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CULTURA | 29-09-2017 17:28

Cómo es BIENALSUR, la muestra artística más ambiciosa del hemisferio

Se desarrollará hasta diciembre en 84 sedes. Convoca a centenares de artistas a la vez.

Las intervenciones artísticas en el espacio público son un indicio de la marcha de la I Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de América del Sur, BIENALSUR, realizada en Buenos Aires y en red con museos, universidades, instituciones de arte y entidades de 32 ciudades, de 16 países del mundo.

La viga de metal de casi 50 metros -anaranjada y con una línea de luz- que cruza en diagonal los escalones del ingreso a la Facultad de Derecho es obra del portugués Pedro Cabrita Reis que interrumpe la rutina del caminante. El nuevo aspecto del Palais de Glace es resultado de la pintura mural del francés Bertrand Ivanoff pintada con el método de anamorfosis, que produce una imagen deformada pero que, vista desde un determinado ángulo, recupera su imagen sin alteraciones. El artista señala que desde Av. Libertador se suele ver al edificio en velocidad, mientras que desde la plaza sobre calle Posadas la contemplación es pausada. Los colores festivos quizá recuerdan que alguna vez fue lugar de esparcimiento (pista de patinaje, confitería). Doce agujas de reloj de acero inoxidable espejado integran “Más allá del tiempo” de Marie Orensanz en Plaza Rubén Darío; quizá provoquen en el transeúnte más de una reflexión acerca de la materia más preciosa y escurridiza: el tiempo.

¿Por qué es distinta?

Esta Bienal difiere del pelotón de bienales existentes, en su proyecto conceptual y en su ambiciosa expansión geográfica (con sedes en América, Europa, Japón y Benín). El encuentro no tiene un único curador o tema, comenzó en 2016 con conferencias y debates. Los artistas exhibidos presentaron sus proyectos a través de dos convocatorias; se recibieron más de 2.500 proyectos de 78 países; se eligieron 350. Organizada por Universidad Nacional de Tres de Febrero, BIENALSUR se desarrollará hasta diciembre en 84 sedes.

En una muestra de optimismo, al presentar la Bienal, su director general y rector de UNTREF, Aníbal Jozami; sostuvo que el arte puede servir de paliativo para los que padecen desigualdad y ser vehículo de integración regional, en estos tiempos de tanta intolerancia en el mundo.

La directora artística-académica, Diana Wechsler, subrayó que la Bienal se propone como espacio de pensamiento, apuesta a la democratización del arte y a romper la inercia cotidiana. Así, la presencia en el espacio público -también con frases y poesía visual- constituye una de las líneas de trabajo junto a Curadurías (obras seleccionadas); Colección de Colecciones; Arte en las Fronteras y Proyectos Asociados: programación de algunos museos que fueron incluidos en el marco de la Bienal. Un ejemplo es la muestra “Lugar en ninguna parte” (una de las definiciones de utopía) -proyecto documental del dramaturgo, guionista y director inglés Anthony Fletcher y del videoasta uruguayo Guillermo Amato, relevando rastros de utopías vivas en tres comunidades de Uruguay, Chile y México- en el magnífico Centro Cultural de España de Montevideo.

La conmovedora videoinstalación “El ciclo de la intensidad” de Charly Nijensohn, en la muestra “Arte, mito y naturaleza” junto a otros artistas en CCK, invita a meditar a través del asombroso y extremo Salar de Uyuni, un desierto de sal a 3.600 metros de altura en Bolivia. El visitante observa proyecciones sincronizadas con portentosos y cambiantes cielos y figuras negras solitarias sobre pedestales; inmóviles, resisten las inclemencias del tiempo. Entre el esplendor y la incertidumbre, parecen explorar límites terrenales y aventuras existenciales.

En MUNTREF Centro de Arte Contemporáneo (Hotel de Inmigrantes) se exhibe “Arte para pensar la nueva razón del mundo”, una colectiva internacional de la colección del Museo Reina Sofía. En los jardines, la argentina Mariana Tellería presenta su escultura “Dios es inmigrante”. A partir de la interrogación que rige todo su trabajo -¿“por qué condenar un objeto a una forma eterna?-, aquí desmonta crucifijos y los devuelve en forma de mástiles de barcos invisibles varados. Si Dios es inmigrante, todos somos inmigrantes. En ese mismo jardín, el africano (Benín) Romuald Hazoumé despliega “Salto atrás”, carro con objetos recolectados en la ciudad por estudiantes secundarios; los estampados de los bultos son de diseño africano, remiten a los millones de desplazados del mundo.

El proyecto sonoro “Misterios” del francés Christian Boltanski está en playa Bahía Bustamante (Chubut), donde se hallan restos de una ballena minke varada hace dos años. Allí emplazó dispositivos sonoros -torres de hierro terminadas en cornamusas- que se activan con el viento, para establecer un diálogo posible con las ballenas. En la sala 40 del Museo Nacional de Bellas Artes se ve un video que registra, con cámara fija y en tiempo real, lo que ocurre en Chubut durante el día. Por todo el Museo, también es posible visitar las obras de artistas suizos participantes en “Interferencias”. Se trata de la colección del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo, MAMCO, de Ginebra combinada con el recorrido habitual de la colección local.

El afamado Boltanski es también protagonista en Museo Nacional de Arte Decorativo. Allí es co-curador con Hans Ulrich Orbrist de la muestra “Take me, I’m tours” (Tomame, soy tuyo) y presenta la pieza “Dispersión” (una pila de ropa que cualquiera se puede llevar). Inspirados en la obra de Félix Gonzalez-Torres -aquí con sus clásicos caramelos para ser tomados-, la muestra de una veintena de artistas desacraliza la obra de arte, precisa del observador para ser completada y cuestiona el “prohibido tocar”, como en “Homenaje a cada cosa roja” de Alison Knowles que cualquiera puede mover, modificar.

En coincidencia con BIENALSUR, MUNTREF sumó una nueva sede: Centro de Arte Contemporáneo para la Biodiversidad. Se trata del espacio que fuera la antigua confitería El Águila en el viejo zoológico metropolitano (en proceso de ser el Ecoparque Interactivo). Allí, “Ventanas” de Dias&Riedweg incluye siete videos realizados a partir de tomas de 24 horas en una serie de ventanas de esta ciudad; “problematizan la noción de tiempo en la contemporaneidad”.

Las muestras -Museo Histórico Nacional, Embajada de Brasil, Casa Nacional del Bicentenario, MUNTREF Caseros-, performances y acciones, de BIENALSUR son innumerables. Para nombrar una sola más, en las plazas Fuerza Aérea Argentina y San Martín, de Retiro, están desplegadas las fotografías de adolescentes de los barrios Ejército de los Andes y Villa 21, producto de las clases que dictó en junio el fotorreportero iraní Reza Deghati, célebre por sus reportajes en National Geographic. “Imágenes de mi mundo” muestra la realidad de estos chicos.

* Crítica de Arte de NOTICIAS.

por Victoria Verlichak

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