Tuesday 7 de May, 2024

POLíTICA | 26-04-2024 10:49

La política exterior de Milei: caprichos y fantasías místicas

Mueve al país de acuerdo a su sobreideologización. Por qué se metió de lleno en el conflicto de Medio Oriente. Tensión con China y encuentro fallido con Trump.

¿Adónde quiere llevar Milei a la Argentina? ¿Cuál es el lugar en el que busca poner al país en el mundo? Esa pregunta es la que se propagó luego de que el mandatario intentara colarse por la ventana en el conflicto bélico entre Irán e Israel. El libertario canceló una gira por el exterior para volver a Argentina y encarar un “comité de crisis” ante la contienda, en el que incluso hizo participar al embajador israelí. La lejanía del asunto, sumado a lo compenetrado que parecía estar el Presidente, alimentó las dudas: ¿cuál es la geopolítica de este Gobierno?

Es que detrás de movimientos polémicos, que despiertan horas de debate sobre nuevas relaciones carnales o supuestos pactos secretos, se encuentra una realidad aún más cruda: el Presidente mueve a Argentina de acuerdo a caprichos místicos y a visiones ultraideologizadas de la realidad. No hay lugar para estrategias o definiciones geopolíticas. Milei se guía por un instinto animal y mesiánico. Veamos dos ejemplos, que hasta ahora eran desconocidos.

Noviembre, 2023. Milei hace su primer viaje como Presidente electo, días antes de asumir. Va a Estados Unidos no por una misión política o con fines económicos, sino a visitar la tumba del último rabino de los Jabad Lubavitch. Este medio viene relatando que el comienzo de la carrera al poder de Milei comienza cuando Dios, supuestamente, se le aparece y le da la “misión” de ser candidato, así que desde esa óptica se puede imaginar la razón oculta de aquella visita, el hilo mesiánico que lo mueve.

Mario Suli en Nueva York junto a Milei.

Sin embargo, en aquel periplo hubo algo que nunca trascendió. El libertario se había obsesionado con un tema: quería, si o sí, conocer a Donald Trump. El economista todavía tenía la sangre en el ojo porque Macri se había fotografiado con el estadounidense antes que él y quería cerrar la herida. Hizo averiguaciones, incluso, para ir desde Nueva York al estado de Florida, donde estaba el magnate. Los que fueron parte de aquella comitiva cuentan que fue un verdadero suplicio convencerlo de lo contrario. Es que hubiera sido una afrenta airada a la actual administración estadounidense reunirse con el ex mandatario, agravada además porque Trump es el principal competidor para las elecciones de este año y porque el encuentro hubiera sucedido en ese suelo. Finalmente, después de mucho trabajo, Milei dio el brazo a torcer. Era un capricho ideológico (¿o cholulo?) que le hubiera costado caro al país.

El segundo ejemplo tiene que ver con el principal socio comercial de Argentina y no tuvo un final feliz. Ocurrió unos días después del viaje a Estados Unidos. El 10 de diciembre, Milei asumía como mandatario. Entre los invitados de lujo estaba Jair Bolsonaro, ex mandatario brasileño y principal contendiente de Lula, el actual presidente al que el argentino ha insultado en una decena de ocasiones. Esta vez, a diferencia del caso Trump, el convite a Bolsonaro significaba una afrenta directa y visible, agravada por el hecho de lo que significa la relación con el país vecino.

Asunción de Javier Milei como presidente de Argentina

Diana Mondino, la canciller que intenta batallar contra los desvaríos presidenciales, quiso convencer a Milei de lo delicado de la situación. Para ser justos, avanzó mucho más que otros: el libertario le dio una carta, de puño y letra suyo, para llevar a Brasil. Era una invitación formal a Lula para la asunción, que Mondino entregó en mano a su par brasileño, Mauro Viera, el 26 de noviembre. El mandatario vecino retrucó con una condición que parece lógica: iría si Milei desinvitaba a Bolsonaro. El argentino, por supuesto, se negó. En este caso, primaron en Milei sus caprichos ideológicos, algo que probablemente le costará caro al país. Lula, cuentan los argentinos que hablan con él, sigue esperando un pedido de disculpas oficial.

