Refugiada en el Sur desde que se fue de la Casa Rosada el 10 de diciembre pasado, la ex presidenta aprovecha la distancia para diagramar su regreso a la política. En su cabeza busca configurarse como la principal líder opositora al Gobierno de Mauricio Macri y armar un conglomerado político con el sostén emocional y político de La Cámpora, hoy casi su único refugio luego de que el PJ empezara a mandarle señales de que ya no la tendrá demasiado en cuenta.
Para que su aterrizaje en la Ciudad de Buenos Aires sea lo más confortable posible está terminando de poner a punto una fundación política en un petit hotel de tres pisos que está ubicado sobre la calle Rodríguez Peña 80, a dos cuadras del Congreso. Ese mismo edificio fue utilizado por el Frente Renovador de Sergio Massa como centro político durante la campaña presidencial. Allí daban charlas, clases y hasta Massa contaba con una oficina propia. El alquiler de ese petit hotel ascendía a 120.000 pesos por mes durante la campaña. Con un reajuste mínimo del 20 por ciento ascendería a 144.000 pesos ¿Quién pagará ese monto para que Cristina se instale allí? Uno de los encargados de buscar fondos para sostener el instituto es el ex jefe de la AFI, Oscar Parrilli, quien junto a Carlos Zannini lleva adelante las remodelaciones y la organización del lugar. Parrilli, por ahora, no tuvo demasiada suerte. Los empresarios a los que les fue a tocar la puerta apenas si se comprometieron a darle un canje. Nada de efectivo. El despoder también es económico.
La idea es que el instituto abra sus puertas en marzo y hasta prevén una inauguración formal a la que podría asistir Cristina. Hace varias semanas que están terminando de ponerlo a punto y por estos días el lugar está en pleno armado con obreros y pintores. La Cámpora también está metida en la organización del lugar y ya se garantizaron una oficina en uno de los pisos. En el caso de que Máximo tenga que abandonar su oficina en diputados, tendrán un lugar espacioso para juntarse. La Presidenta tendrá otra y se especula que será la más grande, ubicada en el primer piso. Es la misma que usaba Massa.
Uno de los nombres que se barajan para el instituto es Patria. La idea es que desde allí, Cristina pueda recibir a dirigentes y además logre proyectarse con un perfil internacional. La ex presidenta quiere copiar el modelo de su colega Luis Inacio “Lula” Da Silva, quien luego de dejar el poder armó un instituto para mostrarse como un líder regional. La estructura política que la ex presidenta está montando en la Capital esconde un objetivo que muy pocos se animan a blanquear pero que está latente en el mundo K: que Cristina se presente como candidata a senadora en el 2017.
El espacio además funcionaría como una especie de refugio para los kirchneristas que se quedaron sin nada luego de la salida de Cristina. Una de las que ya se garantizó un lugar es la ex secretaria de Cultura, Liliana Parodi, que podría dirigir un área dedicada a la cultura.
“No se imaginen a Cristina hablando todos los días. Se va a dejar ver poco y tendrá apariciones contundentes”, explica un dirigente kirchnerista que la conoce. ¿Habrá lugar para su discurso de opositora feroz? Dependerá de cómo le vaya a Macri.
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