención al consultor Shinko Nakandakari y la constructora Contreras Hermanos aparece en las fases 7 y 9. Un equipo de NOTICIAS accedió a esos documentos.

El pedido de detención de Nakandakari fue solicitado por el juez Sergio Moro el 18 de diciembre del 2014. Aquel día se desató la pesadilla en la familia Contreras.

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Rodis Recalt

Rodis Recalt

Periodista de política y columnista de Radio Perfil.

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