Los primeros 120 días de la economía han sido decepcionantes. Los pronósticos ya auguran una crisis social. La alta inflación de los primeros tres meses del año -que promedió 4% mensual- se agravó: en abril escala a un porcentaje que las consultoras estiman entre 5 y 8% mensual, en gran medida por el aumento de tarifas. Las autoridades reaccionan tarde y mal y se resisten a adoptar un verdadero plan antiinflacionario. Con medidas equivocadas o promesas de “compensaciones” para los sectores más vulnerables que no llegan nunca. El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, atinó a repetir que la inflación había comenzado a bajar y que esta tendencia se iba a acentuar en el segundo trimestre, para llegar en el segundo semestre al 1% mensual. La afirmación no tiene sustento: solo confirma que el oficialismo no tenía previsto un plan de crisis para enfrentar la disparada inflacionario. El supuesto plan -devaluación, tarifazos y ajuste monetario- ya ha puesto en duda la credibilidad del nuevo gobierno.
En NOTICIAS de esta semana, el economista Dante Sica devela el trasfondo del accionar económico oficial. “Si se quiere reducir el valor del salario en dólares y aumentar las tarifas en términos reales, la única forma de hacerlo es a través de una suba en el valor nominal del dólar y las tarifas en relación al salario y otros precios -explica Sica-. En otras palabras, no hay ajuste de precios relativos sin inflación. Y el ajuste de precios relativos en marcha es sustancial”. Es la esencia del paquete de medidas del gobierno de Macri: bajar los salarios en dólares y subir las tarifas en pesos.
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