Estos dos episodios, a los que se suma la insólita invitación al embajador de Israel al “comité de crisis” -que luego el propio Milei quiso negar, y cuya veracidad ratifica esta revista-, ponen de manifiesto una verdad preocupante. No hay estrategia en la política exterior del libertario.

Místico

El martes 9 de diciembre del 2021, a las doce del mediodía, Milei juró como diputado de la Nación. Desde el Congreso se fue directo al departamento en Recoleta en el que vive Álvaro Zicarelli. Él era, en aquel momento de nacimiento de La Libertad Avanza, el encargado de las relaciones internacionales del espacio, un discípulo de Juan José Sebreli y Carlos Escudé, especialista en esta área y con varios libros en su haber. Lo que le dijo apenas entró al hogar habla de la convicción mística de Milei: “En dos años voy a ser Presidente. Y lo primero que necesito entender es cómo funciona el mundo hoy”. Luego calló y se dedicó a escuchar.

Fotogaleria El presidente de Argentina, Javier Milei, pronuncia un discurso en la reunión del Foro Económico Mundial (FEM) en Davos

El tiempo le dio la razón a esa primera oración de Milei. Pero en la segunda parecería haberse alejado, a la par que fue expulsando del espacio a figuras con alguna trayectoria -como el caso de Zicarelli, aunque hay varios más- y reemplazándolos por políticos que desconocen el área -Mondino, por ejemplo, fue toda la vida economista- o que directamente temen llevarle la contra. El Gobierno ahora se maneja en su relación con el mundo con la extraña brújula del Presidente y no con un estudiado detalle de la geopolítica.

Los viajes al exterior de Milei lo demuestran: no hubo ninguno que escapara de la lógica de sus caprichos. Su primer periplo fue el mencionado a Estados Unidos, donde no tuvo una reunión política más allá de un encuentro con el ex mandatario Bill Clinton. Luego vino la participación en el foro de Davos, en enero, que aunque podría haber resultado en una búsqueda de inversiones para el país terminó en algo totalmente distinto: Milei dio un llamativo discurso donde alertó del inminente peligro del “comunismo”, equiparó la socialdemocracia al nazismo y negó que el mercado tuviera fallas, una concepción que en sí misma tiene el mismo fanatismo que cualquier religión.

El 6 de febrero visitó Israel, que tampoco es un socio comercial o político de relevancia para Argentina, y el 24 de ese mes participó de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), un foro que reúne a la nueva derecha de todo el globo. En los primeros días de abril volvió a ir a Estados Unidos, esta vez para recibir un premio como “embajador de la luz” por parte de los Jabad Lubavitch. Un dato que no es nuevo para los lectores de este medio: Milei dice, en privado, que la conexión mística con Dios se dio gracias al “canal de luz” que le abría Conan, su perro muerto, desde el más allá. ¿Habrá un paralelo entre ambas “luces”?

Santiago Abascal, lider de VOX, junto con Javier Milei

Los viajes que ya planificó también van en ese sentido. En mayo participará de Viva Europa, el festival que organiza Vox, la agrupación ultraconservadora española (que salió tercera en las elecciones), y en junio estará en Alemania, donde recibirá una distinción de parte de una agrupación liberal.

El elegido

Milei suele decir que “es loco pero no boludo”. Por eso sabe dónde poner el freno a lo que cuenta en público sobre las presencias sobrenaturales con las que entra en contacto, aunque más de una vez estuvo por irse de boca. En 2021 estuvo a nada de revelarle su verdadera conexión con Dios a Novaresio cuando le dijo que “tenía las pruebas de que el Uno existía” y que le “habían pasado cosas que la ciencia no podía explicar”. Ahora, como Presidente, estuvo a punto de pisar esa trampa.

Es que en una nota que dio en Israel cuando viajó le preguntaron sobre el motivo de la mudanza de la embajada argentina, que el Presidente quiere llevar desde Tel Aviv a Jerusalén. “Cuando el Uno le ordenó a Moisés que rompa las tablas, la primera palabra que pronunció fue Jerusalén, y ahí el rey David estableció la capital, por lo tanto hay que llevar la embajada allí”, respondió el libertario. Los colegas israelíes que lo entrevistaron no deben haber entendido que no se trataba, para nada, de una metáfora. Es que en privado el mandatario repite que “el rey David le dijo en un sueño” que tenía que hacer esa mudanza. Es un caso claro de cómo los caprichos místicos de Milei tienen impacto en la realidad, local y extranjera.

Axel Wahnish, el rabino de Milei

La decisión de sumar al embajador de Israel al “comité de crisis” -y la importancia que el Gobierno le dio a un conflicto que sucede en la otra parte del mundo- viene por la misma línea. Milei ve a aquel país como un faro en “la misión” que recibió de Dios. Este medio ya lo ha contado: ese diálogo con Dios sucedió a finales del 2020, y a mediados del año siguiente Milei conoció a Axel Wahnish, hoy embajador, que en ese primer encuentro le dijo que “encabezaría un movimiento liberador en la Argentina”. Consciente o no, el rabino tocó su fibra más íntima, el mesianismo, y el hombre, que en aquel momento llevaba 52 años de un cristianismo sólido, salió del mitín como judío. Por eso es que ahora dice que “el máximo héroe de la libertad es Moisés, y esos valores están en Israel”. No hay que buscar en la relación del Presidente y aquel país otra cosa que no sea un profundo convencimiento místico. Y las consecuencias que puede traer son graves, como atestiguan los dos atentados que sufrió Argentina en los noventa.

Tensiones

Este foco sobreideologizado a la hora de entender el mundo tiene consecuencias también con las dos grandes potencias. Milei, en un acto a las apuradas con la generala estadounidense Laura Richardson, anunció la creación de una base naval conjunta en Ushuaia. Richardson es, además, la principal detractora de la presencia de China en Argentina, donde tiene una base satelital y aporta con distintos emprendimientos, como las represas de Santa Cruz.

Petro en medio de los festejos

Este episodio crispó aún más las relaciones con China, el segundo socio comercial de Argentina, que ya venían mal gracias a las constantes descalificaciones del Presidente. De hecho, Mondino viaja a fines de abril a China con el objetivo de dejar atrás las tensiones, pero será una tarea compleja: desde el gigante asiático se habla desde retirar las inversiones en el país hasta exigir que Argentina devuelva el préstamo del swap, que asciende a 6500 millones de dólares. A esto se le suma la ofensiva que viene teniendo Milei con todos los pares de la región a los que califica de “zurdos”: Boric de Chile, Maduro de Venezuela, Petro de Colombia, Arce de Bolivia, López Obrador de México, además de Lula.

Igual, se ve que algunas cosas escapan a la mirada de Milei: el sociólogo Juan Gabriel Tokatlian reveló que, a fines de marzo, Argentina votó en la Comisión de la Mujer de la ONU junto a Rusia, Irán, Irak y Nicaragua, mientras que Karina Milei contrató escáners para la Rosada de la empresa china Nuctech, que está prohibida en Estados Unidos por temor a filtraciones. ¿O quizá la hermana presidencial no sabe de dónde es esta compañía? De cualquier manera, está claro cuál es lugar que Milei imagina para Argentina en el mundo. El que le dicte su capricho, que ahora es ley.    

China

Se sabe lo que Milei piensa de China y de su mandatario. Más de una vez los acusó de comunistas, en duros términos. Ahora, ya siendo gobierno, los problemas con aquel país, segundo socio comercial de Argentina, están al límite. No sólo por los insultos de Milei. También colaboró la canciller Diana Mondino, que recibió a emisarios de Taiwan, enemigo chino.

Después estuvo el episodio de Laura Richardson, la generala estadounidense que suele criticar a China, y la instalación de la base norteamericana en Usuahia. Al cierre de esta edición, crecía también el rumor de que el Gobierno  emitiría un duro documento respecto a la base satelital de China en Neuquén. China, por su lado, amenaza con retirar inversiones de Argentina, y exigir el pago del swap. Mondino viaja a fin de mes para intentar calmar los ánimos.

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Juan Luis González

Juan Luis González

Periodista de política.

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